La motivación es el énfasis que ponemos al realizar determinadas tareas o actividades. Una motivación alta y duradera es vital para ayudarnos a conseguir todo aquello que nos proponemos, sobre todo a la hora de estudiar.
No obstante, en ocasiones esta no es tan fácil de mantener; por lo que a continuación veremos varios trucos con los que aumentar tu motivación para estudiar, ya sea durante las épocas de exámenes o para los momentos aprender rápidamente por tu cuenta.
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La importancia de la motivación en el estudio
Al igual que la mayoría de actividades o acciones que realizamos las personas, la motivación es el motor que hace que estas actividades se lleven a cabo de manera satisfactoria. Esta motivación puede ser tanto intrínseca, cuando hacemos algo por el mero placer de hacerlo; o extrínseca, cuando lo que nos motiva es la consecución de una recompensa externa.
Asimismo, la motivación también puede verse afectada por nuestro estado de ánimo. En algunas ocasiones las diferentes situaciones por las que pasamos en nuestro día a día condicionan nuestro estado de ánimo y por lo tanto esto afecta también a nuestra motivación para realizar determinadas tareas, incluyendo los hábitos de estudio.
Por ejemplo, un día podemos despertarnos muy motivados para estudiar, tenemos la intención de pasar el día en la biblioteca y nos sentimos llenos de energía. Sin embargo, durante el desayuno nos dan una mala noticia. Lo más seguro es que nuestro estado de ánimo decaiga, decaiga por lo tanto la motivación y se nos quiten las ganas de ir a estudiar.
Además, los hábitos de estudio, como muchas otras actividades, es necesario comenzar desde un punto de partida, una planificación y una metodología con la cual guiaremos nuestro trabajo. Por último, y como es obvio, necesitamos de un objetivo, una meta por la cual hemos decidido comenzar a estudiar.
Habitualmente, nuestras estrategias de motivación para el estudio están condicionadas por nuestra percepción de la materia o asignatura, o de las tareas que tengamos que realizar para estudiar. Por ejemplo, seguramente no percibiremos igual estudiar para una materia con mucho material teórico que para otra que sea más práctica.
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12 consejos para motivarte al estudiar
A continuación veremos una serie de consejos para que empezar una sesión de estudio te resulte algo mucho atractivo y llevadero. Siguiendo estos pequeños pasos, poco a poco se convertirán en costumbres y tu rendimiento académico mejorará notablemente.
1. Planificar la sesión de estudio
Es esencial comenzar por planificar tu sesión de estudio. Elegir qué materia o materias vas a estudiar e intentar ponerte un tiempo límite para hacerlo. Una buena idea es realizar un listado con las tareas a realizar durante la sesión y ordenarlas según su prioridad. Conforme vayas adelantando en las tareas te sentirás más motivado y realizado.
2. Establecer metas pequeñas
El establecimientos de pequeñas metas u objetivos en aquellos momentos en los que el material de estudio o trabajo sea de gran volumen **nos ayudará a sentirnos realizados y por lo tanto a mantener nuestra motivación alta
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3. Hacer primero lo más difícil
Durante los primeros momentos de estudio es cuando tenemos más energía. Esta energía se irá consumiendo poco a poco conforme pasen las horas, por lo tanto es mucho más eficaz realizar aquellas actividades o estudiar aquellas materias que nos resulten más difíciles en estos momentos.
De lo contrario, si lo dejamos para el final es muy probable que no nos queden apenas fuerzas y percibamos esta tareas como mucho más complicada de lo que es.
4. Evitar las distracciones
Teléfono móvil, redes sociales, internet, televisión, etc. Todo esto son agentes distractores ¡que nos desvían de nuestra tarea y hacen que nuestra mente se disperse, haciendo mucho más difícil volver a concentrarnos en nuestra tarea.
Todas estas distracciones solamente consiguen hacernos perder mucho tiempo, ser menos eficaces y por lo tanto favorecen que desarrollemos un sentimiento de incompetencia y desmotivación.
