Durante las últimas tres décadas, la tasa de divorcios en población mayor de 50 años se ha disparado, sobre todo en los países desarrollados. Hombres y mujeres cerca de la tercera edad deciden que no pueden aguantar más y que no quieren continuar con su relación.
Este aumento de los divorcios séniors ha sido bautizado como la revolución del divorcio gris, haciendo alusión a las canas que ya coleccionan muchos de los solicitantes de la separación.
A continuación vamos a explorar más a fondo qué es lo que ha motivado que sean cada vez más los divorcios grises.
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La revolución del divorcio gris
El divorcio gris, también conocido como divorcio de plata o de diamante, se refiere a la tendencia de aquellos matrimonios de mediana y tercera edad, “con canas” que deciden separarse tras muchos años de convivencia. Este fenómeno ha tomado especial interés en los últimos años dado que el divorcio en personas de más de 50 años ha ido en aumento, sobre todo en los Estados Unidos de dónde viene este concepto.
En las últimas tres décadas la cantidad de matrimonios de avanzada edad que han decidido divorciarse ha ido en aumento, especialmente en Norteamérica. De hecho, fue la Asociación Estadounidense de Personas Jubiladas que propuso este término en 2004. La tasa de divorcio en las personas mayores de 55 años se duplicó entre 1990 y 2010. 1 de cada 4 divorcios en 2010 se dio en personas mayores de 50 años. En 2012, investigadores de la Bowling Green State University (Ohio) denominaron a esta tendencia creciente de divorcios en personas de más de 50 años como la “revolución gris del divorcio”.
Pero la explosión de divorcios grises no se limita a Estados Unidos. Las mismas tendencias se han visto en otras sociedades, como Europa occidental, Australia e, incluso, la India. En Canadá ha aumentado de forma exponencial el divorcio entre personas de 55 a 65 años, en Reino Unido se duplicaron los divorcios en personas de más de 55 años, ahí conocidos como “divisores de plata” o “surfistas de plata”. Y en Japón, las parejas casadas por más de 30 años han cuadriplicado su tasa de divorcio. El divorcio gris es una realidad mundial que está transformando la vida social y económica de las familias y sociedad.
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¿Por qué está ocurriendo esta tendencia a divorciarse en edades avanzadas?
Son muchas las circunstancias detrás del aumento de divorcios entre personas de más de 50 años. Uno de los motivos es que, a finales de los años sesenta y setenta, se asentó el interés en la felicidad personal y la autorrealización. Añadido a esto, durante las décadas siguientes, en la mayoría de los países avanzados la esperanza de vida aumentó, las actitudes sobre el matrimonio como institución de por vida cambiaron, el divorcio fue aceptándose socialmente y las mujeres se unieron a la fuerza laboral, volviéndose económicamente más independientes.
Las parejas que se casaron hace décadas y que, por los motivos que sean, se han ido distanciando o viendo que llevan años siendo infelices están dispuestas a enfrentar sus diferencias sobre varios temas y reconocer sus relaciones insatisfactorias. A esto se le suma un momento crítico, que es cuando experimentan el síndrome del nido vacío, es decir, que sus hijos adultos se van de casa, y se preguntan qué tienen ahora en común.
La infidelidad y las adicciones también son importantes desencadenantes del divorcio a estas edades. Los cónyuges buscan refugio del abuso mental, emocional y físico de su pareja. La ruptura de la relación por irregularidades financieras, como que no se haya podido progresar económicamente o una de las dos partes gaste más de lo que se pueden permitir, también puede motivar la separación.
Sea como sea, lo que más comparten los divorciados grises es haberse dado cuenta de que su matrimonio no es el sueño que tanto imaginaron que sería, y se sienten infelices e insatisfechas, sintiendo que si no hacen algo ya o acaban con la relación la dinámica va a proseguir hasta que la muerte los separe. No quieren seguir perdiendo el tiempo, la vida y las energías, así que optan por romper con la relación con la esperanza de poder aprovechar las décadas que les quedan en libertad.
Otras causas de los divorcios grises son:
- Falta de comunicación en la pareja.
- Sensación de estar atrapado.
- Incumplimiento de las expectativas maritales.
- Cónyuges con personalidades incompatibles.
- Cambio de prioridades.
- Falta de confianza con la pareja.
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La búsqueda de felicidad personal y autosatisfacción
Las personas que hoy en día tienen 50 años o más e inician el proceso de divorcio suelen decir que lo hacen porque quieren algo más y diferente. Este grupo de población alcanzó la mayoría de edad entre finales de los 1960 y principios de 1980, justo en un período en el que en muchos países el divorcio se fue generalizando y adquiriendo mayor aceptación social.
Algunas, sobre todo las mujeres, perciben estos matrimonios como conflictivos y sumamente insatisfactorios. Sienten que tienen muy poca o prácticamente ninguna interacción con sus maridos. Se preguntan: “¿Esto es todo?” y reportan que se sienten solas a pesar de estar casadas. Sienten que viven en una relación vacía, los restos de un matrimonio que antaño se les presentó como tan prometedor y feliz. Se acaban divorciando con la esperanza de iniciar una nueva etapa, con alegría y felicidad, tanto con nuevas parejas como solas, sea como sea sin vivir en una relación que llevaba tiempo muerta.
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Aspectos a tener en cuenta en un divorcio gris
Para acabar, vamos a destacar una serie de aspectos a tener en cuenta antes de iniciar un proceso de divorcio con más de 50 años. Como decíamos, los motivos que llevan a una pareja a divorciarse son muy variados, habiéndolos de muy legítimos como haber sido víctima de una infidelidad, de abuso físico y psicológico o que realmente ambos cónyuges ya no se quieran.
No obstante, debemos tener en cuenta varios aspectos con respecto al divorcio en la edad adulta tardía. Los divorcios no dejan de ser situaciones críticas, en las que dos personas que antes se quisieron mucho ahora ya no se sienten cómodas compartiendo una vida, algo que puede tratar de solucionarse acudiendo a terapia de pareja. Igualmente, es importante entender que de proceder con la separación, por muy convencidos que estén los cónyuges, esta tendrá un efecto emocional en ambos.
Entre los aspectos a tener en cuenta encontramos los siguientes.
1. Pensión alimenticia
Los pagos de pensión alimentaria son más comunes en los divorcios grises.
2. Cuentas de jubilación
Las cuentas de jubilación pueden sufrir un serio impacto durante el divorcio.
3. Hijos y nietos
La mayoría de parejas que se divorcian entre los 50 y 60 años tienen hijos que ya son adultos. No obstante, no se debe pensar que porque una persona sea ya adulta el divorcio de sus padres no le va a afectar.
La separación va a tener consecuencias emocionales sobre los hijos y, a pesar de que en este caso no hay discusiones sobre la custodia y los hijos puede que ya tengan hasta sus respectivas familias formadas, estos sienten que tienen que elegir entre uno u otro padre. Y si ya hay nietos, la separación será especialmente dolorosa para ellos.
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4. Contratos prenupciales
Los contratos prenupciales sirven para dividir los bienes entre los cónyuges antes de casarse, estableciendo de quien es cada cosa. A la hora de divorciarse, se deberán tener en cuenta y valorar si sale a cuenta seguir adelante con el proceso.
5. Rehacer la vida y volver a casarse
En los divorcios, la edad importa. Cuanto mayor se es, más difícil va a ser rehacer la vida después de la separación. Aunque no es imposible volver a casarse a los 50 años, sí que es más complicado y es importante prepararse ante la nueva dinámica de las relaciones.