La Psicología es un campo de estudio que desde la antigüedad ha interesado al ser humano. Los estudios universitarios de esta rama de la ciencia suelen tener una elevada demanda: son muchos los psicólogos que se gradúan cada año, y muchos más los que inician sus estudios en esta trayectoria.
Sin embargo, no todo es simplemente amor por el saber teórico; si bien en algunos casos se hace únicamente por interés intelectual o por otros motivos, la gran mayoría de estudiantes universitarios se está formando con el propósito de poder realizar una actividad laboral en un campo que les interesa. Lamentablemente, la entrada al mercado laboral una vez finalizados los estudios no ofrece a día de hoy tantas salidas para los profesionales de la psicología, especialmente tras la crisis económica iniciada en el año 2007.
La preocupante tasa de desempleo de los psicólogos españoles ha levantado las alarmas tanto en estudiantes como en personas con formación en el ámbito que se encuentran en el paro o que ven limitadas sus opciones de cambiar de lugar de trabajo. Es una situación que afecta a gran cantidad de profesionales que no encuentran un hueco en el que poder ejercer su profesión de manera digna.
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Estudios y mercado laboral: situaciones dispares
Si observamos tanto el mundo académico como el mercado laboral, es posible notar la existencia de una gran disparidad en la relación entre oferta y demanda. Mientras que la formación universitaria en psicología tiene una gran demanda y las universidades han respondido a ello en consecuencia, en el mercado laboral actual la situación es compleja y no ofrece tantas alternativas a los profesionales del sector.
Ello conduce a la existencia de una elevada competitividad a la hora de obtener el puesto de trabajo, prácticamente requiriéndose la realización de formación en forma de varios posgrados y másters de cara a poder destacar de entre la gran cantidad de competidores que pueden surgir para un mismo puesto... y a veces ni así se consiguen importantes progresos en forma de empleabilidad. Quizás la única rama de la Psicología en la que esto no ocurre es la organizacional, muy orientada hacia los Recursos Humanos.
Si bien afortunadamente dentro de la psicología hay múltiples ámbitos en los cuales es posible especializarse, cosa que provoca que algunos sectores tengan una relación oferta demanda más ajustada, la gran mayoría de profesionales tienen grandes dificultades para encontrar trabajo.
La situación de la Psicología en España: el desempleo
La situación laboral de los psicólogos de este país, especialmente en lo que respecta al ámbito de la salud mental, resulta paradójica. Y es que en España existe una gran necesidad social de atención psicológica, necesidad que cada vez es mayor y más evidente. Se estima que una de cada cuatro personas va a tener a lo largo de su vida algún tipo de problemática que requiere atención psicológica (especialmente trastornos de ansiedad y del estado del ánimo).
España tiene aproximadamente 4 psicólogos por cada 100.000 habitantes, cuatro veces menos que la media europea (que se calcula en 18 por cada 100.000). Esta cifra es totalmente insuficiente para dar cuenta de la necesidad de atención profesional de la población. Esto provoca que existan grandes listas de espera en la sanidad pública para recibir tratamiento psicológico, mientras que únicamente se han ofrecido 128 nuevas plazas públicas anuales, teniendo una gran parte de profesionales.
El resultado es que muchos pacientes se ven en la necesidad de recurrir a la práctica privada si quieren llegar a ejercer o a recibir tratamiento.
Aunque en otros ámbitos alejados de la clínica la situación es algo mejor, existiendo gran cantidad de ofertas de empleo en el terreno de los Recursos Humanos y el mundo de la empresa, esta trayectoria tiende a no ser la favorita de los estudiantes que inician la carrera universitaria en Psicología.
Evolución del paro entre psicólogos
En los últimos años la situación para los psicólogos ha mejorado ligeramente, observándose un pequeño aumento en la contratación durante el mes de febrero de este año en comparación con el mes de enero o con el del año pasado. Sin embargo, esto no implica que el problema esté solucionado.
Según datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) en la actualidad se estima que alrededor de 12.152 profesionales colegiados están en situación de desempleo. Existe una mejoría clara en comparación con los 14.088 del año pasado o los 16.800 de 2014, pero la situación sigue siendo crítica.
También hay que tener en cuenta la diferencia entre licenciados y graduados. Los cambios en materia educativa que ha sufrido la enseñanza universitaria con la implantación del plan Bolonia provocaron el surgimiento del Grado en Psicología, formación universitaria que permite la obtención del título de psicólogo. Sin embargo, es posible observar que en la actualidad existe una tendencia a que los licenciados tengan mayor tasa de empleo que los graduados. Baja la tasa de desempleo entre los licenciados y sube la de graduados, si bien esto también puede deberse al menor tiempo en el mercado de los segundos.
Asimismo, el hecho de que se implantase el Máster de Psicología General Sanitaria y se ilegalizara el ejercicio profesional de la psicología clínica fuera de este máster o el sistema de formación PIR (si bien se dejó que los profesionales que cumplían determinadas condiciones obtuvieran una acreditación que les permitía continuar ejerciendo profesionalmente), provocó que fuera necesario un mayor desempeño y competición con el fin de poder ejercer como profesionales en el sector sanitario (el más demandado).
Otro de los problemas que suelen encontrarse los profesionales de la psicología es que aún si consiguen encontrar ofertas de trabajo vinculadas a su sector profesional, este empleo tiende a ser temporal. Así, la precariedad laboral es una constante preocupante en este sector, al igual que en otras profesiones vinculadas al mundo de la salud.
Son necesarias nuevas medidas políticas
Por lo que se ha visto, parece ser que la deriva del mercado laboral no será suficiente como para ofrecer una mínima tasa de empleo que satisfaga la demanda. Son necesarios cambios estructurales que permitan encontrar una salida a medio plazo, pues el futuro de toda una generación de psicólogos a nivel nacional está en juego.