Movimientos sacádicos: definición, características y funciones

Estos movimientos oculares rápidos nos permiten captar más información del entorno.

Movimientos sacádicos

Se dice que los ojos son el espejo del alma, que la mirada de una persona puede desvelarnos muchos datos sobre ella.

Sea cierto esto o no, lo que sí podemos averiguar de la mirada de alguien es hacia donde está mirando. Si nos está prestando atención, mirándonos a la cara, o por el contrario se muestra ausente mirando hacia otro lugar.

Mientras observamos, los ojos realizan cientos de movimientos rápidos con los cuales podemos ver diferentes detalles del objeto, animal, persona o escena que tenemos delante.

Este tipo de movimientos son los sacádicos, algo que aunque pueda parecer simple ha sido ampliamente estudiado y toman un rol muy importante en la orientación por el espacio físico. Veamos en más profundidad en qué consisten.

¿Qué son los movimientos sacádicos?

Los movimientos sacádicos, también llamados sácadas, son unos movimientos rápidos y simultáneos que realizan ambos ojos cuando están observando hacia un punto en la misma dirección.

Estos movimientos fueron descritos por el oftalmólogo francés Louis Émil Javal en 1880, quien pudo observarlos de forma experimental al ver cómo las personas leen en silencio. Estos movimientos están controlados a nivel cortical por los campos oculares frontales y subcorticalmente por el colículo superior.

Los movimientos que se realizan durante la lectura no son uno solo, sino que constan de varias pequeñas fijaciones que permiten leer toda una frase. Esto mismo ocurre cuando se está observando un cuadro o cuando se está viendo una habitación para buscar las llaves.

Función

Tanto los humanos como muchas especies animales no ven solamente mirando hacia un punto concreto de forma estática. Para poder captar la máxima información posible, y que no se escape ningún detalle, es necesario mover los ojos. Con los movimientos sacádicos es posible escanear el entorno, hallar datos interesantes y elaborar, mentalmente, un mapa tridimensional.

Otra de las funciones importantes de estos movimientos tiene que ver con cómo están distribuidos las células fotorreceptoras. La parte central de la retina, es decir, la fóvea, es un lugar en el que se encuentra una alta concentración de conos, células encargadas de la visión en color. Debido a esto, el ojo, estando estático, sólo es capaz de percibir con detalle entre 1 y 2 grados de los 164 grados totales que tiene la visión humana. El resto de la retina posee bastones, células eficaces en la captación del movimiento.

Al mover tanto la cabeza como los ojos es posible hacer que la fóvea pueda captar más detalles, lo cual permite al cerebro tener un mayor porcentaje del escenario con alta resolución visual. Cabe decir que tanto los conos como los bastones necesitan de estos movimientos sacádicos, dado que son células que se activan ante cambios de la intensidad de la luz. Si no hay cambios en la luz que reciben, se da el cese de estímulos enviados al cerebro.

Tiempo de duración

Los movimientos sacádicos son muy rápidos. De hecho, son uno de los movimientos más rápidos capaz de realizar el cuerpo humano.

En la especie humana, la velocidad angular de los ojos al realizar sácadas puede superar los 900 grados por segundo. El tiempo de inicio de los movimientos sacádicos ante un estímulo inesperado puede ser de apenas unos 200 milisegundos, y durar entre 20 y 200 milisegundos en función de la amplitud.

Tipos de sácadas

Los movimientos sacádicos pueden ser clasificados en cuatro tipos en función del objetivo para el que son realizados.

1. Sácadas visualmente guiadas

Los ojos se mueven hacia una escena. Puede ser de forma exógena, debido a que se ha visto un estímulo que ha aparecido en la escena visual, o hacerse de forma endógena, con la finalidad de escanear lo que se está viendo.

Un ejemplo de este tipo de sácadas serían cuando aparece una mosca de repente y la seguimos con la vista para acabar con ella o cuando estamos viendo un cuadro, en el que miramos los detalles más llamativos de la pintura.

