En las últimas décadas, los seres humanos y la sociedad que hemos construido ha evolucionado de manera muy notable, y con el avance de las nuevas tecnologías, nuestra forma de relacionarnos con el entorno es muy distinta a la de las generaciones anteriores.
Hace tan solo 40 años nadie podría imaginarse la repercusión que hoy en día tendrían las redes sociales en nuestras vidas, ni cómo evolucionaría un aparato llamado “teléfono”, pues los dispositivos móviles han pasado a convertirse en nuestros inseparables acompañantes.
Los valores de nuestra sociedad han cambiado, y con ello nuestra forma de pensar. Pero los cambios no siempre han sido para mejor, y la sociedad moderna puede traer consigo distintos trastornos que antes no eran motivo de consulta en las clínicas de psicopatología… a no ser que se introduzcan cambios culturales y nuevas formas de gestionar estas situaciones novedosas.
Trastornos asociados a la sociedad moderna
Pero, ¿qué hechos de la vida moderna hacen de la psicología una profesión de futuro?
Estos cuatro hechos hacen que la figura del psicólogo en el área de la salud sea imprescindible en el presente y en los días que están por venir:
1. La obsesión por la imagen digital
Las nuevas tecnologías han irrumpido en nuestra vida con tal fuerza que es casi imposible vivir ajeno a esta nueva realidad. Los trastornos de la imagen corporal no son algo nuevo, y de hecho forman un fenómeno bastante frecuente en nuestra sociedad. Nuestra cultura premia a aquellos individuos con una imagen corporal que roza la perfección, algo que lleva a muchas personas a obsesionarse por su cuerpo.
La excesiva preocupación por la apariencia y por la imagen que damos convierte a ciertos individuos en personas tremendamente infelices. El acceso a las nuevas tecnologías y la posibilidad de estar conectados todo el día a las redes sociales causa muchos problemas en las personas propensas a este tipo de comportamiento.
Todos conocemos a alguna persona que pasa horas y horas haciéndose fotografías para luego compartirlas a su perfil de Facebook o Instagram, llegando a tener comportamientos obsesivos.
De hecho, el fenómeno selfie se ha convertido en un hecho característico de la sociedad moderna. En este sentido, el psiquiatra Dr David Veale, del Hospital de Maudsley de Londres, comenta en una entrevista al rotativo británico Sunday Mirror: “De cada tres pacientes que acuden a mi consulta por el Trastorno Dismórfico Corporal están obsesionados con los selfies”. Se podría decir que el acceso a las nuevas tecnologías de la información acrecienta este fenómeno. Ahora bien, es importante entender que el problema principal no son las nuevas tecnologías, sino el uso patológico de las mismas.
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2. Estrés y Tecnoestrés
El estrés tampoco es algo nuevo, pero en la actualidad se ha convertido en un problema muy serio. Es frecuente que las personas acudan a la consulta de los psicólogos aquejados del estrés que sufren en sus vidas.
De hecho, en el entorno laboral, el estrés crónico o burnout causa problemas serios a nivel psicológico. El estrés es un fenómeno complejo en el que entran en juego variables del puesto de trabajo, las expectativas de un individuo y su capacidad de afrontamiento ante las situaciones complejas.
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Pero, recientemente, algunos expertos afirman que una nueva forma de estrés está afectando a muchos individuos. ¿La causa? La irrupción en nuestras vidas de la tecnología en forma de ordenadores, internet, smartphones tablets… lo que se conoce como tecnoestrés.
Para la psicóloga Marisa Salanova, profesora en la Universidad Jaume I de Castellón, el tecnoestrés es “un estado psicológico negativo que se asocia con el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) o con la amenaza de su uso en un futuro. La percepción de un desajuste entre las demandas y los recursos relacionados con el uso de las TIC provoca este fenómeno que se caracteriza un alto nivel de activación psicofisiológica, malestar, ansiedad, fatiga y el desarrollo de actitudes negativas hacia las TIC". Y el hecho de que el uso de los smartphones y los portátiles haga que los límites entre la vida privada y la vida laboral se difuminen también puede dar problemas.
Para saber más sobre el tecnoestrés, puedes visitar nuestro artículo: "Tecnoestrés: la nueva psicopatología de la era digital"
3. El uso de los smartphones
Y claro, cuando hablamos de los trastornos y síndromes asociadas al uso de las nuevas tecnologías, es inevitable hablar de la nomofobia. Desde hace poco más de una década, los teléfonos móviles nos acompañan a cualquier sitio, están con nosotros vayamos donde vayamos. Desde la aparición de los smartphones tenemos acceso a internet las 24 horas al día, y frente a esta realidad, se hace casi imposible desconectar un solo instante del mundo digital.
Estar continuamente conectados puede no ser del todo bueno, y a la larga, para algunas personas, la desconexión puede tener consecuencias psicológicas serias, haciendo que estén ansiosas, con un gran malestar, e incluso se sientan perdidas en este mundo dependiente de las nuevas tecnologías. Los psicólogos pueden reeducar a estas personas en el uso de las nuevas tecnologías para que superen su adicción al teléfono móvil.
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4. Las nuevas formas de relacionarnos
En el mundo moderno, nuestra forma de relacionarnos ha cambiado mucho respecto a las generaciones anteriores. Solemos estar conectados a las redes sociales continuamente, e interactuamos con nuestros conocidos a diario. Estar continuamente conectados a la red ha provocado un nuevo fenómeno llamado Síndrome FOMO (fear of missing out) o sensación de perderse algo. Este síndrome ha sido reconocido por los psicólogos como un trastorno producido por el avance de la tecnología y la cantidad de opciones que se nos presentan hoy en día.
Las personas con FOMO sienten que su vida es mucho menos interesante que la de sus conocidos, lo que afecta a su autoestima y su salud emocional. El FOMO, además, puede producir depresión o ansiedad. Como en los casos anteriores, la educación es básica para prevenir este tipo de patologías asociadas al uso de las nuevas tecnologías, y los psicólogos pueden ayudar a las personas a corregir los pensamientos negativos característicos de este fenómeno.
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