Cuando rompemos una relación es normal que, al menos uno de los implicados, se pregunte si cabe la posibilidad de volver, si podrá seguir siendo amigo o amiga de ese ex. En definitiva, sigue teniendo la esperanza de que ese no es el final.
Una ruptura no es algo cómodo, pero no desengancharse del otro puede hacerlo todavía peor. Es por esto que en muchas ocasiones, y en contra de lo que uno podría desear, lo mejor es eliminar toda forma de contacto con nuestra ex pareja.
A esto se le denomina contacto cero, siendo básicamente evitar ver fotos, enviarle mensajes o quedar con la persona con quien se ha roto. Veamos más a fondo las ventajas de esta estrategia, además de comprender para qué es lo que no sirve.
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Contacto cero tras la ruptura: ¿es útil para proteger nuestras emociones?
El contacto cero consiste en estar un período de tiempo en el que se intenta suprimir cualquier forma de contacto con la ex pareja. Si bien la expresión contacto cero es mayormente usada para las rupturas de pareja, lo cierto es que es también aplicable a todo tipo de relación, tanto personal como profesional. Se puede decidir romper cualquier lazo con un empleo altamente desgastante, una amistad tóxica o un pariente que no nos trata de la forma que nos merecemos.
Un aspecto muy importante a la hora de aplicar esta estrategia tras romper con alguien es el control de estímulos. Esto implica no únicamente eliminar el contacto físico, es decir, evitar quedar con él o ella.
También se debe evitar hablarle, ya sea por teléfono, mensajería instantánea o redes sociales, e incluso evitar a terceras personas, ya sean familiares de nuestro ex, amigos en común o gente implicada de alguna forma en esa relación, además de recuerdos, como fotos o canciones escuchadas juntos. Es decir, se debe hacer un esfuerzo para quitar cualquier estímulo que recuerde a esa persona.
Es difícil hacerse a la idea de aceptar una ruptura. Siempre nos preguntamos si habrá segunda parte. Pero lo mejor es aceptar que la relación ha llegado a su final y que la mejor manera de superarlo es intentar seguir hacia adelante, no anclarse al pasado y evitar que los recuerdos y las tentaciones estiren más el sufrimiento.
No se debe confundir el contacto cero con hacer “ghosting”. El “ghosting” consiste en romper todo contacto con la pareja, sin que ella se dé cuenta. Es decir, es romper bruscamente la relación, sin explicarle al otro por qué se ha decidido acabar con la pareja ni darle la oportunidad de explicar qué opina sobre esto.
El “ghosting” es una forma poco ética de acabar con una relación, mientras que la técnica del contacto cero consiste en que, una vez se ha roto la relación de mutuo acuerdo (más o menos) se decide evitar cualquier forma de contacto, para no sufrir y alargar el proceso de ruptura.
Tiempos de emociones difíciles
Cortar por lo sano con la relación y evitar cualquier contacto posterior no es tarea sencilla, pero sí necesario en muchos casos. Debemos dejar de autoengañarnos y aceptar que lo más probable es que la relación se haya acabado de forma definitiva.
Lo de “podemos ser amigos” o “no quiero perderte como amistad” es una forma de engañarse, de creer que tarde o temprano la relación va a reestablecerse, cosa que es muy poco probable. Por todo esto se hace tan necesario aplicar la estrategia del contacto cero, pero antes se debe reflexionar un poco, ya sea para considerar si es lo más adecuado o si se está preparado.
Lo primero que se debe hacer es pensar las posibles consecuencias de continuar con el contacto. Quizás, si continuamos pensando que podemos ver a nuestro ex en las redes sociales, tenerlo de contacto en el móvil o verle de vez en cuanto, esto nos generará malestar emocional en forma de estrés, ansiedad y problemas en nuestra salud mental.
En base a esto, debemos esclarecer qué es lo que queremos para nosotros mismos, que, en esencia, somos las personas más importantes de nuestras propias vidas. Nadie quiere sentirse mal, un sentimiento tan común tras una ruptura, y todos queremos recuperar el control de nuestras vidas, algo que no teníamos cuando salíamos con alguien en una relación que no llevaba a ninguna parte. Debemos establecer qué es lo que más nos conviene.
Es normal que decidir romper todo contacto dé miedo. Al fin y al cabo, aceptar la idea de que no se va a volver con alguien genera incertidumbre, tanto en el hecho de que no sabemos cómo va a ser nuestra vida sin él o ella como en la incógnita de si vamos a conocer a alguien nuevo. Sea lo que sea, se debe ser fuerte y asentar un firme deseo de cambio frente al miedo, focalizarse en las mejoras que nos trae no alargar el sufrimiento.
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¿Cuándo es recomendable aplicar esta estrategia?
Usar la estrategia del contacto cero es especialmente útil cuando se ha vivido por largo tiempo en una relación desgastante.
Como ya hemos visto, aunque es especialmente aplicable para relaciones de pareja, también es útil en el contexto laboral, las amistades tóxicas y familiares que nos hacen daño. Si esta gente no nos ha aportado nada y no parece que vayan a cambiar, lo mejor es cortar toda forma que tengan para tomar contacto con nosotros y viceversa.
Controversia del contacto cero
La técnica del contacto cero se ha valido de bastante controversia, no por la técnica en sí sino por la finalidad con la que muchos la acaban aplicando: recuperar al ex. Muchos gurús del amor aseguran que la mejor manera de recuperar a alguien tras la ruptura es dejar de tomar cualquier contacto con ella.
Según ellos, tarde o temprano la otra parte “verá que no puede vivir sin nosotros” o “comprenderá lo equivocada que estaba al dejarnos, echándonos mucho de menos mientras no hemos contactado con ella”.
Hay que entender que el principal motivo por el que se debe establecer el contacto cero con nuestro ex es el superar la ruptura de la forma más sana y rápida posible. Dejando de verle, hablarle y evitando cualquier estímulo relacionado con ella evitaremos estirar el sufrimiento psicológico asociado a la ruptura. No es una cuestión de pensar que va a haber un futuro juntos, sino es cuestión de aceptar que, lo más probable, es que la relación se ha acabado de forma definitiva. Resistirse a ello nos va a hacer más daño que bien.
Querer recuperar a la pareja es algo legítimo, pero hacerlo de esta forma no. Usar esta técnica con la intención de recuperar a nuestra pareja es una forma disfuncional de hacer frente a la ruptura. Es masoquismo emocional combinado con ser deshonesto con nuestro ex, dado que, en un principio, le damos a entender que hemos aceptado de mutuo acuerdo la ruptura, pero estamos orquestrando la forma de volver con ella.
En definitiva, estamos siendo manipuladores si nuestra intención es fingir que rompemos el contacto y aceptamos el final de la relación. ¿Cómo pretendemos volver con nuestra pareja si nuestra nueva relación se va a asentar en una mentira y en la desconfianza? Desde luego, no es una forma saludable de tratar a un ex ni a nosotros mismos.
Referencias bibliográficas:
- Blumer, M. L. C., Hertlein, K. M., & VandenBosch, M. L. (2015). Towards the development of educational core competencies for couple and family therapy technology practices. Contemporary Family Therapy: An International Journal, 37(2), 113-121. doi:10.1007/s10591-015-9330-1
- Celano, M. (in press). Competencies in couple and family psychology for Health Service Psychologists. In Fiese, B. (Ed.), APA Handbook of Contemporary Family Psychology. Washington, DC: American Psychological Association.