Eurípides es conocido por ser, juntamente con Sófocles y Esquilo, uno de los tres grandes poetas trágicos griegos.
Se desconoce cuál fue exactamente su lugar de nacimiento, pues diversas fuentes lo sitúan en lugares y años diferentes. Este gran escritor fue durante toda su vida un ávido lector y llegó a tener la biblioteca privada más grande de toda Grecia. Su fiel amigo Sócrates llegó a decir de él, que no iría al teatro si no se representaba una obra del mismo Eurípides.
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Grandes citas célebres Eurípides
Un gran poeta que, sin duda, todos debemos conocer, pero si no es así, a continuación os revelaremos las 80 mejores frases de Eurípides, con las que podrás comenzar a descubrirlo.
1. Más celos da a la maldad la virtud que el vicio.
Demostrar que somos mejores que ellos, es lo que más le duele a nuestros enemigos.
2. ¡Qué mala es siempre por naturaleza la esclavitud, y cómo soporta lo que no debe, sometida por la fuerza!
La esclavitud era una práctica que, sin duda, se debía terminar; por desgracia se acabó con ella demasiado tarde.
3. El trabajo es el padre de la gloria y de la felicidad.
Trabajar nos dará la oportunidad de llegar a cumplir nuestros propios objetivos.
4. La riqueza es la cosa que más honran los hombres y la fuente del más grande poder.
El dinero y el poder han sido los grandes causantes de los males más severos que han asolado la humanidad.
5. Al hombre comedido le basta con lo suficiente.
Saber vivir con lo justo, nos permitirá llegar a ser mucho más felices.
6. No hay en el mundo nada peor que una mujer, excepto otra mujer.
En la antigüedad las mujeres vivían una vida donde la sociedad les menospreciaba totalmente.
7. Es dañino para los hombres superiores el que un villano alcance prestigio por ser capaz de contener al pueblo con su lengua, alguien que antes no era nadie.
La sociedad griega permitió a ciertos hombres, hacerse un hueco dentro de los más altos estamentos gracias a su propia inteligencia.
8. En la bondad se encierran todos los géneros de la sabiduría.
La sabiduría siempre guarda una auténtica bondad en su interior, pues si somos realmente sabios jamás desearemos hacer nada malo a nadie.
9. Llena de tormentos está la vida humana, y no hay descanso en nuestras penalidades; y si tan dulce es vivir, a lo mejor nos envuelven las tinieblas de la muerte.
La vida es un bien precioso que debemos saber valorar y cuidar, pues al fin y al cabo es lo más valioso que tenemos.
10. El amor es el maestro más fecundo en recursos.
Por amor, los hombres somos capaces de hacer todo y de dar todo, quizás sea incluso la fuerza más poderosa que mueva al ser humano.
11. El genio convierte la excepción en regla.
Los genios tienen una forma de ver la vida y la naturaleza que nadie más tiene.
12. ¿Qué mayor dolor puede haber para los mortales que ver muertos a sus hijos?
La pérdida de un hijo es una experiencia tremendamente nefasta por la que nadie debe tener que pasar.
13. El oportunista que no sirve para nada, siempre hechiza a la chusma.
Las personas que poseen un gran don para la persuasión, pueden mostrarse muy convincentes con aquellos que no demuestran una gran inteligencia.
14. Odio a la mujer docta. Ojalá no entre en mi casa mujer que sepa más de lo que una mujer debe saber.
El hombre siempre ha temido a una mujer más inteligente que él mismo, algo que en los tiempos modernos sin duda no tenemos que emular.
15. No mires a lo lejos, descuidando lo que tienes cerca.
Aquello que tenemos más cerca, es también lo que puede llegar a hacernos más daño.
16. En mudas circunstancias el buen amigo se manifiesta.
En las circunstancias más difíciles es cuando un amigo de verdad nos demuestra su valía.
17. Dícese que los regalos persuaden aún a los dioses.
Un regalo puede ayudarnos a lograr nuestro objetivo, pues nos brindará una mejor primera impresión.
18. Un hombre noble se olvida de las pasadas injurias.
No debemos hacer caso a las habladurías que se comentan sobre nosotros, pues estas, en realidad, no nos describen con fidelidad.
19. La infelicidad es un mal sin solución.
La infelicidad es algo que nos suele acompañar durante toda la vida, pues siempre existirá algún aspecto con el que no estemos completamente satisfechos en nuestra vida.
