Muchas personas acuden a mi consulta de coaching porque tienen problemas con su pareja. No son felices y no saben qué hacer.
Creen que la pareja no los quiere, viven enganchados (codependientes) y sufren. Desesperan cuando creen que el amor o la aprobación debe llegar de fuera (a través de su pareja) y no llega exactamente como ellos desearían. Viven con frustración, ansiedad, posesividad, celos, etc.
La relación se vuelve tóxica cuando esperas que el amor venga sólo de tu pareja. Tu pareja te puede mostrar más o menos afecto, cariño y escucha, pero lo que no puedes esperar es que tu pareja llene tu corazón.
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Qué es realmente la autoestima
El corazón no puede llenarlo nadie más que tú. Debes aprender a reconocer que hay amor dentro de ti. La autoestima sucede cuando te das cuenta de que el amor está dentro de ti, o, mejor dicho, es tu esencia.
Cuando descubres que eres amor, entonces das amor a todos los seres (y no sólo a tu pareja), pues el amor es el perfume que desprende tu alma, quién eres en realidad. El amor no es algo que tengas que hacer, es tu identidad. Y cuando aprendes a vivirte desde tu identidad más profunda, entonces das sin esperar nada a cambio y puedes tener una relación sana.
He dicho una “relación sana” y no “feliz”. Esto significa que tu relación estará basada en la aceptación del otro (sin quererle cambiar). La felicidad no la buscarás en la relación, sino que la encontrarás dentro de ti, y la relación lo que hará es amplificar eso que has encontrado dentro.
La autoestima es reconocer o darse cuenta de que ya eres un ser completo y no te falta nada pues cuando te vives desde el amor, nada te falta. La autoestima va más allá de lo que piensas o puedas pensar de ti. No es tu autoimagen.
La autoestima es lo que eres antes incluso de que pienses algo sobre ti. Es el sustrato último de tu realidad y coincide con el sustrato de todo lo creado. Es la consciencia que está en ti y en todos. Ser consciente de ser uno con el amor, que es la esencia de todo, es vivir con autoestima.
¿Y por qué buscamos el amor fuera de nosotros?
Por una confusión mental. Hemos creído ser algo que no somos. Nos hemos identificado con lo que nuestra mente nos dice que somos. Hemos creído que somos un “yo” que tiene un cuerpo y unos pensamientos. Pero sin darnos cuenta que ese “yo” en realidad es un pensamiento que puede ser observado.
Y en verdad, no somos nada de lo que podemos observar o pensar. Somos el espacio donde aparecen y desaparecen nuestros pensamientos. Pero nos hemos confundido (debido a una falta de claridad o consciencia) y hemos creído ser uno de esos pensamientos que observamos: un pensamiento que ha cultivado una historia alrededor y que se cree el protagonista de nuestras vidas.
A ese pensamiento le llamamos ego o “yo”. Ese “yo” personaje por definición está carente de amor y vive desde el miedo, pues para existir necesita del “tú” u “otro” (que le es desconocido).
El ego vive creyendo que está separado de toda la realidad. El “yo” basa su existencia en la dualidad donde hay muchos “otros”. El “yo” no puede existir sin sentirse aislado o separado, y por eso, busca desesperadamente completarse. Y la forma más directa de completarse es buscando el amor a través de una “pareja”.
Lo que no sabe el “yo” es que por más parejas que tenga, el “yo” nunca se sentirá completo. El “yo” por definición es la ilusión de separación de la realidad, de lo que realmente eres (amor). En otras palabras, por más parejas que tengas, tu “yo” siempre sentirá que le falta algo y nunca estará satisfecho.
¿Cómo resolver un problema que hasta ahora achacabas a tu pareja?