2. Antisácada

Como su nombre indica, una antisácada es un movimiento ocular que se mueve hacia el lugar contrario en el que está el estímulo.

3. Sácada guiada de memoria

Este tipo de movimiento ocular es bien curioso, dado que consiste en mover los ojos hacia un punto recordado, sin que se esté viendo realmente un estímulo.

Por ejemplo, cuando cerramos los ojos e intentamos recordar el famoso cuadro de Leonardo da Vinci, La Gioconda, inconscientemente movemos los ojos fijándonos en los detalles de la pintura, pese a que es totalmente mental lo que estamos viendo.

4. Sácadas predictivas

Los ojos, que están viendo un objeto o estímulo real, se mueven de forma en que predicen cómo se va a comportar el objeto observado.

Por ejemplo, mientras se está viendo un avión volar, se puede seguir la trayectoria de la aeronave suponiendo que lo va a hacer de forma recta.

Relación con la lectura

El ojo humano es capaz de leer, de forma seguida y sin necesidad de parar, toda una línea de texto. Los movimientos sacádicos son necesarios en la lectura, dado que si se mantiene la mirada fija hacia una letra concreta, la fóvea solo percibe las más cercanas a ella, siendo solamente posible ver con claridad entre cuatro y cinco letras más.

Cuando se lee, los ojos fijan la mirada hacia una palabra, extraen la información y pasan a la siguiente, permitiendo movimientos encadenados que permiten leer palabra por palabra o conjuntos de ellas y entender el texto. Así pues, el proceso de lectura consiste en enganchar y desenganchar continuamente la mirada en la página que se está observando. Cuando se da el desenganche, al fóvea deja de actuar y pasa a ser tarea de la retina periférica, que rastrea hacia donde se tiene que realizar el siguiente salto. Una vez localizado el punto en cuestión, vuelve a actuar la fóvea.

Un problema bastante común en niños que presentan problemas de lectura sucede cuando los movimientos sacádicos no son precisos o no duran lo que deberían. Esto hace que no sean capaces de identificar correctamente la letra (confundir la letra ‘d’ con la ‘b’), o que no puedan extraer la información de forma completa. Como resultado de ello, los niños necesitan de la ayuda de un dedo para leer, mueven la cabeza más de lo normalmente necesario, se saltan frase y párrafos o lean lentamente.

Patologías asociadas

En el TDAH se ha visto un incremento en los errores debidos a movimientos antisacádicos, mientras que las sácadas visualmente guiadas, que son las utilizadas para mirar hacia estímulos y fijarse en detalles, se dan de forma retardada.

El nistagmo es una condición en la que se dan movimientos oculares de forma involuntaria, haciendo que se dé la sensación de que los ojos están vibrando. Este problema hace que la visión se vea afectada y reducida, dado que al estar en constante movimiento los ojos, la fóvea capta el entorno de forma anárquica. Esto hace que no se pueda ver con claridad lo que se desea, al no poder fijar la mirada en un punto.

Enmascaramiento sacádico

Muchas personas creen que cuando se realizan movimientos sacádicos el nervio óptico no transmite información. Esta creencia no es cierta. Lo que ocurre es que el cerebro bloquea de forma selectiva el procesamiento visual mientras se realizan los movimientos oculares.

Esto hace que, si nos ponemos delante de un espejo y miramos primero un ojo y luego el otro de forma constante, no se vea el movimiento ocular, pero tampoco se dé la sensación de que se ha dejado de ver en algún momento del proceso.

Referencias bibliográficas:

  • Quevedo, L.; Aznar-Casanova, JA and da Silva, J.A. (2016) Dynamic Visual Acuity: a critical review International Journal of Psychological Reviews, 1(1): 7-21
  • Amador-Campos, J.A.; Aznar-Casanova, JA.; Bezerra, I.; Torro-Alves, N. and Moreno-Sanchez, M. (2015) Attentional blink in children with ADHD” in ADHD. Revista Brasileira de Psiquiatria, 32(2), 133-138.

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