Conocemos la relación estrecha que se establece entre la salud física y la salud emocional, ya que todo cambio que sucede en nuestro cuerpo por pequeño que sea es capaz de trascender a otros ámbitos que quizá a simple vista no parezcan estar relacionados. Siendo conocedores de este suceso, en este artículo, vamos a profundizar, un poco más, acerca de los efectos sobre el estado anímico, que podrían darse, tras un cambio físico significativo.
¿Qué se considera un cambio físico brusco?
Un cambio brusco es considerado aquel que se lleva a cabo rápidamente y de forma inesperada, lo que provoca a los sistemas humanos dificultades para adaptarse a las nuevas características. Por otro lado, cuando nos referimos a un cambio físico nos centramos fundamentalmente en el aspecto de un individuo y los cambios que se pueden producir en él. Estos cambios pueden ser propios del desarrollo normal del individuo como ocurre con la aparición de vello en zonas donde antes no había, el crecimiento de los genitales, el aumento de la musculatura, etc.…
O podrían estar relacionados con factores externos que no son habituales o no se contemplan como parte necesaria para en el desarrollo del individuo. Aunque existen numerosos factores que pueden provocar un cambio físico brusco, vamos a centrarnos en los siguientes: una situación de estrés, un cambio de alimentación, cambio en la rutina de ejercicio, alteraciones de los patrones sueño, cambios hormonales, enfermedades y lesiones o cirugías y accidentes.
Todos estos factores están estrechamente relacionados con la fisiología del individuo, por tanto, una alteración en cualquiera de estos factores podría tener como consecuencia un cambio físico brusco y por tanto, repercusiones en el estado anímico del individuo. A continuación, veremos cada uno de los factores que se han mencionado con mayor detenimiento, haciendo énfasis en cómo podría alterar el estado de ánimo y provocar un cambio físico significativo.
1. Situaciones de estrés
Las situaciones de estrés ya sean motivadas por una situación laboral o personal, puede generar en el individuo alteraciones fisiológicas que deriven en un cambio físico significativo. Los sucesos vitales se definen como experiencias objetivas que alteran o amenazan con alterar las actividades cotidianas del individuo causando un reajuste sustancial en la conducta de este.
Por tanto, los sucesos vitales pueden desencadenar una situación de estrés frente a la aparición de cambios importantes como tener un hijo o perder el trabajo. Este suceso exige un gran esfuerzo por adaptarse a la nueva situación que puede conllevar: la caída del cabello, pérdida o aumento de peso, insomnio… Esto cambios estarán directamente relacionados con una serie sentimientos como: tristeza, fatiga, irritabilidad, ansiedad… Que en muchas ocasiones dificultan notablemente al individuo poder superar dicha situación.
2. Cambio de alimentación
Los cambios bruscos de alimentación suelen estar ligados a una pérdida o ganancia repentina de peso, pudiendo afectar a la autoestima y la percepción del propio cuerpo. Esto influye notablemente en el estado de ánimo del individuo que podría experimentar sentimientos como: alegría, tristeza, falta de vitalidad, culpabilidad e incluso sentimientos profundos de rechazo y odio hacia uno mismo.
3. Cambio en la rutina de ejercicio
Es conocido que tener una rutina de ejercicio puede tener grandes beneficios sobre el estado de ánimo, ya que se liberan endorfinas y se reduce el estrés e incluso en ocasiones pueden aparecer sentimientos como: alegría, orgullo y plenitud.
Sin embargo, un cambio brusco en la rutina de ejercicio podría tener un efecto negativo sobre el aspecto físico, como la aparición de estrías ligadas a la ganancia o pérdida de peso y musculatura, reducción de la capacidad física, dificultades de concentración, fatiga... Todo esto podría generar cambios en el estado de ánimo como: tristeza, abatimiento o rechazo.
4. Alteración de los patrones de sueño
Los patrones de sueño son fundamentales no solo para la realización normal de las actividades diarias, sino que también tienen una importancia fundamental a nivel fisiológico ya que es durante el sueño cuando nuestro organismo repara las estructuras dañadas, se secretan hormonas, y se producen importantes cambios cardiovasculares, renales, respiratorios y digestivos en todo el organismo.
Es por esto que la alteración de los patrones del sueño puede afectar a las actividades de reparación que se llevan a cabo durante el descanso, llegando a producir cambios físicos visibles, fundamentalmente en el peso, la piel e incluso pueden aparecer problemas de salud derivados de esta alteración de sueño.
Estos cambios físicos podrías producir un efecto sobre el estado anímico del individuo, que podría experimentar emociones como: fatiga, tristeza, preocupación, ansiedad o disminución de la reactividad emocional. Pudiendo llegar a afectar a la estabilidad emocional y la salud mental.
5. Cambios hormonales
Las fluctuaciones hormonales, como las que ocurren durante el ciclo menstrual en las mujeres, el embarazo o la menopausia, suponen un cambio enorme en la fisiología del cuerpo y por tanto pueden tener un impacto notable en el estado de ánimo.
6. Enfermedades y lesiones
La aparición repentina de una enfermedad o una lesión puede provocar en el individuo situaciones de estrés, ansiedad y afectar de manera negativa al estado de ánimo, apareciendo sentimientos de culpa, tristeza, baja autoestima, pérdida de confianza…
7. Cirugías y accidentes
Los accidentes y cirugías son grandes cambios en sí mismos, y en numerosas ocasiones aun sin tener un cambio significativo sobre el individuo generan emociones que alteran el estado anímico de la persona. En este punto, quería centrarme en el efecto anímico de las cirugías que se realizan para bajar de peso. Existen distintos tipos de cirugías para perder peso y aunque no todas son iguales, todas generan un cambio físico significativo en el paciente que se somete a dicha intervención.
Una cirugía de este tipo, no solo cambian tus hábitos alimenticios de manera radical si no que todos los factores que hemos ido analizando en este artículo se ven afectados. Tras una operación de estas características, aparecen cambios hormonales y es frecuente que el ciclo menstrual se vea interrumpido durante al menos los primeros meses tras la operación; el paciente también experimentará cambios en los patrones de sueño, pudiendo padecer insomnio; tendrá que incorporar una rutina de ejercicio y por tanto, deberá cambiar los hábitos que tenía antes de la operación; la alimentación, especialmente los primeros dos meses, se verá muy afectada; y por último, podrían aparecer enfermedades derivadas de dicha operación que agregase una situación de estrés aun mayor.
Todos estos cambios importantes en sí mismos, pero además tienen un efecto notable sobre el estado anímico del individuo, que experimentará todo tipo de sensaciones como: alegría, insuficiencia, culpabilidad, tristeza, satisfacción, orgullo, fatiga, preocupación, baja autoestima, ansiedad…
Conclusiones
Por tanto, no debemos menospreciar las emociones que aparecen tras cualquier cambio físico significativo en nuestra vida, ya que podría indicar algo importante. Sin embargo, es importante señalar que, la forma en que estos cambios nos afectan al estado de ánimo pueden variar considerablemente entre personas diferentes, y la respuesta emocional puede depender de factores individuales y contextuales. Por eso, se considera que lo mejor es contar con un acompañamiento psicológico durante todo el proceso de cambio y adaptación cualquiera que sea la situación a la que nos enfrentamos.
- Autora: María Rodriguez-Conde (Psicóloga General Sanitaria del equipo de Entropía)