No se puede resolver un problema desde el mismo nivel donde fue creado (el “yo”). La solución no está en conseguir que cambie tu pareja. Tampoco está en cambiar tu “yo” por otro “yo”. El problema es la ignorancia y la solución está en abrir los ojos a tu verdadero rostro. El problema es que te has creído ser un personaje que se percibe separado de su pareja y vive ahogado en un mar de miedo y emociones.
El ego es como una ola que se cree separada de las otras olas. Pero en verdad, tú no eres la ola, eres el océano entero manifestado a través de todas las olas. No eres el ego, eres la misma consciencia que habita dentro ti y de tu pareja y de todo. En el fondo tú eres la pareja que estás buscando, y tu pareja es otra versión de ti. La pareja es un espejo donde puedes verte reflejado.
Intentar cambiar a la pareja es como intentar cambiar lo que ves en un espejo. La pareja sólo cambia cuando aprendes a mirar con otros ojos. Cuando dejas de buscar el amor en la pareja y lo encuentras dentro de ti, tu pareja te refleja ese amor que has encontrado. El problema de pareja se resuelve por lo tanto cuando reconoces el amor que siempre ha habitado dentro de ti.
A continuación, voy a dar 5 pasos para abrirte al verdadero y único amor de tu vida (y eres tú).
1. Enfoca tu pensamiento en tu centro más elevado
Para empezar a reconocer tu esencia, tu verdadera identidad (más allá del “yo”) es importante que tengas fe en ti, es decir en tu verdadero Ser o esencia. La fe en el ti es lo que hará que vayas, poco a poco, transformándote como una larva se transforma en una mariposa. Centra por lo tanto tu pensamiento en lo más elevado que puedas concebir dentro de ti: el amor eterno, la sabiduría eterna, la verdad eterna. Ésas son las 3 cualidades esenciales de tu verdadero Ser.
Como dijo el Maestro Omraam Mikhaël Aïvanhov, si se imagina un fruto y se ve cómo interpretar piel, pulpa y hueso; piel, que envuelve y protege al fruto corresponde al plano físico; pulpa, en donde circulan las corrientes de vida, corresponde al mundo psíquico; y hueso, que asegura la reproducción del fruto, corresponde al mundo espiritual.
Si se transponen a la vida espiritual, la piel del fruto es la sabiduría que protege, retiene y preserva; la pulpa es el amor que se come y mantiene la vida y, en cuanto al hueso que plantamos, representa la verdad porque solo lo que es verdadero perpetúa la vida.
Recuerda que, en el fondo eres el océano (el amor) expresándose en forma de ola (humano). El amor eres tú sin identificarte con tu ego. Tu ego es lo único que te separa de tu esencia. No debes cambiar nada, simplemente debes aprender a verte con otros ojos. Y para ver, primero necesitas creer o tener fe. Ponlo en práctica y verás. Cultiva la fe en ti como un ser de amor, sabiduría y verdad que no cambia, o dicho de forma simplificada, un ser de puro “amor”.
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2. Cuida tu templo (el cuerpo)
Para poder reconocer tu ser perfecto y completo te ayudará tener el cuerpo saludable y vital. Es difícil conectar con el amor si tu cuerpo está sufriendo. El cuerpo es el templo que creaste para poder vivir en esta dimensión terrenal. Es el traje espacial de tu alma. Si tu cuerpo no está bien, el espíritu de amor que eres, es difícil que reconozcas quién eres más allá de tu cuerpo.
3. Calma la mente
Para poder reconocer tu esencia, debes calmar tu mente. Es lo que se llama “meditar”. Pero poca gente puede meditar pues hay mucho caos en su mente. Por eso es importante aprender a deshacer el caos antes de sentarte a meditar. Te recomiendo la meditación del caos a la calma que puedes encontrar en mi web. Dura 10 minutos y tiene dos fases: la primera (de 5 minutos), consiste en expresar todo el caos (o locura) que hay dentro de ti.