20. Una buena costumbre es más fuerte que una ley.
Las buenas costumbres pueden ayudarnos a vivir una vida mucho más ordenada.
21. ¡Oh virtud, he seguido en pos de ti toda la vida, y al fin hallo que no eres más que una sombra!
Todos deseamos mejorar como individuos con el paso del tiempo, pero en ciertas ocasiones nos damos cuenta de que realmente no lo necesitamos.
22. Cuando un hombre bueno está herido, todo el que se considere bueno debe sufrir con él.
Debemos ayudar a aquellas personas que alguna vez nos ayudaron, o a aquellas personas que realmente merecen ser ayudadas.
23. Un hombre viejo no es más que una voz y una sombra.
La vejez es una etapa por la que todos pasaremos y el ser viejos no nos hace ser menos válidos o peores personas.
24. Si dijeres mal de nosotros, muchas cosas malas y bien verdaderas oirás.
No debemos hablar mal de terceras personas, pues esta forma de actuar puede traernos graves perjuicios.
25. Dones, que vengan de un hombre malo, no traen provecho.
No debemos entablar amistad con personas que no merezcan la pena, una mala amistad a la larga nos será forzosamente negativa. Como bien dice el refrán “dime con quién te juntas y te diré quién eres”.
26. Jamás, entre los hombres, debería valer más la lengua que la acción.
Vale mucho más un hecho que una promesa. Los amigos de verdad demuestran su valía con hechos.
27. Los nobles padres tienen nobles hijos.
De tal palo tal astilla, nuestros padres nos enseñan a ser la persona que seremos el día de mañana.
28. Sostengo, pues, que los mortales que no conocen el himeneo ni las dulzuras de la paternidad, son más felices que los que tienen hijos.
La paternidad puede ser una labor muy complicada de realizar, esta nos trae sin duda grandes alegrías y también grandes dolores de cabeza. Debemos tomar muy en serio el hecho de ser padres.
29. El rey debe tener presente tres cosas: que gobierna hombres, que debe gobernarles según la ley y que no gobernará siempre.
El hecho de ser rey es como todo en la vida, un cargo temporal. Algo que muchos reyes de la antigüedad no descubrieron hasta que fue demasiado tarde.
30. Mi lengua promete, pero mi mente no ha prometido.
Las palabras se las lleva el viento. Una promesa de alguien sin palabra no tiene absolutamente ningún valor.
31. De todos los seres que viven y piensan, las mujeres son las más desgraciadas… Un hombre, cuando está a disgusto en su casa, puede salir y librar su espíritu del hastío en el trato con sus amigos y los de su edad. Pero nosotras, las mujeres, no podemos mirar sino dentro de nuestro propio corazón.
A las mujeres en la antigüedad no se les permitía relacionarse de la forma como lo hacen hoy en día. Sin duda era una sociedad muy jerarquizada, donde el rol de la mujer pasaba a un segundo plano.
32. La vida no es verdadera vida, sino sólo dolor.
Durante nuestra vida, sufriremos en muchas ocasiones, depende de nosotros cuánto lo hagamos y cómo lo superemos.
33. Cuando las calamidades caen sobre un Estado, se olvidan los dioses y nadie se preocupa de honrarlos.
En las situaciones más catastróficas. la religión pasa a un segundo plano. ¿Quién se pondría a rezar mientras corre para salvar la vida?
34. Mucha falta hace a la familia el hombre que se muere; pero la mujer vale poco.
En la antigüedad, cuando una mujer de posición quedaba viuda, ésta recibía las tierras y riquezas de su marido.
35. Cuando hay un exceso de amor, el hombre pierde su honor y su valía.
Por amor somos capaces de llevar a cabo actos totalmente deshonrosos, incluso llegar a huir de una batalla, algo que se penaba con la muerte.
36. Rema en tu propio barco.
Debemos poner siempre de nuestra parte para poder alcanzar el éxito.
37. Frente a una muchedumbre, los mediocres son los más elocuentes.
Los mentirosos y los farsantes siempre son los más convincentes. Para poder engañar no es necesario ser alguien sabio.
38. El que muere, ni llora ni siente dolores.
En la muerte todos alcanzamos la paz. Después de ella, todos dejamos de sentir pena o dolor.
39. No es lo que el orador dice, sino quién es, lo que da peso a la elocuencia.
Cuando vamos a escuchar a un orador con cierta reputación, inmediatamente creemos que lo que dice es cierto.
40. Los hombres más sabios siguen su propio rumbo.
Una gran cita que nos revela sin duda una gran verdad, debemos escoger nuestro propio camino y ser plenamente consecuentes con él.
