La asertividad es una habilidad social en la que se prioriza los derechos propios y se defienden de manera respetuosa ante otras personas. Está fuertemente relacionada con la autoestima, los estilos comunicacionales adaptativos y la mejora de la confianza con otras personas (parejas y/o relaciones familiares o sociales).
Si imaginamos una línea horizontal y situamos un estilo comunicacional asertivo en el punto intermedio, los otros extremos opuestos son los estilos comunicacionales pasivo (permitir que los demás decidan por nosotros y no expresar nuestros derechos) y agresivo (no somos objetivos y no respetamos las ideas de los demás).
Por otro lado, la asertividad es una habilidad que se puede trabajar y mejorar, consiguiendo que nos respeten y que respetemos a los demás sin tener la meta de “ganar o ser mejores” sino de llegar a un acuerdo en cada situación de manera respetuosa para ambos.
A continuación se exponen 10 claves y técnicas muy útiles para conseguir un estilo comunicacional asertivo. Existen diferentes técnicas para decir lo que pensamos sin tener miedo a herir al otro o ser agresivos en el proceso. ¿Te identificarás con alguna?
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Técnicas de asertividad recomendadas
Estas son varias técnicas útiles para potenciar la asertividad en tus relaciones personales.
1. Bajar la guardia
Evita estar a la defensiva antes de iniciar la conversación con una persona. En muchas ocasiones tenemos expectativas formadas de lo que va a suceder y nos anticipamos en nuestras formas (comunicación corporal y verbal inadecuada).
Practica el empezar una conversación con otra persona “reseteando” los problemas previos para no tener una predisposición anticipada agresiva. Es tan sencillo como entender ¿cómo va a mejorar la relación con esa persona si me comporto siempre de una manera verbal agresiva, defensiva o pasiva?.
Es un primer paso para cambiar la comunicación con otras personas con las que hemos tenido desacuerdos que han terminado mal, si cambias tu actitud conseguirás que la otra persona cambie la forma de tratarte. No tendrá sentido hablarte mal si tu actitud es contraria en todo momento.
2. No culpar pero hacerse respetar
Si eres consciente de que la conversación está en un punto que te ocasiona malestar o que a ambos os está sentando mal, es mejor hacer una reflexión a la otra persona sin utilizar el reproche.
En este caso la manera menos adaptativa sería echar la culpa a la otra persona de cómo te habla, utilizando en estos casos la segunda persona del singular: “Tú eres el que has iniciado la discusión... Tú me haces sentir mal...”. Siendo un argumento asertivo el siguiente: “Me he dado cuenta de que no quiero seguir discutiendo contigo, por lo voy a hacer un esfuerzo para entendernos y no sentirnos mal”.
3. Frases en primera persona
Es uno de los pasos fundamentales para trabajar la asertividad. Expresar que te ha sentado mal, que te hace sufrir indicándolo con frases en primera persona. De esta manera será más sencillo que la otra persona pueda sentir empatía en lugar de percibir un ataque por tu parte. Se trata de cambiar el REPROCHE por una expresión adecuada de tus derechos.
Así, no es lo mismo decir: “Me tratas mal delante de otras personas” a decir “Me siento mal cuando dices algo negativo de mí a otras personas”.
4. Técnica del disco rayado
La técnica del disco rayado consiste en repetir una y otra vez el mismo argumento de una manera calmada y relajada. Tiene como objetivo ser persistentes en lo que queremos o en nuestros derechos a pesar de la insistencia del otro.
Es útil cuando intentan manipularnos o nos quieren hacer cambiar de idea haciéndonos sentir personas estúpidas. Esta técnica según el contexto puede ser percibida por la otra persona como una muestra agresiva de comportamiento, por eso hay que utilizarla cuando realmente es necesario o en combinación con otras técnicas asertivas.
5. Interrogar de manera asertiva
Consiste en responder con una pregunta cuanto te realizan una acusación o comunicación que percibes de manera agresiva. ¿Qué conseguimos? Por un lado, si la otra persona estaba haciendo una comunicación constructiva, es decir, por ayudarnos aunque no estuviera empleando las mejores formas, nos detallará mejor su planteamiento. Por otro lado, si era una ataque para herirnos emocionalmente, el interlocutor no sabrá por donde seguir la conversación.
Un ejemplo puede ser, “Eres la persona más irracional que conozco” y responder “¿Por qué crees que soy irracional?... ¿Cómo crees que podría mejorar ese aspecto?”.
7. Aserción negativa
Una técnica útil para aprender de las críticas, sean o no malintencionadas. Esta técnica es también muy práctica durante la convivencia con otras personas, ya que es habitual llevar responsabilidades compartidas y que no siempre se lleve a cabo todo de la manera más deseada.
Un ejemplo sería: “Otra vez te has olvidado de lavar los platos. Eres un irresponsable”, una persona asertiva podrá evitar una discusión y contestar “Lo siento mucho por no haberlo hecho todavía. Estoy con (la tarea o razón por la que no se ha podido). La próxima vez me organizaré mejor.”
8. Pensar antes de hablar
Con seguridad hemos recibido ese consejo en alguna ocasión, pero es cierto que para evitar caer en los mismos errores es importante pensar en el mensaje que queremos trasmitir y en las formas adecuadas para hacerlo. No tengas prisa, piensa que las malas formas van a invalidad tu mensaje.
9. Empatizar con la otra persona
Ponte en el lugar de la otra persona. ¿Cómo estará viviendo esta situación? ¿Cómo lo viviría yo en su lugar?. Reflexionar sobre estas preguntas puede suponer mayores perspectivas sobre nuestras creencias hacia esa persona, incluyendo en nuestra comunicación.
Es posible que el malestar o frustración que experimente la otra persona se deba a sus circunstancias y necesite mayor apoyo por nuestra parte.
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10. Comprométete a no acumular las quejas
Es preferible expresar lo que nos molesta y lo que sentimos. Siempre que seamos honestos y lo expresemos de una forma directa y respetuosa. Guardar quejas puede tener la consecuencia de explotar en algún momento, expresando todo el malestar acumulado de forma rencorosa.
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Si quieres seguir mejorando...
Seguro que algunas de estas claves te serán de gran utilidad, es importante trabajarlas de manera continua. Si necesitas ayuda para mejorar estas habilidades asertivas y otras habilidades sociales puedes contactar con la psicóloga Verónica Valderrama Hernández de Psicoalmeria.
Psicoalmeria es un centro de psicología especializado en la evaluación, diagnóstico, tratamiento de problemas psicológicos, mejora general del bienestar y desarrollo de las diferentes habilidades psicológicas.