La orientación vocacional se ha posicionado recientemente como una de las herramientas necesarias para asegurar una vida profesional exitosa. En lo anterior han participado los conocimientos de distintas disciplinas, tales como la psicología, la pedagogía, la administración empresarial, entre otras. Actualmente, la orientación vocacional es incluso una de las áreas más trabajadas con jóvenes en edad pre universitaria.
A continuación veremos qué es la orientación vocacional y cuáles son sus principales objetivos y herramientas.
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¿Qué es la orientación vocacional?
La palabra vocación significa “relacionado con la vocación”. A su vez, “vocación” quiere decir inclinación o inspiración especial para adoptar una forma de vida. Esto último basado en una convicción e identificación importante hacia aquello que se adopta.
Por su parte, el término “orientación” hace referencia a la acción colocar algo en una posición determinada. En este contexto, la orientación también es el acto de informar a alguien sobre un asunto, de manera que dicha información le sirva como pauta o guía para emprender acciones.
Lo anterior ha sido trasladado específicamente hacia la elección de una carrera profesional, ya que en gran parte, es esto lo que marca una trayectoria de vida a largo plazo, por lo menos en los países industrializados.
Así pues, la orientación vocacional puede ser entendida como un proceso que ayuda a la elección de la profesión (Vidal y Fernández, 2009). Se trata de la actividad encargada de cubrir las necesidades que preparan dicha elección, y que van desde favorecer el conocimiento de los intereses propios hasta la evaluación de las posibilidades reales de acceso a su ejercicio, su evaluación y su seguimiento.
Es también un conjunto de conocimientos y prácticas que buscan asegurar que los adultos jóvenes se formen en actividades profesionales que se correspondan con su interés personal, y al mismo tiempo, aseguren un rendimiento eficiente en sus futuros entornos laborales.
Dicho proceso no sólo tiene el objetivo de incorporar a un adulto joven a la fuerza laboral profesional y guiarlo durante su ejercicio, sino que requiere además reconocer el interés de la persona y facilitar su aprendizaje sobre el entorno laboral.
Sus componentes
Hemos visto que la orientación vocacional no es un proceso únicamente centrado en el individuo. Debido a que la orientación vocacional está fuertemente enfocada a favorecer y ampliar las oportunidades laborales y de ejercicio profesional, dicha orientación debe también conocer las oportunidades reales de acceso al mercado laboral, su relación con los distintos programas de estudio y las habilidades o competencias que son necesarias para acceder a estos.
Así pues podemos hablar de dos dimensiones específicas y necesarias para el ejercicio de la orientación vocacional: una centrada en conocer al individuo, y la otra centrada en conocer las características de entorno en donde se espera que ocurra su desarrollo profesional.
1. Explorar los intereses de la persona
En el contexto de la orientación vocacional es común que los intereses de la persona se exploran a partir de la aplicación de pruebas psicométricas, y en ocasiones, a partir de entrevistas a profundidad. Las primeras permiten evaluar desde los distintos perfiles de personalidad, actitudes o rendimiento, hasta preferencias concretas.
En su mayoría, estas pruebas determinan un rango de posibilidades con las que es posible considerar, por ejemplo, si la persona tiene las competencias necesarias para desempeñar la labor de su interés, o si, por el contrario, la profesión de su interés no se corresponde con sus habilidades o con sus posibilidades reales de éxito. Así, suelen presentarse una serie de opciones que se acomodan de mayor a menor, y a partir de las que la persona puede tomar ciertas decisiones. Es así como estas herramientas buscan precisamente orientar la decisión de la persona.
Entonces, la orientación vocacional consiste en facilitar toda la información que permita al individuo reconocer intereses propios, habilidades y áreas de oportunidad, o en algunos casos, facilitar también el reconocimiento de las competencias que es necesario fortalecer para insertarse en un contexto laboral concreto a mediano o largo plazo.
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2. Analizar las características del contexto
Por otro lado, puede ocurrir que los intereses de la persona se correspondan con sus habilidades o competencias disponibles para ejercer la actividad profesional de interés. Pero, no necesariamente las oportunidades de acceso a dicha actividad se corresponden con los intereses o con las habilidades.
En este sentido, parte de la orientación vocacional consiste en evaluar precisamente las oportunidades reales de acceso y hacerlas ver a la persona interesada, de manera que ella misma sea quien plantee las alternativas que considera pertinentes.
La información y las herramientas que ayudan a satisfacer esta necesidad van desde estudios sociodemográficos que dan cuenta de la cantidad de profesionales ejerciendo una actividad específica, hasta estudios laborales y de mercado en donde sea posible ver cuáles son las profesiones más o menos competitivas, o con mayor o menor posibilidad de remuneración económica, o cuál es el coste económico que supone estudiar ciertas profesiones, entre otras características.