41. La ley de la naturaleza del hombre es la igualdad.
Todos, hombres o mujeres, somos completamente iguales entre nosotros mereciendo los mismos derechos y dignidad.
42. No hay ningún hombre absolutamente libre. Es esclavo de la riqueza, o de la fortuna, o de las leyes, o bien el pueblo le impide obrar con arreglo a su exclusiva voluntad.
Al final, siempre existe algún tipo de fuerza que, como hombres, de alguna forma nos somete, no somos hombres libres al cien por cien.
43. Lo esperado no sucede, es lo inesperado lo que acontece.
Debemos saber prevenir siempre lo inesperado, de esta forma estaremos mejor preparados para ello.
44. ¿Quién sabe si lo que llamamos muerte no es sino vida; y la muerte, en cambio, lo que juzgamos que es vida?
Nadie sabe lo que realmente sucede cuando morimos, Eurípides nos brinda en esta cita un rayo de esperanza, pues la muerte puede no ser lo que parece.
45. Si pudiéramos ser jóvenes dos veces y dos veces viejos, corregiríamos todos nuestro errores.
Algo que, sin duda, a todos nos gustaría poder hacer, pues cuando somos jóvenes somos tremendamente inmaduros y cuando somos maduros, no estamos al máximo físicamente.
46. Cuando la muerte se aproxima, los viejos encuentran que la vejez ya no es una carga.
La muerte es algo que tanto jóvenes como viejos, tememos y aborrecemos durante toda nuestra vida.
47. Un sólo hombre es más digno de ver la luz que infinitas mujeres.
En la antigüedad, tener un hijo varón era señal de prosperidad y un motivo de alegría.
48. Cuando la fortuna sonríe, ¿Qué necesidad hay de amigos?
Cuando la fortuna nos sonríe, los amigos surgen de debajo de las piedras.
49. La pobreza tiene este defecto: incita al hombre a cometer malas acciones.
Cuando somos realmente pobres, haremos todo lo que sea necesario para poder llegar a prosperar.
50. Es una carga demasiado pesada para un solo corazón sufrir por dos.
Todos vivimos nuestras propias y amargas penas, no debemos tener que sufrir también las penas de terceras personas.
51. La opulencia tiene su miseria: es cobarde y se apega a la vida.
Cuando vivimos una vida de enorme opulencia, nos solemos volver más cobardes y traicioneros. Las riquezas no nos convierten en una persona mejor ni más digna.
52. Todas las cosas nacen de la tierra, y todas las cosas las vuelve a tomar.
Todos los seres venimos de la propia naturaleza y al final cuando morimos, volvemos irremediablemente a ser parte de la misma.
53. Tú encontrarás muchas excusas, porque eres mujer.
Como vemos en esta cita, Eurípides tenía en aquellos momentos, una visión muy particular sobre la mujer.
54. Cuando un pueblo trabaja, dios lo respeta. Pero cuando un pueblo canta, Dios lo ama.
El trabajo y el ocio deben ser valorados por igual, todos necesitamos tiempo de ocio en nuestra vida. El ocio nos permite desestresarnos y relajarnos.
55. No llames jamás feliz a un mortal hasta que no hayas visto cómo, en su último día, desciende a la tumba.
La felicidad es algo que puede durar realmente muy poco, lo realmente difícil de conseguir es poder ser felices a largo plazo.
56. Convendría que los mortales procreasen hijos por otros medios, y que no hubiese mujeres, así se verían libres de todo mal.
Eurípides pensaba que muchos de los problemas de la sociedad venían dados por las propias mujeres.
57. Cuéntese entre los dichosos, aquel a quien durante todo el día no le haya sucedido nada malo.
En nuestro día a día todos pasamos por algunos momentos difíciles o meramente desagradables, nadie está completamente exento de ellos.
58. Una mujer debiera ser buena para todo dentro de casa e inútil para todo fuera de ella.
El rol de la mujer en la sociedad de la época era básicamente como ama de casa, fuera de este rol, la mujer no era vista con buenos ojos.
59. Los que no tienen hijos se libran de muchos sufrimientos.
La paternidad puede conllevar ciertos sufrimientos, pues como padres, los sufrimientos diarios de nuestros hijos son también propios.
60. El hombre no vive de pan, sino de verdad.
La verdad es algo que todos debemos buscar en nuestra vida y saber fomentar, debemos desterrar la mentira de nuestra sociedad.
