Tradicionalmente, se nos presenta la relación de pareja como una cuestión estrictamente emocional, donde aquello que conocemos popularmente como amor nos invade en un momento determinado de forma muy intensa, y nos lleva a sentir que estamos enamorados. Ese sentimiento mantenido en el tiempo nos llevará a querer y ser queridos sin que importen otras variables.
Este modelo relacional sustentado por agentes culturizadores, tales como las novelas, series de televisión, películas, las canciones populares y otros, transmiten y refuerzan el proceso que se supone que debe de seguir una relación de pareja basada en amor romántico. A partir de este modelo surgen determinados mitos y creencias que contribuyen a la forma de desarrollar una relación amorosa. Aquí hablaremos sobre cómo estas creencias sobre el amor pueden ayudar a desencadenar lo que algunos psicólogos conocen como "los jinetes del apocalipsis del amor".
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Creencias habituales sobre el amor romántico
Estas son las principales ideas que guían nuestra manera de entender y de interpretar las relaciones amorosas basadas en el amor romántico:
- La media naranja: la creencia de que estamos predestinados a amar a una determinada persona.
- La exclusividad: la idea de que solo se puede amar a una persona al mismo tiempo.
- Las creencias socioculturales: la creencia de que hay que casarse y tener hijos.
- El poder omnipotente del amor: la creencia de que "el amor todo lo puede'' y ''mientras nos queramos hay esperanza''.
- Celos: pensamientos del tipo ''si no tengo celos por mi pareja, no estoy realmente enamorado''.
Estos mitos y muchos más son creencias inadecuadas que se convierten en mediadores directos a la hora de mantener una relación de pareja.
La realidad es que las relaciones de pareja son algo más complejas y, a veces, ese amor al que nos aferrábamos ante todo se va apagando sin que lleguemos a entender por qué. Normalmente, la sociedad no refleja el amor basado en el respeto por la individualidad del otro, en el conocimiento y la aceptación real de éste, en el enriquecimiento mutuo y la capacidad de resolver los problemas. Aunque, paradójicamente, los estudios demuestran que las parejas que llevan relaciones teniendo en cuenta estas variables son más duraderas.
Es fundamental desarrollar una forma de vida común que haga feliz a las dos partes y, por tanto, es importante conocer los diferentes problemas que pueden surgir y los factores que predisponen a ellos para poder evitarlos.
Los 4 jinetes del apocalipsis de las relaciones
John y Julie Gottman son un matrimonio de investigadores que se dedican a estudiar parejas y analizar sus relaciones mediante observaciones directas y registros fisiológicos en su "Love Lab" o laboratorio del amor, donde han evaluado a más de 3000 parejas.
A raíz de los resultados de estos estudios, han llegado a conclusiones muy interesantes para las relaciones de pareja. Han encontrado cuatro factores clave que influyen directamente en la pareja y los han llamado "Los cuatro jinetes del apocalipsis de las relaciones". Son varios problemas potenciales que pueden matar el amor, que refieren a cuatro errores cruciales, en este caso referidos a la comunicación.
Primer jinete: las críticas
Se pueden tener quejas sobre la pareja, y más si es la persona con la que convives. Pero cuando las quejas se convierten en críticas, estamos creando un problema. Las quejas son manifestaciones puntuales sobre un hecho concreto. Pero una crítica es una actitud global y duradera y ataca directamente a la personalidad de la pareja.
Una queja es: "Ayer no limpiaste la cocina cuando dijiste que lo harías tú". En cambio, una crítica sería: "Eres una irresponsable, por eso siempre tengo que limpiar la cocina cuando te toca a ti".
Las críticas no son el mayor problema de la pareja, de hecho son muy comunes entre las parejas. La dificultad se crea porque la crítica allana el camino al resto de jinetes.
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Segundo jinete: el desprecio
Sarcasmo, insultos, burlas, ridiculización…Todos ellos son muestras de desprecio y son buenos predictores del fracaso de una relación. El desprecio se exacerba por los pensamientos negativos sobre la pareja, guardados durante mucho tiempo. Es más probable tener estos pensamientos negativos cuando las diferencias no se resuelven. Un ejemplo es: "La señorita se cree que lo tienen que hacer todo por ella, claro, es una princesa; no se da cuenta de lo desconsiderada que es y de que los demás no somos sus siervos".
La beligerancia es prima del desprecio e igualmente letal para una relación. Es una forma de enfado agresivo porque contiene una amenaza o una provocación. Cuando una parte de la pareja recrimina algo a la otra y ésta le contesta: "¿Qué vas a hacer, denunciarme?", es una respuesta beligerante.
Tercer jinete: la actitud defensiva
Aunque a veces, según la situación, es comprensible que una parte se defienda, rara vez se llega a un efecto deseado. La parte agresiva no suele dar su brazo a torcer ni pedir perdón. Esto se debe a que la actitud defensiva en realidad se percibe como un modo de ataque. La pareja percibe que se le está culpando.
Ejemplo: “No has limpiado la cocina cuando te tocaba a ti”; “No siempre tengo tiempo para limpiar porque tengo que estar haciendo la cena para cuando llegas” (actitud defensiva).
Cuarto jinete: La actitud evasiva
En parejas donde se dan los tres jinetes anteriores, lo más probable es que después de un tiempo una de las dos partes se acabe distanciando. Cuando una de las partes critica a su pareja, la otra parte puede esconderse tras el móvil o acabar marchándose.
Está aplicando la actitud evasiva y, aunque esté evitando una discusión en el momento, está empeorando la situación a largo plazo. Esta conducta suele llegar cuando ya se han asentado los otros tres jinetes, por agotamiento.
Esta actitud se relaciona mucho con sentirse abrumado. Cuando una persona se siente así, piensa que es indefensa frente a la agresión que sufre y acaba adoptando medidas de lucha (actitud defensiva) o de huida (actitud evasiva). Lo único en que piensa la persona es en protegerse, por lo que, tras el agotamiento, se distancia emocionalmente de la relación.
El hecho de que una persona se sienta habitualmente abrumada lleva a la ruptura por dos razones. En primer lugar, indica que una de las partes se siente gravemente tensa emocionalmente cuando trata con su pareja. En segundo lugar, las sensaciones físicas que provoca esta emoción (aceleración significativa del ritmo cardíaco, sudoración, aumento de la presión sanguínea, secreción de adrenalina, etc.) imposibilitan una discusión fructífera.
¿La ruptura es inevitable?
Que aparezca alguno de los jinetes dentro de una relación no predice la ruptura. De hecho, se han observado alguno de los jinetes en algún momento dentro de matrimonios estables. Pero cuando los cuatro aparecen de manera constante, significa que la relación tiene graves problemas.
Es por ello fundamental desarrollar habilidades alternativas dentro de la comunicación, y en concreto en la pareja para garantizar un futuro estable de esta.
En un próximo artículo veremos algunas soluciones y posibles herramientas para hacer frente a cada uno de estos jinetes cuando aparecen en el marco de una relación de pareja.