Citalopram: usos, efectos secundarios y precauciones

Este antidepresivo es usado en trastornos depresivos y de ansiedad.

Citalopram.
Este medicamento es uno de los antidepresivos más conocidos.Pexels.

Los fármacos antidepresivos han cobrado especial importancia. Sobre todo desde que los casos de depresión y ansiedad se dispararan en los últimos años debido a diferentes factores tanto sociales como a nivel individual

Uno de estos fármacos es el citalopram, un antidepresivo que aumenta los niveles de serotonina y libera una gran cantidad de analgésicos en la persona. A continuación hablamos sobre sus usos, efectos secundarios y qué precauciones deben tener en cuenta aquellos que van a iniciar su tratamiento.

¿Qué es el citalopram?

El citalopram es un fármaco antidepresivo que se produce desde el año 1989. Este fármaco, popularmente conocido como Celexa, se incluye dentro de la categoría de antidepresivos Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).

Este tipo de fármaco aumenta la cantidad de serotonina al impedir que esta sea recaptada. La función principal de la serotonina es la de mantener la armonía, el equilibrio y el bienestar emocional, lo cual es esencial a la hora de intervenir en alteraciones emocionales como trastornos depresivos o en afecciones con sintomatología ansiosa.

Además, en comparación con otro tipo de antidepresivos, el citalopram descarga grandes cantidades de sustancias analgésicas con un efecto tan fuerte como el de la morfina. Esto le ha valido la fama como un antidepresivo muy eficaz.

¿Para qué trastornos es eficaz?

Al igual que muchos otros antidepresivos, el citalopram es administrado en multitud de casos en los que la persona necesita conseguir una estabilidad emocional. Concretamente el listado de trastornos y enfermedades en las que el citalopram ha resultado ser de gran ayuda son los siguientes.

1. Sintomatología depresiva

Son bastantes las afecciones emocionales que incluyen síntomas de depresión además de la enfermedad de la depresión como tal.

Dentro de estos síntomas se incluye la sensación de irritabilidad, pesadumbre, tristeza y llantos. La anhedonia o incapacidad para disfrutar de aquellas cosas que antes resultaban satisfactorias. Además, la sensación de fatiga constante o las alteraciones en los patrones de comida y sueño también son síntomas propios de este tipo de trastornos.

2. Trastorno de ansiedad social

Más popular por el nombre de fobia social, este tipo de trastorno se distingue porque la persona experimenta una profunda sensación de temor y ansiedad en alguna o varias situaciones sociales en las que se deba interactuar con otras personas.

3. Trastorno de pánico

Otro tipo de trastorno de ansiedad en el que se recomienda la administración de citalopram es el trastorno de pánico. En él el paciente experimenta sensaciones de miedo y pánico inminentes sin que exista un estímulo real que las provoque.

4. Trastorno obsesivo compulsivo (TOC)

Otro trastorno con sintomatología ansiosa es el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). En él el paciente presenta una serie de pensamientos intrusivos que aparecen de manera continua y reiterada y que ocasionan sentimientos de preocupación y ansiedad, y conductas repetitivas con el objetivo de calmar dichas sensaciones.

5. Enfermedad de Huntington

Esta enfermedad, también conocida como Corea de Huntington, es una afección hereditaria y neurodegenerativa en la que la persona presenta síntomas motores como movimientos descontrolados, tosquedad y alteración del equilibrio.

6. Trastorno disfórico premenstrual

En el trastorno disfórico premenstrual (TDPM) la mujer experimenta síntomas asociados a la depresión severa, irritabilidad, angustia y nerviosismo antes de la menstruación. Estos síntomas son muy parecidos a los del Síndrome de pre-menstrual pero mucho más intensos.

¿Cómo se administra?

El uso de este medicamento siempre debe estar indicada por personal médico, y es imprescindible seguir al pie de la letra sus indicaciones. Habitualmente se recomienda una dosis diaria de 20 mg, la cual debe tomarse, a ser posible, bien por la mañana o bien por la noche. No obstante, según la sintomatología del paciente y los efectos que el fármaco provoque en este, es posible que esta dosis aumente hasta los 60 mg al día.

Sea cual sea el estado o las condiciones del paciente, en ninguno de los casos este podrá alterar la dosis recomendada a su propio juicio. Es decir, no podrá aumentar ni disminuir la dosis, así como tampoco puede tomarla con más frecuencia de la indicada.

