La infancia es una etapa fundamental en el desarrollo de la estructura mental sobre la que se desarrolla la personalidad adulta de cada ser humano. Sin embargo, este hecho no va acompañado de un "extra" de protección ante las situaciones capaces de desestabilizarnos psicológicamente; y es por eso que es muy importante velar no solo por la integridad física de los pequeños, sino también por su salud mental y bienestar emocional.
Lamentablemente, los sucesos traumáticos vividos en la infancia son una realidad, y por eso es clave actuar con rapidez ante ella cuando afecta a un niño o a una niña. Para comprender mejor este fenómeno, a continuación hablaremos sobre el trauma en la infancia con la psicóloga Marisa Grueso.
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Entrevista a Marisa Grueso: los traumas en la infancia
Marisa Grueso es Psicóloga General Sanitaria con consulta en Castelló de la Plana, así como autora del libro Homo Addictus. En esta entrevista nos habla sobre el fenómeno del trauma en la infancia y sus consecuencias en el desarrollo y la salud mental.
Marisa Grueso López
Marisa Grueso López
Psicóloga y Psicoanalista
¿Los traumas que tienen inicio en una experiencia traumática vivida en la infancia o la adolescencia son los más comunes?
Definamos el trauma primero. Parece provenir del griego antiguo y significa “herida” o “daño”. Su historia es interesante. Tras la guerra de Vietnam, muchos veteranos experimentaron síntomas como pesadillas, flashbacks, irritabilidad, aislamiento social, depresión…. De ahí surgió el diagnóstico de TEPT (trastorno de estrés postraumático). Más tarde, un grupo de científicos observaron que muchos de sus pacientes que habían sufrido abuso infantil prolongado no se ajustaban al TEPT, pues tenían problemas emocionales, cognitivos y relacionales más complejos.
De ahí surgió la definición del TEPT Complejo. En terapia, sin lugar a dudas, los más frecuentes son los casos de TEPTC, derivado de experiencias traumáticas repetidas en la infancia y adolescencia, en el propio hogar. De hecho, apenas me he encontrado con casos de TEPT “simple” en mi práctica clínica.
¿Qué hace que a determinadas edades seamos más vulnerables al efecto desestabilizador de ciertas vivencias potencialmente traumáticas?
Yo diría que el factor más importante es el desarrollo cerebral. En los primeros años de vida, el cerebro se desarrolla de una forma muy rápida, creándose conexiones neuronales fundamentales para el aprendizaje y el desarrollo emocional, social y cognitivo. El cerebro de un bebé es especialmente sensible a las experiencias ambientales negativas.
Existen distintas técnicas de neuroimagen que han sido utilizadas para investigar los efectos del abuso o maltrato infantil, demostrándose que efectivamente el maltrato infantil impacta en el tamaño y forma de ciertas estructuras cerebrales, viéndose afectadas las capacidades del cerebro para concentrarse, regular las emociones, el estrés...
¿Es común que los padres y madres no lleven a su hijo/a a terapia cuando ha sufrido un trauma, y tenga que ser la propia persona afectada la que pida ayuda profesional años más tarde?
Lo normal es que los padres nieguen que están maltratando a sus hijos, bajo justificaciones del tipo “estamos disciplinándolos” o enseñándoles “qué es la vida”. Todavía se siguen escuchando: “Yo fui criado así y no me hizo daño”, “una buena torta a tiempo es necesaria”o “le pego por su propio bien”. Estas afirmaciones no tienen ninguna base científica. Sí se sabe las consecuencias emocionales y de salud mental tan graves que generan. Por estas razones, el adulto, abrumado por los síntomas, es el que decide venir a terapia, desconociendo la mayoría de las veces, el origen de su malestar.
Como psicóloga, ¿cuáles son los tipos de traumas más comunes que ves que afectan a las personas en sus primeros años de vida?
A diferencia de lo que se pueda pensar, el maltrato físico no es el que más abunda. Es mucho más frecuente el maltrato psicológico. El niño se puede haber sentido abandonado emocionalmente; no integrado en la propia familia; humillado a través de amenazas, insultos, ridiculización; manipulado o controlado en exceso; aislado socialmente; expuesto a los propios conflictos de los padres…
También quiero mencionar el abuso sexual en la infancia, mucho más frecuente de lo que se podría pensar. Según datos de la OMS 1 de cada 4 niñas han sido víctimas de abuso sexual en todo el mundo. Yo creo que las cifras pueden ser aún peores, porque muchas veces, por el propio trauma, estos sucesos se olvidan. Es algo muy preocupante, que se ve mucho en la consulta, pero en lo que aún no se pone suficiente foco.
¿Cuáles son las alteraciones emocionales y comportamentales en las que se suele ramificar el trauma infantil una vez la persona se adentra en la edad adulta?
El trauma infantil tiene unas consecuencias terribles y duraderas en la vida adulta (si no se trabaja en una terapia enfocada en el trauma). Los efectos van a depender de la gravedad del maltrato recibido, pero ya hay muchos estudios que mantienen que el maltrato infantil aumenta seriamente el riesgo de sufrir trastornos de ansiedad en la vida adulta, depresión, dificultades en las relaciones personales, problemas de autoestima, de regulación emocional…
¿Cuál es el nexo de unión entre el trauma y las adicciones?
Los traumas infantiles y las adicciones están muy conectados. Investigando el tema me di cuenta de que hay mucha literatura científica que avala esta conexión entre traumas infantiles y adicciones. Sin embargo, se habla muy poco de esto en el contexto de las clínicas o centros que tratan las adicciones.
Hay un autor muy popular, el médico canadiense Gabor Mate, que durante muchos años trabajó en un centro de drogadicción en Vancouver. Él ha dado mucha difusión a la relación existente entre estos dos fenómenos. Afirma que la adicción es una respuesta a la sensación de vacío resultante de los traumas infantiles, así de sencillo. Sin embargo, la persona adicta tiende a sentirse muy culpable de la propia forma de automedicar su malestar. Esta fue la razón por la que decidí escribir un libro sobre el tema (Homo Addictus) en el que quería poner especial énfasis en la falta de culpa de la persona adicta.
Desde tu punto de vista, ¿cuáles son los recursos terapéuticos más útiles ante el trauma originado durante la infancia?
Según Gabor Mate, con el que estoy totalmente en acuerdo, el tratamiento de las adicciones no debería centrarse solo en dejar de consumir sustancias, sino en abordar los problemas emocionales subyacentes a las propias adicciones. Para ello, la relación entre el terapeuta y el paciente, que abordarán conjuntamente los traumas subyacentes, es fundamental.
Desde el psicoanálisis, que es el enfoque terapéutico con el que trabajo, a través del relato de la propia historia del paciente, se logra una mayor comprensión de los traumas y conflictos de la infancia. De forma paulatina se liberan las emociones dolorosas reprimidas. De hecho, hay estudios que dicen que los tratamientos de adicciones con enfoque psicoanalítico, no basados en principio en la abstinencia, tienen efectos más prolongados en el tiempo.