El impacto de la soledad emocional: estar acompañado y sentirse solo

Sentirse solo aun estando con otros afecta la salud mental, pero puede transformarse en conexión.

El impacto de la soledad emocional

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Puedes estar rodeada de gente, en pareja, con amigos o familia… y aun así sentirte sola. Esta es la paradoja de la soledad emocional, una experiencia silenciosa y mucho más común de lo que pensamos, que puede afectar profundamente a la salud mental, la autoestima y las relaciones. En este artículo exploramos qué es realmente la soledad emocional, por qué ocurre incluso estando acompañados y cómo afrontarla.

¿Qué es la soledad emocional?

A diferencia de la soledad física —estar sin compañía—, la soledad emocional ocurre cuando, incluso rodeados de personas, sentimos que no somos comprendidos, que nuestras necesidades emocionales no están cubiertas o que no tenemos un vínculo profundo y seguro con los demás.

Estudios recientes en neurociencia social muestran que la soledad emocional activa en el cerebro los mismos circuitos de amenaza que el dolor físico. No es “solo un sentimiento”, es una señal biológica que nos indica que necesitamos conexión.

¿Por qué ocurre incluso estando acompañados?

Hay varios factores psicológicos que pueden llevarnos a sentirnos solos en compañía. Estar con personas no garantiza sentirse conectado. Las conversaciones superficiales o las relaciones centradas en la rutina no siempre cubren nuestras necesidades emocionales.

La teoría del apego explica que, si en nuestra infancia no aprendimos que nuestras necesidades emocionales serían atendidas, es probable que en la adultez tengamos más dificultad para confiar, abrirnos y sentirnos sostenidos emocionalmente.

Cuando sentimos que debemos “estar bien”, “ser fuertes” o “no molestar” con nuestras emociones, terminamos ocultando lo que sentimos. Así, los demás no tienen acceso real a nuestro mundo interno, lo que perpetúa la sensación de desconexión.

Si siempre somos quienes cuidamos, escuchamos o damos, pero no recibimos el mismo nivel de apoyo, es fácil que aparezca un vacío emocional, incluso dentro de relaciones cercanas. Cuando sentimos que no podemos ser nosotros mismos por miedo al juicio o al rechazo, aprendemos a mostrarnos “parciales”, lo que reduce las posibilidades de conexión profunda.

Consecuencias de la soledad emocional

La investigación muestra que la soledad emocional prolongada puede tener efectos importantes en nuestra salud mental y física:

  • Mayor riesgo de ansiedad y depresión: la desconexión emocional se asocia a niveles más altos de cortisol, la hormona del estrés.
  • Alteraciones del sueño y la energía: la sensación de amenaza constante puede afectar al descanso y aumentar la fatiga.
  • Dificultades en las relaciones: la falta de conexión puede llevar a patrones de evitación, aislamiento o conflictos recurrentes.
  • Impacto en la autoestima: sentir que “no encajo” o “no me entienden” puede reforzar creencias de poca valía personal.

La soledad emocional no es un simple estado pasajero: es un factor de riesgo para la salud integral, y atenderla es esencial para nuestro bienestar.

¿Cómo empezar a abordarla?

La buena noticia es que no estás solo/a en esto. La soledad emocional no significa que algo esté mal contigo, sino que hay necesidades emocionales que aún no están siendo atendidas. No minimices tu experiencia con frases como “no debería sentirme así” o “hay gente que está peor”. Sentir soledad emocional no es una debilidad, es una señal legítima de que algo importante necesita atención.

Comprender cómo te relacionas emocionalmente con los demás puede darte pistas para mejorar tus vínculos. Identificar si tiendes a evitar, depender o temer el rechazo es un primer paso hacia relaciones más seguras.

No se trata de estar con más gente, sino de nutrir relaciones donde puedas ser tú mismo/a y sentirte escuchado/a, visto/a y sostenido/a. Decir “me siento solo/a” o “necesito apoyo” puede dar miedo, pero es clave para crear conexiones auténticas. Muchas veces, las personas que nos rodean no saben lo que necesitamos si no lo comunicamos.

La terapia puede ser un espacio seguro donde aprender a identificar tus necesidades, trabajar tu estilo de apego y fortalecer tu capacidad para crear vínculos más profundos y satisfactorios.

Reconectar contigo para reconectar con otros

La conexión emocional con los demás empieza por la conexión con uno mismo. Escuchar tus necesidades, cuidar tu autocompasión y permitirte pedir ayuda son pasos fundamentales para romper el ciclo de la soledad emocional. Sentirse solo no significa estar solo, y pedir acompañamiento no te hace débil. Al contrario, es un acto de valentía y autocuidado. No tienes por qué atravesarlo en silencio.

Conclusión

La soledad emocional es mucho más común de lo que imaginamos y tiene un impacto profundo en nuestra salud mental, pero también es un punto de partida para el cambio. Reconocerla es el primer paso para construir relaciones más auténticas y satisfactorias. Si te sientes así, no estás solo/a. Pedir ayuda es un primer paso valioso para empezar a reconectar contigo y con los demás.

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Regina López Riego. (2025, octubre 3). El impacto de la soledad emocional: estar acompañado y sentirse solo. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/impacto-soledad-emocional-estar-acompanado-y-sentirse-solo

Psicóloga

Bormujos
Terapia online

Regina López es Psicóloga General Sanitaria con consulta presencial situada en Granada, y también ofrece servicios online. En consulta trabaja en procesos de crecimiento personal, autoconocimiento y nuevas herramientas y habilidades; trabaja con adolescentes y adultos, ofreciendo una terapia individualizada y adaptada a cada una de las necesidades que el paciente presente.

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