Exploremos el mundo del condicionamiento. ¿Sabías que los seres humanos estamos diseñados para que ciertas funciones o programas corran de manera automática en nuestro cerebro? Aquí aplican creencias, hábitos, comportamientos, elecciones, gustos, preferencias, estilos de vida, etc. básicamente todo lo que conforma tu vida, puede venir de una programación, aprendizaje y por ende un condicionamiento.
Claro que no hay que caer en extremos, los seres humanos somos complejos y nos conforman varias partes, tales como personalidad, carácter, fortalezas, debilidades, talentos, entre otras. Sin embargo el contexto y las personas con las que te desarrollas influyen profundamente en la manera en la que vemos la vida. Y de aquí nace la pregunta. ¿Qué tan tuya es la vida que estás viviendo o que tan condicionada podría ser?
Descondicionar el pasado para crear el presente
Cuando uno se encuentra en un momento en donde quisiera darle un giro a su vida, o a algún área de su vida y no encuentra la manera, la solución, el camino, el recurso, etc., es sin duda importante cuestionar ¿hay algo que yo debería desaprender para avanzar en este momento?
Debido a que los condicionamientos están presentes en todo momento en nuestros filtros para tomar decisiones, hay que ser conscientes de que se requiere la apertura necesaria para cuestionar, discernir que si me sirve y que no me sirve y soltar, comprendiendo también que el sistema nervioso vive el proceso de igual manera.
El descondicionar tu pasado, o situaciones de tu pasado, básicamente consiste en recuperar y señalar memorias, aprendizajes, hábitos, etc., que en el presente te estén impidiendo de elegir, crear, o atreverte a vivir algo diferente. Si bien en la vida no se puede controlar todo, hay ciertas cosas que si entran en el control saludable, y ese control saludable hay que saber utilizarlo auténticamente.
No se es auténtico del todo cuando sin querer tus condicionamientos limitantes se cuelan en tu filtro. Cabe mencionar que no todo condicionamiento es limitante, puede ser que tu cargues también con condicionamientos que juegan por completo a tu favor y eso está perfecto. Mientras no limite, está muy bien. Pero aquí hablaremos de los condicionamientos que si limitan. Esos que sí sean limitantes, son los que hay que aprender a identificar y descondicionar.
El arte de desaprender
Para descondicionar algo, hay que dominar el arte de “desaprender”. El desaprender va a ser tu mejor aliado en temas de soltar lo que no sirve. Para desaprender, primero hay que hacer las paces con que en algún momento aprendiste algo que te sirvió para salir adelante en ese momento o que lo aprendiste mal.
No todo aprendizaje es bueno, debido a que a veces podemos aprender cosas que no son útiles para un desarrollo saludable. Ahora, una vez que entiendes que habrá cosas por transformar, entonces se vuelve más fácil el proceso de desaprendizaje. Esta conciencia y autoconciencia se va creando poco a poco, es un proceso de expansión y flexibilización para la mente, en donde varias funciones del cerebro se activan, como por ejemplo, el olvido.
El olvido es una función primordial para desaprender. Es un proceso natural que todos los seres humanos vivimos, y que cumple la función de no sobrecargar a la mente y que podamos seguir aprendiendo cosas nuevas. Literalmente el cerebro desecha la información a la que no se le da uso y abre espacio para nueva información.
Los cerebros, como las computadoras, tienen cierto rango de almacenaje, la memoria no es algo que debamos tomar por sentado, debido a que es una función muy importante y vital para el correcto desarrollo de una persona.
Ahora, ya que sabes que hay que saber gestionar, identificar y elegir conscientemente desaprender algo, para que el cerebro lo olvide, entonces estarías abriendo paso para crear nuevas conexiones neuronales que comiencen a internalizar la nueva creencia, hábito o estilo de vida, que quieres comenzar a llevar a partir de elegir conscientemente soltar lo viejo, y desde ahí estar reforzando lo nuevo.
En sí, básicamente, eso es un micro proceso de des condicionamiento. Ese proceso hay que repetirlo claro, con cada cuestión que vayas identificando que te impide de llegar a donde quieres, de vivir algo nuevo o diferente, etc.
En conclusión, estar abiertos a descondicionar lo que ya no sirve o lo que ya caduco (es decir, que en su momento tuvo una función benéfica), es la manera en la que abres el camino para que lo nuevo entre, y desde un control saludable, puedas moldear tu vida y tus elecciones hacia algo más alineado y auténtico para ti.


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