61. Los ricos no pueden comprar el privilegio de morir viejos.
Las riquezas no nos permitirán vivir más años, el tiempo es una de las pocas cosas que no podemos comprar.
62. Sed felices: ya no hay amigos cuando uno es desgraciado.
Debemos ser felices y valorar lo que tenemos, uno nunca sabe si las cosas pueden empeorar el día de mañana.
63. Nunca es vergonzoso lo que es forzoso.
Cuando debemos realizar algo de forma forzosa, no nos conllevará ninguna deshonra el tener que hacerlo.
64. No aplaudo la envidia; pero me gustaría ser envidiado a causa de alguna buena acción.
No debemos envidiar a nadie, somos totalmente perfectos tal y como somos. Valorar aquellos aspectos que son positivos de los demás es algo que sí debemos hacer.
65. Hasta las desdichas han de sentirse con moderación.
Debemos tomarnos los infortunios con tranquilidad y aplomo, con el tiempo conseguiremos salir de ellos.
66. Así como nuestro cuerpo es mortal, las iras no deben ser inmortales. Así hablan los sabios.
Agua pasada no mueve molinos. Lo que un dia nos causó malestar o cierta rabia, no debemos tenerlo en cuenta pasado ya un tiempo.
67. Al sostener que existen los dioses, ¿No será que nos engañamos con mentiras y sueños irreales, siendo que sólo el azar y el cambio mismo controlan el mundo?
Creer o no en un ser superior que controla el clima y lo que nos sucede en la vida, depende solo de que nosotros deseemos hacerlo. Según la ciencia no somos más que una mera casualidad en el universo.
68. Las ganancias mal logradas reportan pérdidas.
Si conseguimos algo de forma injusta, durará poco tiempo en nuestro poder.
69. ¡Oh!, bálsamo precioso del sueño, alivio de los males, cómo te agradezco que acudas a mí en los momentos de necesidad.
El descanso es uno de los mayores placeres que vivimos como seres humanos, además de ser un aspecto clave para nuestra propia salud.
70. El mejor adorno de una mujer lo constituyen el silencio y la modestia.
Una mujer comedida era bien vista por los hombres de la antigüedad, los hombres de entonces deseaban una mujer que se limitase estrictamente a ciertas labores del hogar.
71. El hombre que pide a los dioses la muerte es un loco: no hay en la muerte nada tan bueno como la miseria de la vida.
Valorar la vida es algo que efectivamente todos debemos hacer, solo tenemos una y el tiempo del que disponemos en ella es bastante limitado.
72. Ningún mortal es dichoso hasta el fin; ninguno ha habido ahora que no conozca el dolor.
Todos sufrimos durante nuestra vida una gran cantidad de infortunios y demás momentos dolorosos, nadie vive una vida exenta de dolor tanto físico como emocional.
73. ¿Quién quiere proponer al pueblo una decisión útil para la comunidad? El que quiere hacerlo se lleva la gloria, el que no, se calla.
Los políticos toman decisiones que afectan al total de la sociedad, depende de ellos que esas decisiones sean las correctas.
74. Es un dichoso infortunio el no tener hijos.
No tener hijos ha sido siempre visto como algo negativo desde los inicios de la civilización.
75. El mejor profeta es aquel que mejor calcula.
Conociendo cómo los astros se mueven en el universo o cómo la naturaleza se desarrolla, podremos realizar predicciones con una gran exactitud.
76. Es más fácil dar consejos que sufrir con fortaleza la adversidad.
Como se suele decir, los toros se ven mejor desde la barrera. Las adversidades parecen más difíciles de superar cuando debe hacerlo uno mismo.
77. Junto con el éxito viene la reputación de sabiduría.
Cuando alcanzamos el éxito en nuestras investigaciones, mostramos al público que estábamos en lo cierto con nuestras hipótesis.
78. Cuestiona todo, aprende algo, pero no esperes ninguna respuesta.
Para aprender algo de verdad, en ciertas ocasiones deberemos descubrir la verdad por nosotros mismos.
79. Ahora que he llegado a la vejez, ¡Cómo la detesto!
La vejez es una etapa que a ninguna persona le gusta experimentar, durante ella debemos ser positivos y saber aprovechar nuestro tiempo libre.
80. La juventud es la mejor época para ser rico, y la mejor época para ser pobre.
Cuando somos jóvenes la vida se contempla desde un prisma muy esperanzador, pero con el paso de los años, esa ingenuidad poco a poco va desapareciendo.