Tras más de dos años de pandemia y demás crisis encadenadas, cada vez más personas trabajadoras deciden dejar sus empleos, y desde las organizaciones también empiezan a escucharse más lamentos por no encontrar personal cualificado, falta de rendimiento, fuga de talento…
Y es que la desmotivación laboral, entre otras cuestiones, impacta negativamente tanto en los empleados como en las empresas.
Afecta a la productividad, compromiso y salud de la persona trabajadora, ya que conlleva un considerable incremento de los niveles de estrés. Por lo que, considerando que no sólo incide individualmente en la persona trabajadora, sino también en la empresa, debe ser tenida en cuenta en los programas preventivos de riesgo psicosocial.
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Causas de la desmotivación laboral
La motivación es un componente clave para desbloquear y lograr el verdadero potencial, pero sus factores desencadenantes varían de una persona a otra.
La falta de retos es una de sus causas. Tareas rutinarias y mecánicas producen aburrimiento y desinterés en la persona trabajadora.
También es importante la imposibilidad de promoción. Si la persona trabajadora no tiene opción de promocionar o mejorar sus condiciones, la desmotivación llegará con mayor rapidez.
Un mal ambiente laboral, conflictos entre compañeros y liderazgo tóxico, también son causas demasiado habituales.
Así mismo, la discrepancia entre la filosofía de empresa y los valores y creencias de la persona trabajadora puede causar desmotivación.
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¿Qué puedes hacer como persona trabajadora?
Aunque debe ser tenida en cuenta en los programas preventivos de riesgo psicosocial laboral en las empresas, tú también puedes tener soluciones.
Reflexiona e identifica las causas de tu desmotivación y diferénciala de una crisis existencial. Reevaluar tu situación, lo que tienes, lo que te gustaría cambiar de tu vida, y plantear un plan de acción, son pasos fundamentales para su solución.
La comunicación con tus compañeros y jefes es fundamental para buscar la mejor solución. Busca apoyo en tus compañeros/as. Uno de los beneficios de las relaciones sociales es que nos ayudan a mejorar nuestro estado de ánimo.
Es poco probable que tu trabajo no tenga nada positivo o que te guste. Prestarle atención a eso que sí te gusta facilitará que te sientas más a gusto o menos agobiado/a.
No te compares. Pensar que tú trabajas más pero obtienes lo mismo, o menos, que los demás compañeros/as, podría afectar a tu autoestima y autoeficacia, frustrarte y general un mal ambiente laboral.
Trabaja en tu motivación intrínseca. Ponte objetivos realistas cada día en el trabajo, cumplirlos te hará sentir que ha merecido la pena, lo que podrá reforzar tu esfuerzo a corto plazo.
Dedícate tiempo de ocio y autocuidado fuera del trabajo, podrás reconectar contigo mismo/a y desconectar del agobio y del estrés diario.
No obstante, ningún trabajo merece la pena a costa de tu salud. Si tienes claro que lo mejor para ti es dejarlo y cambiar, traza un “plan de salida”. Planificarlo en tu tiempo libre te evitará la saturación, el aumento de la ansiedad y los pensamientos negativos constantes mientras trabajas.
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¿Qué puedes hacer como empresa?
Simple: cumple con la LPRL (Ley de Prevención de Riesgos Laborales). Como empresa, no es difícil entender que un empleado que un empleado estresado e insatisfecho trabajará peor.
Pero, además, la LPRL (Ley de Prevención de Riesgos Laborales) te obliga a cumplir y prevenir, y sí, la Ley incluye los Riesgos Psicosociales.
Como persona trabajadora, el estrés y la apatía, a la larga, pueden impactar muy negativamente en ti, tu salud y calidad de vida.
Si necesitas ayuda, no dudes en buscarla. Desde la Psicología del Trabajo, las Organizaciones y los RRHH, los psicólogos y psicólogas profesionales especializados/as, sabemos y podemos ayudar.
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