El amor es uno de los sentimientos más intensos que podemos llegar a experimentar, y quizás es por eso que, ante él, nuestra racionalidad baja sus defensas.
Esto es bueno en muchos sentidos, ya que pensar de un modo demasiado rígido puede hacer que las etiquetas con las que clasificamos la realidad nos impidan disfrutar por entero de la experiencia que nos brinda una relación afectiva.
Sin embargo, este hecho es un arma de doble filo. Así como nos abandonamos al sentimiento del amor, también nos olvidamos de nuestra capacidad de vivir las experiencias con sencillez. Las oleadas de emociones que agitan nuestro cerebro, muchas veces, nos llevan a vivir en una ficción llena de épica y de idealización que no se corresponde con la realidad.
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Verdades sobre el amor para vivir las relaciones con sencillez
Esta es una selección de algunas reflexiones y pautas de filosofía de vida que pueden ayudar a vivir las relaciones amorosas con sencillez y sin dramas innecesarios.
Existen algunas verdades sobre el amor cuyo poder consiste, simplemente, en basarse en la sencillez.
1. La telepatía no existe, tampoco en el amor
Hay una cierta idealización de las relaciones que nos puede llevar a pensar que los amantes definitivos se entienden perfectamente sin necesidad de hablar. Esto puede llegar a ser cierto en algunos casos, pero en casi todas las ocasiones, no es tanto el fruto de una química perfecta entre ambas personas, sino de la convivencia y el paso del tiempo.
A veces ciertas coincidencias pueden llevar a pensar que entre los miembros de una pareja existe algo parecido a la telepatía, pero esto tiene que ver con la visión sesgada que se tiene del otro. En el día a día ocurre muchas veces que una persona reacciona anticipándose a nuestros deseos, pero no les damos importancia porque, por estadística, estimamos que es normal que ocurra de vez en cuando. Cuando es la pareja quien lo hace, en cambio, buscamos explicaciones que sirvan para reforzar nuestra certeza de que los cimientos de ese vínculo afectivo son sólidos.
2. Preguntar "qué te pasa" no es un crimen
Esto es una derivación de lo anterior. El problema de creer que el amor consiste en entenderse sin necesidad de hablar es que esto casi nunca se interpreta como una simple descripción de lo que es una relación, sino que se utiliza como una explicación de lo que debe ser.
Esto puede llevar a penalizar a la otra persona cuando hace preguntas y se interesa por nuestro estado, como si fuese malo hacer eso. Mantener esta actitud no es compatible con creer que en una pareja debe existir comunicación. Mediante el uso de esta, el grado de compenetración y de empatía va aumentando, llegando un punto en el que, esta vez sí, hay ocasiones en las que las palabras no son necesarias.
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3. La dependencia no es una opción
Crear asimetrías en una relación casi siempre termina teniendo un impacto negativo. Asumir que uno de los miembros de la pareja debe hacer muchos más sacrificios que la otra genera malestar, frustración y resentimiento si esto no conduce a una "recompensa especial".
Es necesario que los amantes sean igualmente libres y autónomos dentro de una relación.
4. Equivocarse juntos es bueno
Tomar decisiones que el tiempo revela como erróneas no es necesariamente malo, si la decisión ha sido tomada entre los dos. Equivocarnos justos también es una forma de hacer que la relación vaya evolucionando, echando raíces en nuestra memoria y en el modo en el que empezamos a interpretar nuestras vidas. A su vez, si nunca nos equivocamos, es probable que hayamos llegado a una etapa de estancamiento.
5. Una relación también es un proyecto
Eso significa que no consiste simplemente en estar juntos. Si no hacemos que la relación evolucione, esta no evolucionará por ella misma. Es necesario implicarse y esforzarse por crear un marco en el que los amantes se sientan seguros y con margen de maniobra para expresarse libremente.
6. Hay que emprender aventuras
En el amor, es muy positivo hacer lo posible por cambiar de aires. Viajar juntos, iniciar proyectos comunes, introducir nuevos hábitos... son formas de conocer facetas de la personaidad de la otra persona que hasta el momento sólo habíamos visto bajo una misma luz.
Eso sí, introducir aventuras y nuevas emociones no significa necesariamente viajar a lugares de moda ni encajar en los estereotipos de "los planes de pareja ideales". Hay que hacer, simplemente, lo que sea más significativo para ambos, no lo que permita hacerse los mejores selfies.
7. Hay que aceptarse profundamente
Aceptarse mutuamente consiste, también, en conocer las luces y las sombras de cada uno. De otro modo, el equilibrio de esta supuesta aceptación será muy precario y terminará creando conflictos y situaciones disruptivas.
8. Desconfía de las redes sociales
Las redes sociales y los medios de comunicación nos bombardean cada día con prototipos de la pareja perfecta. Muchas personas se obsesionan con la idea de llegar a alcanzar ese estilo de vida, y se frustran porque no lo consiguen.
Y el motivo por el que no lo consiguen es que esas parejas no existen, o por lo menos no existen tal y como nos las venden. De hecho, si esa clase de contenidos llegan a viralizarse o a lograr difusión es justamente por e hecho de ser productos de marketing corporativo o personal y, por consiguiente, ser falso y prefabricado. Culpar a nuestra pareja o a nosotros mismos por no encajar con ese prototipo de relación amorosa es injusto y totalmente carente de fundamento.
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