Pero debes expresarlo haciendo sonidos tipo (blablbablabajaajasda asfa papfa afsw awwaga akkra rkkla pppara fa a) es decir, dices cosas sin sentido. Debes soltar tu locura y sin ponerle palabras, solo sonidos sin ningún significado. Y cuando termines esta fase caótica e intensa, luego vendrán 5 minutos de calma. En esta segunda fase solo debes respirar y observar lo que sientes. Esta fase es para que aprendas a familiarizarte con la calma que hay cuando no queda ruido mental (o caos) en la mente.
4. Prepara el contacto con tu esencia
Una vez nuestro cuerpo esté sano y vital y la mente calmada, podemos ir un paso más hacia el interior. Y usaremos la respiración como el puente para adentrarnos en nosotros mismos. Voy a compartir contigo uno de los ejercicios que recomiendo a mis clientes de coaching. Está inspirado en las enseñanzas de Omraam Mikhaël Aïvanhov y es un ejercicio que trae enormes beneficios para tu psiquis y sistema nervioso. Debe hacerse con el estómago vacío (mínimo 5 horas después de comer) y las instrucciones son:
- Tapa el orificio izquierdo e inhala por el derecho (4 segundos)
- Retén (16 segundos)
- Exhala por el izquierdo (8 segundos)
- Inhala por el izquierdo (4 segundos)
- Sigue así hasta que hayas inhalado 6 veces por cada orificio
Si quieres llevar este ejercicio al siguiente nivel, cada vez que inhales imagina que bebes Amor o Luz y te haces pequeño como si fueras el punto de un círculo. Cada vez que retengas, imagina que esa Luz o Amor nutre todas tus células por dentro. Y cada vez que exhales, imagina que expandes esa Luz a todo el Universo entero.
5. Abre el corazón
Ya hemos empezado a tocar lo invisible en nosotros con el poder de la respiración consciente. Ahora hay que entrar dentro del corazón, que es donde realmente mora nuestra verdadera identidad o esencia. Y lo haremos con el poder del canto y la devoción. Debes cantar a tu esencia con devoción, imaginándola en el centro de tu corazón como si fuera una Luz blanca, radiante, gloriosa y cálida. Canta a esa luz con todo tu cuerpo, tu mente, tu corazón y tu alma. Que tu voz avive la llama que mora en tu interior.
Entrégate a tu centro luminoso. Ofrécele tu mejor canción. Siente lo que dices. Siente pasión, gratitud y devoción hacia ti, hacia lo más puro y sagrado que habita en tu corazón. Y si quieres decir unas palabras, a mi me gustan especialmente estas:
“Amo tu Sabiduría; tengo Fe en tu Amor; Confío en tu Poder. Me entrego a Ti para poderte servir”. Es decir, entrega tu ego al Amor que eres en esencia. Esa entrega total a lo más puro y luminoso de tu interior actúa como el agua para que florezcas en Amor.
A medida que vas alimentando esa llama que habita en la cámara secreta de tu corazón, empezarás a recordar quién eres. Y a medida que vas despertando a tu auténtica naturaleza divina (Amor), tu forma de relacionarte con el mundo y los demás se transformará. Habrá personas que no soportarán tu nueva identidad (una identidad que no teme) y se alejarán de ti pues no soportarán que seas libre y poderoso, y habrá almas que se acercarán a ti para compartir su amor.
En conclusión
Resumiendo: si quieres salir de una relación tóxica, entra en tu interior y recupera el contacto con tu pareja interna (la luz de tu interior que es puro amor). Sólo haciendo ese cambio interno puedes esperar cambios externos reales. No es cambiando de pareja cómo realmente vas a solucionar tu problema sino ampliando la percepción que tienes de ti primero.
Deja de vivir desde el “yo” (que tiene miedo y busca la seguridad apegándose a una pareja) y descubre qué eres, siempre has sido y siempre serás. Eres amor y cuando vives con esa consciencia, todos los problemas dejan de existir y vives la perfección del momento presente tal y como es.