A nadie le gusta llegar tarde. Supone un estrés, una falta de respeto y en ocasiones, una pérdida de dinero importante. Si te sientes identificado con que siempre intentas salir de casa con el tiempo suficiente para llegar puntual, pero por una cosa u otra, terminas llegando tarde y no sabes cómo cambiar la situación, has llegado al sitio adecuado. En el artículo de hoy, hablaremos sobre unos consejos básicos que pueden servir de ayuda para mejorar la puntualidad.
Afortunadamente, todos tenemos la capacidad, mediante técnicas y conductas, para darle la vuelta a la impuntualidad. Es cierto que la tardanza se puede explicar por varios factores, como ciertos rasgos de personalidad u otros trastornos. Por ejemplo, un estudio demostró que las personas con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), les cuesta recordar compromisos y concentrar su atención en una sola actividad y por consiguiente, son muy propensas a la impuntualidad.
A este respecto, el puesto de trabajo es uno de los lugares donde más angustia supone retrasarse. Los expertos en el tema relacionan llegar tarde al trabajo con la insatisfacción laboral. Es decir, cuando alguien no está feliz en su lugar de trabajo, inconscientemente, siempre llegan tarde. La insatisfacción se traduce en impuntualidad, pues el individuo busca eludir ese espacio en el que no se siente cómodo.
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12 consejos para no llegar tarde al trabajo
Está claro que son muchas las razones o los factores que interfieren en la puntualidad, no obstante, esto no quita que sea un tema que genere sentimientos de intranquilidad en muchas personas que interfieren en la calidad de vida de las mismas. Como comentábamos, el puesto de trabajo es el sitio que más agobio produce la tardanza. Por ello, nos centraremos en el trabajo y a continuación, expondremos una serie de herramientas a utilizar para comenzar a llegar a tiempo.
1. Autoconocimiento
El primer paso para cambiar cualquier conducta, es reflexionar acerca del porqué. En este caso, debemos preguntarnos qué hacemos para llegar siempre tarde. Es crucial realizar un ejercicio de introspección donde puedas preguntarte si calculas mal el tiempo, si te surgen imprevistos, dedicas más tiempo de lo debido a ciertas tareas o si, simplemente, te cuesta levantarte. Además, también es importante reflexionar sobre cómo puede esto mejorar tu vida, y después de hacerlo, conciénciate de que necesitas un cambio y de que este revertirá en tu bienestar.
2. Crea una estrategia
Para ser puntuales, debemos ser meticulosos y crear un plan de acción. Dicho de otra forma, calcula cuántos minutos te lleva cumplir con todos tus preparativos, apunta cuánto te cuesta llegar desde tu casa al trabajo, incluye en ese tiempo la posible aparición de imprevistos y finalmente, diseña tu estrategia partiendo de este análisis.
3. Levántate mucho antes
Es común que el principal problema para llegar tarde al puesto de trabajo sea algo tan simple como que nos cueste levantarnos de la cama. Solemos poner el despertador con el tiempo justo y muchas veces, pecamos en posponerlo. Esto es la combinación perfecta para llegar tarde si surge cualquier tipo de improvisto, por pequeño que sea. Lo mejor es evitar por completo esta situación y programar el despertador bastante antes. Según los expertos media hora antes sería lo correcto para deshacernos de la impuntualidad por completo.
4. Organízate la noche anterior
Es de mucha ayuda preparar todas las cosas que necesitas para el día, la noche de antes. Es una forma de ahorrar tiempo y hace que las cosas fluyan más rápido y con tranquilidad. Como buena estrategia, sirve escribir una lista de todo lo que necesitas en tu día para así asegurarte de no dejar nada de lado. En ella, puedes incluir las cosas para hacer esa misma noche y todas las que tienes que dejar para el siguiente día.
5. Retrasa los relojes
Hablando de estrategias, esta es una de las más eficaces y simples. Retrasa todos los relojes que tengas a tu alcance unos diez minutos, y verás como no vuelves a ir con prisa ni llegar tarde. Es una pequeña trampa para tu cerebro que te salvará de muchos apuros. Al fin y al cabo, llegarás diez minutos antes a todas partes, incluido el trabajo.
6. Actividades de transición
Cuando hablamos de actividades de transición, nos referimos a aquellas que surgen a la hora de pasar de una tarea a otra. Por ejemplo, vestirnos y darnos cuenta que la ropa está arrugada, querer prepararse el café y darnos cuenta que no queda, o ir al autobús y que haya un atasco. No podemos obviar que estas cosas pasan y a veces, las podemos controlar y muchas otras, están fuera de nuestro alcance. No obstante, debemos tenerlo en cuenta y a la hora de gestionar el tiempo, debemos tener en cuenta estos imprevistos para que no nos pille desprevenidos.
7. Técnica de la visualización
Se basa en crear un escenario mental de nosotros mismos llevando a cabo una actividad. Aunque parezca algo extraño, diversos estudios han demostrado que es una técnica útil a la hora de llevar a cabo una tarea con éxito. Volviendo al tema en cuestión, la técnica de visualización puede ser valiosa para visualizar la noche anterior todas aquellas acciones que debes realizar de forma precisa para llegar puntual al puesto de trabajo.
8. Haz uso de la tecnología
Existen diversas aplicaciones que se pueden descargar fácilmente en los aparatos electrónicos que ayudan a gestionar de forma adecuada nuestro tiempo. Envían notificaciones y recordatorios, con el objetivo de levantarte a tiempo y prepararte sin prisas, sin olvidar nada y lo más importante, sin agobios.
9. Reformula tus frases
Quítate de la cabeza que tu hora de entrada es a las 9.00 y debes llegar a esa hora. Cómo nos hablamos hace mucho para cambiar o mejorar nuestra conducta. Para lograr el objetivo de llegar puntual al trabajo, reformula las frases. Es decir, a partir de ahora, sería provechoso que empieces a decirte que debes llegar al trabajo veinte minutos antes de tu hora de entrada. Algo tan simple como esto puede llegar a cambiar grandes cosas.
10. Tengo que darme prisa
Tengo que darme prisa es una frase que nos decimos constantemente cuando llegamos tarde al trabajo. Ten cuidado con ella, ya que, lejos de conseguir nuestro objetivo, hace que el estrés se intensifique y empecemos el día con mucho más cortisol de lo deseado. Es normal que con prisas olvidemos cosas y tengamos que volver a por ellas. Al fin y al cabo, terminas tardando el doble.
11. Decir que “no” es una opción
Debemos aprender a poner límites y utilizar la palabra “no”. Si alguien te invita a un café, o te pide un favor, no te sientas culpable y niegate. Todo aquello que te retrase no es un buen aliado para ti. Si tienes a gente a tu alrededor que te proponen cosas cuando vas justa de tiempo, y tu aceptas, siempre seguirás llegando tarde.
12. Haz un seguimiento de tus progresos
Hay muchas investigaciones que demuestran que para lograr el éxito en cualquier cambio que deseamos realizar, es necesario hacer un seguimiento de los progresos. Solo así sabemos detectar en qué fallamos y qué aspectos debemos mejorar.