Los primeros efectos del citalopram sobre el estado de ánimo aparecen entre las 3 y las 4 semanas después de haber iniciado su consumo, por lo que el paciente no debe dejar de tomarlo a pesar de no sentir los efectos de manera inmediata.

¿Cuáles son los efectos secundarios?

El citalopram conlleva una serie de efectos secundarios no deseados que pueden ocasionar una serie de molestias en la persona.

Estos efectos pueden dividirse en efectos secundarios no graves y efectos secundarios graves. En el caso de que el paciente experimente alguno de los efectos secundarios no graves de manera repetida es recomendable que informa a su médico para ajustar la dosis de citalopram.

Mientras que si experimenta algunos de los síntomas que se incluyen el listado de los efectos secundarios graves es de vital importancia que contacte con su médico lo más pronto posible.

Efectos secundarios no graves

Entre los efectos secundarios de mayor gravedad destacan los siguientes.

  • Problemas gástricos como dolor de estómago, diarrea o acidez.
  • Náuseas.
  • Vómitos.
  • Alteraciones en el apetito.
  • Disminución del peso.
  • Fatiga extrema.
  • Debilidad muscular.
  • Temblores.
  • Dolor muscular y de articulaciones.
  • Sequedad bucal.
  • Alteraciones en el deseo o el rendimiento sexual.
  • Sangrado abundante en la menstruación.

Efectos secundarios graves

Los efectos secundarios de mayor gravedad asociados a este fármaco son los iguientes.

  • Fiebre.
  • Sensación de asfixia.
  • Desmayos.
  • Dolor de pecho.
  • Alteraciones en el ritmo cardíaco.
  • Alucinaciones.
  • Vértigos.
  • Hiperhidrosis o sudoración abundante.
  • Sensación de confusión.
  • Coma.
  • Problemas de coordinación.
  • Entumecimiento muscular o contracciones musculares.
  • Alteraciones de la piel como urticaria, ampollas, sarpullido y picores.
  • Problemas para tragar.
  • Inflamación en rostros, garganta, tobillos y piernas.
  • Ronquera.
  • Cefaleas recurrentes.
  • Sangrados o cardenales sin motivo aparente.
  • Falta de concentración y sensación de inestabilidad.
  • Convulsiones.

¿Qué precauciones deben tomar quienes la consuman?

Aquellas personas que deban iniciar un tratamiento con citalopram deberán de informar a su médico acerca de sus alergias, otras afecciones o cualquier condición especial de salud en la que se encuentre el paciente.

Además, debido a los efectos e interferencias que se puedan ocasionar, deberá informar también acerca de cualquier medicación, suplemento vitamínico o compuesto natural que el paciente esté consumiendo durante el tratamiento.

En cuando al consumo de alcohol, este puede agravar los efectos secundarios del citalopram por lo que es recomendable no consumir ningún tipo de bebida alcohólica durante el tratamiento.

Al igual que otros fármacos de esta categoría, el citalopram suele causar somnolencia, por lo que los pacientes deberán evitar o tomar precauciones especiales al conducir o manejar maquinaria pesada.

Finalmente, se ha demostrado que el citalopram puede ocasionar efectos negativos en los recién nacidos si este es administrado durante los últimos meses de embarazo. Por lo tanto la paciente deberá informar de si está embaraza o si tiene intención de estarlo, puesto que el médico deberá valorar qué medicación es la mejor tanto para la salud de la madre como para la del bebé.

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Isabel Rovira Salvador. (2017, diciembre 18). Citalopram: usos, efectos secundarios y precauciones. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicofarmacologia/citalopram

Psicóloga Sanitaria y Sexóloga

Licenciada en Psicología por la Universitat de València. Especializada en Sexología Clínica y Terapia de Pareja por el Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP) donde, entre otras cosas, descubrió su pasión por la psicología de la infertilidad. Para completar su formación clínica, realizó el Máster de Psicología General Sanitaria en la Universitat de Valencia.

Ha desempeñado labores de psicóloga en diversos centros, entre ellos la Unidad de Salud Mental del Hospital Clínico Universitario de Valencia y el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) en Barcelona.

Actualmente, Isabel compatibiliza su trabajo con un blog divulgativo llamado “Sexplícitamente Hablando”. En el que reflexiona sobre aspectos psicológicos de las relaciones personales y sobre la sexualidad.

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