La vida es la mejor paradoja, al punto que beber mucha agua hace daño y cada solución antecede a un problema. Entro con este pensar jocoso filosófico para tratar de explicar la complejidad de la existencia. La especie humana siente seguridad en las linealidades, como vida y muerte. Entre estas entra la correlación de que el boxeo puede llegar causar el mal de Parkinson.
Este escrito no es un mundo paralelo, solo es una breve exposición a una nueva perspectiva dentro de este espectro llamado boxeo y sus diferentes beneficios multidimensionales. Como antes mencionado, hay cierta correlación entre el boxeo y diversas condiciones adversas entre estas, la enfermedad de Parkinson. De acuerdo con la Clínica Mayo en los Estados Unidos, la enfermedad de Parkinson es un trastorno progresivo del sistema nervioso que afecta el movimiento donde los síntomas se desarrollan gradualmente, a veces con un temblor apenas perceptible en una sola mano.
Los temblores son comunes, pero el trastorno también suele causar rigidez o lentitud de movimientos. El caso de Parkinson más conocido en el boxeo lo es el del boxeador más aclamado en los tiempos modernos, Muhammad Ali. De acuerdo con King y Horak (2009) los estudios sobre el ejercicio de boxeo que incluyen entre ellos un programa de entrenamiento combinado de jab, cruzados y ganchos en pacientes con enfermedad de Parkinson indicaron que la agilidad, la velocidad y la marcha hacia atrás mejoraron.
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¿Qué beneficios puede tener el boxeo?
En el 2020, Urrutia y colaboradores realizaron un estudio piloto con el propósito de determinar si el ejercicio de boxeo de alta intensidad tiene un efecto sobre la calidad del sueño y la somnolencia diurna en personas con enfermedad de Parkinson. En una muestra de participación de 15 participantes en un programa de boxeo sin contacto de alta intensidad de 6 semanas disminuyó significativamente la depresión y mostró tendencias de mejora de la calidad del sueño y disminución de la somnolencia diurna.
En el mismo año Dawson y colaboradores realizaron un estudio observacional retrospectivo donde el impacto del programa de boxeo sin contacto “Rock Steady Boxing” (RSB) en medidas de resultados clínicamente relevantes en 62 pacientes con enfermedad de Parkinson. Para evaluar el cambio desde el inicio del programa hasta su finalización, los investigadores administraron a los particpantes la prueba STS (sentarse y pararse) de 30 segundos, la prueba Timed Up and Go (TUG), una encuesta de calidad de vida (EQ-5D) y una encuesta de satisfacción fueron analizadas. Los resultados reflejaron una mejoría significativa en las pruebas STS y TUG para los participantes que completaron su primera o segunda sesiones de RSB. Estos resultados indican los beneficios de RSB para personas con enfermedad de Parkinson.
La ciencia de la terapia boxística
En 2021, Horbinski y colaboradores evaluaron los efectos de un tratamiento de terapia boxística en un cohorte de 98 participantes con la enfermedad de parkinson e incluyeron el riesgo de caídas como criterio de valoración principal y otras métricas de rendimiento como lo fueron la cantidad de veces que los participantes pudieron pararse de una silla en 15 segundos, pararse en cada pierna durante 30 segundos, pararse del suelo, caminar normalmente, tocar el talón con la punta del pie, cruzar y caminar hacia atrás, como puntos finales secundarios.
Debido a que el seguimiento longitudinal de los participantes de terapia boxística abarcó el bloqueo asociado a COVID-19, los investigadores auscultaron el efecto de la cuarentena y el cese temporal asociado de terapia boxística en los resultados. Los resultados reflejaron que el número promedio de caídas autoinformadas por mes por participante disminuyó en un 87%, durante la terapia boxística. Durante el bloqueo debido a COVID-19, las caídas de los participantes aumentaron por mes.
Las mujeres y los mayores de 65 años reportaron el mayor aumento de caídas durante el período de encierro. La reanudación de terapia boxística después del bloqueo resultó en otra disminución en las caídas. Las métricas de rendimiento cuantitativas, que incluyen pararse desde una posición sentada y pararse sobre una pierna, se vieron reflejadas en gran medida en la disminución en el patrón de caídas antes y después del bloqueo.
Cabe destacar que aunque la evidencia científica sobre tratamientos con base boxística ha aumentando, se tiene que tomar en cuenta que son ciertos ejercicios boxísticos y cada caso varía. Dicho esto, tal como expusieron Horbinski y sus colaborades, dado el envejecimiento de la población del mundo desarrollado, las afecciones neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson se están volviendo cada vez más comunes. El Parkison, en particular, es un problema de gestión del riesgo crónico donde se le hace énfasis a la reducción del riesgo de caídas, ya que esas caídas a menudo resultan en un trauma secundario que es costoso de manejar, reduce la calidad de vida y aumenta la mortalidad.
Múltiples estudios han sugerido que una variedad de terapias físicas y ejercicios no solo pueden disminuir la velocidad a la que aumenta el riesgo de caídas en los pacientes con el tiempo, sino que también pueden permitir que los pacientes recuperen algo de lo que habían perdido antes del inicio de terapia. Tomando en cuenta la información expuesta, se puede concluir que este escrito cumplió con el objetivo de exponer las diferentes dimensiones y formas de como el boxeo puede cambiar vidas y es por esta razón que se hace un llamado a la realización de más investigaciones multidisciplinarias con base boxística para aumentar el bienestar de las personas.