La idea de que los animales tienen personalidad es algo que, si bien el sentido común nos parece indicar que es una obviedad, resulta ser algo que ha sido muy escasamente investigado.
Afortunadamente, en los últimos años han habido quienes han querido saber cuáles son las dimensiones de personalidad de algunas especies animales, especialmente aquellas que ofrecen beneficios o compañía a los seres humanos.
Una de las investigaciones más profundas al respecto ha permitido establecer, de forma todavía provisional, cuáles son los rasgos de personalidad de los gatos. A continuación vamos a ver un poco sobre la investigación con animales y el modelo de personalidad felino.
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Los rasgos de personalidad de los gatos
Tanto en la cultura popular como en el mundo académico, se entiende por personalidad o temperamento a una serie de patrones de conducta que difieren de individuo en individuo, los cuales pueden ser totalmente normales y adaptativos o, de lo contrario, suponer lo que se ha denominado trastornos de personalidad.
Este mismo concepto se ha extrapolado al mundo animal, tratando de investigar en múltiples ocasiones cuáles son los rasgos de personalidad de varias especies, pero siempre desde un foco centrado en cómo de cercana, tanto en el espacio como en filogenética, es la especie con respecto al ser humano. Es por ello que la mayoría de la investigación se ha enfocado en primates no humanos, fundamentalmente chimpancés, gorilas y orangutanes, además de los perros, dada su utilidad en múltiples profesiones como en la policía.
Sin embargo, los gatos, pese a que no son uno de los animales más recurrentes en el ámbito profesional, son de los más populares entre las mascotas, algo que supone ser un arma de doble filo para especie. Por un lado, cada años son adoptados millones de felinos alrededor de todo el mundo y, cuando los hogares quienes los han adoptado ven que no es posible establecer una buena convivencia, son también millones los gatos quienes son readoptados, abandonados o, en el peor de los casos, sacrificados.
Es por ello que tratar de dilucidar cuáles son sus patrones de conducta, qué rasgos de personalidad tienen cada uno de ellos y cómo estos pueden ser beneficiosos o perjudiciales para las personas se ha convertido en una tarea de vital importancia tanto para el bienestar de los gatos como de quienes los adoptan. Saber qué personalidad tiene el animal puede facilitar buscarle un correcto hogar, usarlo como animal terapéutico (gatoterapia), averiguar si tiene problemas veterinarios y buscar estrategias para cambiar su temperamento.
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¿Cómo se puede medir la personalidad de un gato?
Como se podrá comprender, averiguar cuál es el comportamiento de un ser humano es mucho más fácil que descubrir cuál es el de un animal, sea gato, perro, mono o caballo. Con los seres humanos adultos basta con administrar un cuestionario de personalidad, como el NEO-PIR, que lo contesten y analizar las respuestas después. En el caso de un animal es necesario observar sus patrones de conducta, registrarlos y establecer conclusiones en base a cómo se relaciona con otros, como de activo es, si busca o no compañía...
En las primeras investigaciones sobre la personalidad felina se solía utilizar el método de la observación clásica, un método muy recurrente en la etología y que es ideal para estudiar a especies de primates. Esta herramienta se caracteriza por ser muy objetiva, dado que se registra lo que se ve, las interpretaciones del investigador vendrán después de haber obtenido el registro completo del animal.
Sin embargo, con el paso del tiempo, se vio que era mejor, especialmente para los gatos domésticos, preguntarles directamente a sus dueños, mediante cuestionarios estandarizados, qué rasgos de personalidad le atribuían a sus mascotas. Pese a que esta vía es más subjetiva, es mucho más práctica, consume menos tiempo y, dado que el dueño ha pasado mucho tiempo conviviendo con el animal, su opinión es relativamente fiable.
El modelo de los cinco factores felino
Hasta la fecha, la mayor investigación en la que se ha abordado la personalidad de los gatos es la del grupo de Lichfield de 2017, en la que se tomaron como muestra cerca de 2000 gatos residentes en Australia del Sur y Nueva Zelanda. En la investigación se administró a los dueños de los felinos un cuestionario en el que tenían que indicar qué rasgos le atribuían a sus mascotas.
Este estudio es sumamente innovador, dado que no se limitaba a ver en qué lugar de un continuum o dimensión, subjetivamente elegida, se podía ubicar la personalidad de un gato en concreto, sino que pretendía establecer un modelo de personalidad similar al de los Cinco Factores o Big Five de McCrae y Costa, solo que felino. En el modelo clásico son las siguientes dimensiones las cuales lo conforman.
