Las Teorías de la atribución intentan explicar cómo las personas interpretan los acontecimientos y cómo los relacionan con su forma de pensar y actuar. Aquí conoceremos la Teoría de la covariación cognitiva de Harold Kelley (1967).
A través de esta teoría se puede determinar la causa de un suceso o conducta de una persona. Vamos a conocer con detalle los componentes y características de la teoría.
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El concepto de la atribución
En relación a las teorías de la atribución, A. Beck (1978) diferenció entre expectativa y atribución. Definió la expectativa como la convicción de que un hecho acompañará a otro hecho (orientada al futuro), y la atribución como la convicción de que un hecho ha acompañado a otro hecho (orientada al pasado).
La Teoría de la covariación cognitiva de Kelley
La teoría de la covariación de Harold Kelley (1967) es un modelo de atribución, es decir, está orientada a determinar las causas de las conductas, hechos o sucesos que observamos.
Kelley establece que cuando existen diferentes acontecimientos que pueden ser la causa desencadenante de un mismo hecho, sólo los que se demuestre que se relacionan de forma consistente con él a lo largo del tiempo, serán considerados como causa del acontecimiento.
Tipos de información
El autor entiende la covariación como la información de múltiples fuentes sobre la conducta del actor (múltiples observaciones). Sería la relación entre dos o más variables.
Distingue en los hechos o acciones dos elementos: el actor (sujeto observado, y que realiza la acción) y el perceptor (sujeto que recibe la acción).
Por otro lado, en su Teoría de la covariación cognitiva, Kelley establece tres tipos de información sobre la conducta pasada de la persona observada (actor) que van a determinar el tipo de atribución:
1. Consenso
¿Otros sujetos realizan la misma acción? Si la respuesta es afirmativa, el consenso será alto.
Es decir, sería cuando la respuesta del sujeto es coincidente con la regla del grupo, con la mayoría.
2. Distintividad o diferenciación
¿El actor se comporta así con otros? Si se comporta así con más personas, habrá una baja distintividad o diferenciación, es decir, no habrá diferencias en función del perceptor.
3. Consistencia
¿El actor se comporta así con el mismo sujeto en distintas circunstancias (o a lo largo del tiempo)? Si la respuesta es afirmativa, habrá una alta consistencia.
Es decir, sería la representación recurrente de la misma conducta siempre que se representa la misma situación.
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Atribuciones causales
Dependiendo de la combinación de estos tres elementos, podremos realizar una atribución causal a la persona, a la entidad o a las circunstancias. Así, en la Teoría de la covariación cognitiva, pueden darse tres tipos de atribuciones causales:
1. Atribución causal a la persona
Cuando el consenso es bajo (pocos sujetos diferentes al actor realizan la misma acción), la distintividad es baja (el actor se comporta así con muchos) y la consistencia es alta (siempre se comporta así con el mismo sujeto o perceptor en distintas circunstancias o a lo largo del tiempo).
Por ejemplo, una persona que siempre le da dinero a los mendigos (a diferencia de sus vecinos) durante todo el año. En este caso la atribución de la acción es la persona, es decir, la acción depende en mayor grado de ella.
2. Atribución causal a la entidad (sujeto perceptor)
Cuando el consenso es alto (muchos sujetos diferentes al actor realizan la misma acción), la distintividad es alta (el actor se comporta así con pocos o uno solo) y la consistencia es alta (siempre se comporta así con el mismo sujeto en distintas circunstancias o a lo largo del tiempo).
Por ejemplo, pensemos en un padre que compra regalos de Navidad para sus hijos, igual que la mayoría de la gente, y además compra el mismo número de regalos por hijo. Este acto, además, se da aunque los niños de hayan portado mejor o peor durante el año. En este caso, la atribución causal será la entidad o los propios niños que reciben los regalos.
3. Atribución causal a las circunstancias
Cuando el consenso es bajo (pocos sujetos diferentes al actor realizan la misma acción), la distintividad es alta (el actor se comporta así con pocos o uno solo) y la consistencia es baja (el actor se comporta diferente con el mismo sujeto a lo largo del tiempo).
Por ejemplo, un chico que le compra un regalo a su pareja, y a nadie más, y sólo en ocasiones especiales, mientras que nadie de la familia lo hace (bajo consenso). Aquí el evento o hecho dependerá en mayor grado de las circunstancias (las ocasiones especiales).
Los esquemas causales de H.Kelley
Por otra parte, la teoría de la covariación cognitiva de Kelley también aborda otro concepto: el de los esquemas causales (por eso también se llama modelo de covariación y configuración de Kelley).
Este otro concepto de la teoría de Kelley, llamado “configuración”, se trata de la información que procede de una sola observación (a diferencia de la covariación, donde había múltiples observaciones). A partir de estas informaciones, se generan los esquemas causales.
Según Kelley, habría dos tipos de causas en los esquemas causales:
1. Causas suficientes múltiples
Explican los efectos normativos o moderados. Entre varias causas, es suficiente con que se dé una o alguna de ellas, para que se produzca el efecto. A partir de estas causas, establece dos principios:
1. 1. Principio de desestimación o descuento
Se atribuye menos importancia a una causa cuando existen otras posibles causas para la conducta.
Por ejemplo, cuando un alumno tiene mal rendimiento después de una intervención quirúrgica, se atribuye el mal rendimiento a problemas de salud y no a falta de esfuerzo. La causa que se tiene en cuenta es la más saliente o excepcional.
1. 2. Principio de aumento
El papel de una causa se incrementa si el efecto tiene lugar en presencia de una causa inhibitoria.
Por ejemplo, el buen rendimiento de una alumna mientras su padre está enfermo; se le atribuye más esfuerzo a esa niña respecto a otros alumnos con circunstancias favorables.
2. Causas necesarias múltiples
Explican los efectos poco habituales o extremos, donde deben concurrir varias causas para poder explicar el efecto.
Por ejemplo, en unas oposiciones muy difíciles donde pocos estudiantes obtienen plaza, deberán darse varias causas: que el alumno esté motivado, que haya estudiado mucho, que tenga un expediente académico alto y que tenga suerte en el examen.
Referencias bibliográficas:
- Morales, J.F. (2007). Psicología social. Editorial: S.A. McGraw-Hill / Interamericana de España
- Hogg, M. y Graham, M. (2010). Psicología social. Editorial: PANAMERICANA