¿Qué hace que una relación de pareja entre personas del mismo sexo tenga éxito o fracase? Esta es la pregunta fundamental que llevó a John Gottmann (autor del método Gottmann, un tipo de terapia de pareja enfocado a desarmar los conflictos y a mejorar la convivencia, el respeto y la intimidad en las relaciones) a estudiar este fenómeno en profundidad.
Los factores del éxito en una relación de pareja LGBT
Uno de los hallazgos clave fue que, en general, la satisfacción y la calidad de una relación son similares en todos los tipos de pareja (heterosexuales, gays y lesbianas). Este resultado respalda investigaciones previas que han encontrado que las relaciones entre homosexuales son comparables y no difieren tanto de las relaciones heterosexuales en muchos sentidos.
Diferencias entre parejas heterosexuales y parejas del mismo sexo
Según Gottmann, las parejas de gays y lesbianas, como las heterosexuales, lidian con los altibajos de las relaciones cercanas todos los días. Sin embargo, estos altibajos pueden ocurrir en un contexto social de aislamiento de la familia, por los prejuicios en el puesto de trabajo y otras barreras sociales que son exclusivas de las parejas homosexuales.
Además, las investigaciones han demostrado que las parejas del mismo sexo son más optimistas ante los conflictos. En comparación con las parejas heterosexuales, las parejas gays y lesbianas emplean una comunicación con más afecto y humor cuando enfrentan un desacuerdo, y a menudo lo reciben de una forma más positiva.
Por otra parte, los datos indican que las parejas del mismo sexo usan menos tácticas emocionales hostiles y controladoras. Las parejas de gays y lesbianas también muestran menos beligerancia, dominación y miedo en los conflictos que las parejas heterosexuales. Para Gottmann, la diferencia en estas emociones relacionadas con el "control" sugiere que la equidad y el poder compartido entre las parejas es más importante y más común entre las relaciones de gays y lesbianas.
¿Qué ocurre en los conflictos de pareja LGTBIQ?
En una discusión, las parejas LGTBIQ se lo toman de forma menos personal, lo que indica que este tipo de parejas tienden a aceptar cierto grado de negatividad en la relación sin que eso afecte a la estabilidad o la calidad de la misma. En los conflictos, las parejas de lesbianas muestran más enojo, humor, emocionalidad e interés que los hombres gays.
Esto sugiere que en las relaciones de lesbianas suelen haber más expresividad (tanto positiva como negativa) que en las relaciones de gays. Este hecho también es un reflejo de cómo funciona nuestra sociedad: los hombres son socializados en una cultura donde la expresión emocional es más aceptable en mujeres y es, normalmente, desincentivada en hombres.
Los hombres homosexuales deben ser especialmente cautelosos para evitar la negatividad en los conflictos. Cuando se trata de reparar un error, las parejas homosexuales difieren de las heterosexuales; si el iniciador del conflicto en una relación se vuelve demasiado negativo, su pareja no puede solucionarlo con tanta eficacia como ocurre en las parejas lesbianas o heterosexuales.