Un pilar fundamental para hacer que la relación de pareja perdure es la comunicación. Pero no cualquier tipo de comunicación; hace falta aprender a manejar estrategias de comunicación asertiva y honesta para lidiar adecuadamente con los problemas en la convivencia de pareja.
En este artículo vamos a revisar las diferentes maneras en las que la falta de comunicación en la pareja afecta negativamente al vínculo amoroso, impidiendo un desarrollo sano de la calidad de vida de los miembros que la conforman y de su manera de interactuar en el día a día.
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La importancia de la comunicación en las relaciones amorosas
Las uniones de pareja se basan principalmente en la confianza para crear un vínculo fuerte que mantenga unidas a dos personas, y la comunicación es parte intrínseca del proceso de confiar en alguien. Cuando confiamos somos capaces de expresar nuestros sentimientos, emociones y opiniones de una manera franca y abierta con la otra persona.
De este modo, se puede entender entonces por qué la falta de comunicación en la pareja complica el hecho de que la relación funcione adecuadamente. Evadir los temas incómodos y hacer como si no existiesen los problemas es contraproducente, lo ideal es conversar para buscar las soluciones, así como mantener a la otra persona al coriente de lo que se piensa y siente acerca de todo tipo de temas significativos.
Es importante que aquellas parejas con problemas de comunicación sean capaces de reconocer esta situación a tiempo, para que puedan buscar las herramientas necesarias con las que mejorar este aspecto de su relación. De lo contrario, el vínculo afectivo se volverá disfuncional.
¿Cómo afecta la falta de comunicación a la pareja?
A continuación vamos a revisar un listado con las principales consecuencias de la falta de comunicación en el vínculo de pareja; se trata de factores que van desgastando la calidad del vínculo afectivo y que nos exponen más a los malentendidos e incluso a las discusiones y los conflictos.
1. Actitud pasivo-agresiva
El modelo de comunicación pasivo-agresiva puede dañar significativamente a la pareja en los momentos de conflicto. La actitud pasivo-agresiva se basa en aparentar compostura, una expresión calmada, un tono de voz moderado, y hacer ver como que no pasa nada cuando en realidad nos encontramos irritados y lo hacemos saber de manera indirecta y ambigua.
Si eres capaz de mantenerte calmado o calmada durante las discusiones, evita que tus palabras sean hirientes directa o indirectamente; no basta con mantener un tono de voz adecuado y un buena compostura cuando lo que dices lastima a la otra persona.
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2. No saber escuchar
Este problema representa uno de los más comunes para las parejas, y es consecuencia de la falta de comunicación en la relación. Es habitual ver cómo en las conversaciones las personas escuchan para responder, en lugar de para comprender el mensaje que la otra persona quiere hacerles llegar. Mientras más se prolongue esta situación mayores serán las secuelas negativas que deje.
Cuando esto ocurre durante las discusiones, estas se tornan cada vez más acaloradas, y jamás se consigue llegar a un punto concluyente, porque los miembros de la pareja se interrumpen constantemente evitando que alguno pueda expresar sus puntos de vista con normalidad.
3. Problemas de ira
Las dificultades para controlar las propias emociones, y en especial la ira, repercuten significativamente en la convivencia de la pareja. Esta situación genera un círculo vicioso en el cual la sensación de enfado nos hace transmitir ideas de manera equivocada, y los malos estilos de comunicación nos hacen sentir ira.
Lo mejor ante esta situación es aplicar un buen reconocimiento emocional, de manera que podamos saber inmediatamente que estamos enojados y evitar actuar o decir cosas durante el tiempo que se mantenga esta emoción. Así, seremos nosotros quienes controlemos la ira, y no al revés.
4. Críticas negativas
Cuando nos quejamos de manera excesiva y negativa de nuestra pareja, eso revela que algo estamos haciendo mal en el proceso comunicativo. Las críticas están ligadas a circunstancias problemáticas que no hemos sido capaces de resolver.
Si algo no te gusta de tu pareja, lo mejor será decírselo y encontrar juntos una solución. Pero si en lugar de eso lo que ocurre es que criticas su comportamiento sin tener la menor intención de solucionar el conflicto de origen, es momento de replantearse los estilos comunicativos que se manejan.
5. Ignorar a la pareja
Ignorar a la pareja es la manera más evidente de falta de comunicación que existe. Se trata de la omisión total de cualquier interés por mejorar la situación negativa que daña la relación. Cuando ignoramos, el mensaje implícito que estamos enviando es que no nos interesa hacer algo para mejorar el funcionamiento de la relación.
6. Las faltas de respeto
Las ofensas hacia la pareja únicamente consiguen empeorar la situación inicial. Faltar el respeto del otro mientras tenemos una discusión es el equivalente a poner más leña en el fuego. Generamos un ambiente mucho más tenso donde la ira y la frustración se hacen dueños del momento.
7. Actitud testaruda
No dar el brazo a torcer es una de las cosas que más nos alejan de una comunicación adecuada con nuestra pareja. En ocasiones, es mejor bajar la guardia y aceptar que tal vez hemos actuado de manera exagerada ante alguna situación.
Hacer esto no implica debilidad ni sumisión, todo lo contrario, refleja que somos lo suficientemente maduros como para entender que no siempre tenemos la razón y hay momentos donde se debe aceptar que nos hemos equivocado, siempre aprendiendo de nuestros errores.
8. Enfocarnos únicamente en nosotros
Si bien es cierto que siempre debemos tener amor propio y no permitir que nuestra pareja esté por encima de nuestras necesidades, también es necesario entender que las relaciones son cosa de (al menos) dos personas, y no podemos únicamente centrar el foco en nosotros mismos.
Lo ideal es aprender a ver las necesidades del otro como importantes también, para poder llegar a acuerdos adaptativos, los cuales aporten beneficios a la convivencia y generen un ambiente de igualdad en la pareja.
¿Qué hacer para solucionarlo?
La posibilidad de asistir a terapia de pareja debería ser una de las opciones que se plantee toda pareja que pase por esta clase de problemas.
En estas sesiones, el trabajo para mejorar la calidad de la comunicación es un aspecto central de la intervención psicológica. EL objetivo no es buscar culpables y víctimas, ni hacer que ambos se desahoguen sin más, sino establecer dinámicas de comunicación y de convivencia que arraiguen en el día a día y más allá de las sesiones con el psicólogo, de manera que la relación de pareja gane un nuevo impulso, haciendo que ambos tengan recursos para gestionar los posibles problemas o crisis que puedan surgir en ese vínculo amoroso.
Eso sí, hay que preocuparse por encontrar un buen psicólogo; en todo caso, ten en cuenta que es mejor optar por profesionales formados en este ámbito de intevención, la cual tiene características propias que no se dan en la psicoterapia individualizada.
Referencias bibliográficas:
- Blow, A.J. & Hartnett, K. (2005). Infidelity in Committed Relationships II: A Substantive Review. Journal of Marital and Family Therapy, 31: pp. 217 - 233.
- Carreño, M. (1991). Aspectos psicosociales de las relaciones amorosas. Santiago de Compostela: Universidad de Santiago de Compostela.
- Fehr, B.; Russell, J. (1991). The Concept of Love Viewed From a Prototype Perspective. Journal of Personality and Social Psychology.
- Sternberg, R.J. (1987). Liking vs. loving: a comparative evaluation of theories. Psychological Bulletin, 102(3): pp. 331 - 345.
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