5. Descansar de vez en cuando
Es muy recomendable tomarse cierto tiempo de descanso antes de que la fatiga se apodere de nosotros. Si dejamos nuestra tarea cuando ya no podemos más nos será muy difícil retomarla y, seguramente, lo haremos desmotivados.
Lo ideal es tomar pequeños descansos de 10-15 minutos cuando notemos el más mínimo síntoma de cansancio. De esta forma, estaremos mucho más despejados y con más energía para volver a sentarnos a trabajar.
6. Premiarse
Una vez acabada la sesión de trabajo o de estudio prémiate con pequeñas recompensas. Si crees que los has hecho bien o que el trabajo ha sido productivo permítete alguna recompensa que te motive.
Para poder hacerlo de manera eficaz puedes seguir los siguientes pasos:
- Ponte una meta y establece la recompensa de antemano. Así estarás motivado para conseguirla.
- Para que la recompensa sea efectiva, ha de ser proporcionada al esfuerzo o dificultad de la tarea.
- Si crees que no has rendido lo suficiente no te premies, sino no tendrá ningún efecto cuando lo hagas.
- Las auto-afirmaciones también son pequeñas recompensas que podemos ir dándonos mientras estamos trabajando.
7. Encontrar el contexto de estudio ideal
Cada persona rinde mejor en un contexto y horario determinado. Por lo tanto es necesario saber cuál es nuestro horario y entorno ideal para estudiar.
Por ejemplo, podemos estudiar con música si esta es apropiada, estudiar en un lugar dónde haya más gente como una biblioteca, o por en contrario estar totalmente solos y en silencio.
De la misma manera, es posible que durante las primeras horas de la mañana nos encontremos más despejados para trabajar bien o, por el contrario, la tarde sea nuestro momento ideal para concentrarnos mejor.
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8. Utilizar las bibliotecas
A pesar de que, como se comenta anteriormente, cada persona tiene un lugar de estudio ideal. Las bibliotecas nos proporcionan un espacio tranquilo y sin las distracciones que podamos tener en casa.
Además, si vas acompañado puedes establecer metas conjuntas y descansar junto con otra persona, cosa que siempre hacen más llevaderas las largas sesiones de estudio.
9. Adecuar tu espacio de trabajo
Asegúrate de que todo funcione correctamente y de que tienes todo lo necesario para estudiar o realizar las tareas que tengas pendientes. De lo contrario perderás mucho tiempo buscando cosas y esto puede llegar a frustrarte mucho cuando veas que no puedes adelantar el trabajo.
Asimismo, un espacio de trabajo ordenado y limpio no hará sentirnos más cómodos y a gusto.
10. Pensar en las metas a largo plazo
Reflexiona acerca de que lo que te ha llevado a realizar dichos estudios o actividades, así como qué puedes conseguir una vez los termines. Todo esto potenciará tu motivación y te ayudará a encontrar una razón para continuar.
Una buena opción es dejarlo reflejado en algún lugar, un papel o una pizarra que te sirvan de motivación y puedan ayudarte a recordar para qué estás haciendo este esfuerzo.
11. No procrastinar
La procrastinación es el "arte" de dejar aquello que no nos apetece hacer para otro momento, sustituyéndolo por algo más ligero y que nos apetezca más. Aunque esto suene bien, la realidad es que siempre acabarás postergándolo, así que lo mejor es proponerse hacer y realizarlo cuando aún tengamos energía.
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12. Asumir cierto nivel de estrés
Experimentar un mínimo nivel de estrés no es perjudicial, por el contrario este nos ayuda a mantenernos activos y atentos a lo que estemos haciendo.
No obstante, no podemos dejar que este nos embargue. A pesar de que un poco de estrés es bueno para nuestro rendimiento, mucho puede hacer que nos saturemos y que la ansiedad que lo acompaña nos impida concentrarnos y realizar bien nuestro trabajo.