- Neuroticismo
- Extraversión
- Apertura a la experiencia
- Responsabilidad
- Cordialidad
El marco teórico del modelo sugiere que la personalidad del individuo es determinada por la posición en que se encuentre en cada una de estas dimensiones, las cuales constituyen cada una de ellas un continuum con dos polos opuestos.
La investigación llevada a cabo por Lichfield et al. (2017) llegó a la conclusión de que también son 5 las dimensiones de personalidad que se pueden encontrar en los gatos domésticos, siendo éstas neuroticismo, extraversión, dominancia, impulsividad y cordialidad.
1. Neuroticismo
Esta dimensión se podría entender como la del neuroticismo clásico del modelo de McCrae y Costa.
Los gatos que puntuan alto en esta dimensión suelen ser inseguros, ansiosos, temerosos a la gente y usualmente tímidos. Es por ello que un hogar con un gato altamente neurótico debería asegurarse de que disponga de lugares en los que se pueda esconder fácilmente y sentirse seguro, especialmente si hay visitas.
En cambio, a los gatos menos neuróticos y, por lo tanto se les deberá vigilar con más frecuencia, dado que serán animales que no tendrán miedo a acercarse demasiado a según qué estímulos, pudiendo correr el riesgo de tener un accidente.
2. Extraversión
La dimensión de la extraversión felina es una combinación entre su homóloga humana y la dimensión de la apertura a la experiencia.
Dentro de esta dimensión se pueden encontrar rasgos como ser activo, curioso, estar vigilante, inquisitivo, decidido e inventivo.
Los gatos extravertidos son más listos, curiosos y con iniciativa propia. Es por ello que conviene que crezcan en entornos en donde hayan muchos estímulos y con complejidad cognitiva. En caso contrario será más fácil que se aburran y busquen sus propias distracciones, como es arañar puertas, destrozar muebles.
Los gatos poco extravertidos también son menos listos y buscan menos novedades. Debido a esto, tienden a mostrarse más sedentarios y no sentirse atraídos por estímulos cognitivos, lo cual puede agravar problemas de salud relacionados con el envejecimiento.
Esto, a su vez, implicará problemas físicos y disfunción cognitiva, lo cual incrementará las visitas al veterinario.
3. Dominancia
La dominancia es uno de las dimensiones con la que se diferencia del modelo clásico de los cinco grandes.
En este caso, se incluyen dentro de esta dimensión aspectos como acosar a otros animales, mostrar conductas agresivas, marcar el territorio, impedir que alguien se acerque a su zona de seguridad o autoproclamada como suya.
Altas puntuaciones en esta dimensión podrían reflejar que el gato tiende a hacer daño a otros gatos dentro del hogar, lo cual sería fuente de estrés, conflictos, agresiones y daños, además de una menor salud en general.
4. Impulsividad
Si bien no se trata exactamente de la dimensión de la responsabilidad del modelo clásico, si que se podría considerar como algo similar, solo que en el polo opuesto.
Dentro de la dimensión de impulsividad tendríamos rasgos como el llevar a cabo conductas erráticas, tomar riesgos sin pensarlo mucho, no saber esperar…
Altas puntuaciones en impusividad pueden indicar el vivir en un ambiente estresante, con efectos negativos en la salud y bienestar del gato.
Ante estos casos es posible que los dueños necesiten buscar consejo de un entrenador de felinos o de un experto en gatos para conocer cuál es la fuente que le genera estrés.
Bajas puntuaciones en impulsividad suelen indicar que el gato se encuentra correctamente adaptado al hogar que le ha tocado vivir , y en el cual se siente satisfecho y disfruta de su rutina.
5. Cordialidad
La cordialidad es otra de las dimensiones que se llama igual que en el modelo de McCrae y Costa. En ella se incluyen rasgos como ser afectivo, amigable con la gente y otros animales.
Altas puntuaciones en cordialidad tienden a representar que los gatos se encuentran felices en el hogar, que están bien ajustados, y a su vez estos gatos felices pueden ser fuente de enriquecimiento comportamental para otros gatos.
Este tipo de gatos pueden ser muy útiles para fines terapéuticos, como en la felinoterapia tanto para humanos como para otros animales,
Bajas puntuaciones en esta dimensión se puede traducir en que los gatos se muestren irritables y agresivos hacia la gente, pueden reflejar una pobre socialización, encontrarse frustrado o estar sufriendo algún tipo de enfermedad o dolor.
Referencias bibliográficas:
- Costa PT, McCrae RR (1992). Four ways five factors are basic. Pers Individ Dif. 13: 653–665.
- Source: Litchfield CA, Quinton G, Tindle H, Chiera B, Kikillus KH, Roetman P (2017) The ‘Feline Five’: An exploration of personality in pet cats (Felis catus). PLoS ONE 12(8): e0183455.
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