En ocasiones, cuando nos gusta una persona, la idealizamos en gran medida. Esta situación resulta en angustia y ansiedad cuando vemos que nuestras expectativas con dicha persona no se cumplen.
Querer a alguien que no te quiere, cuando se trata de una pareja sentimental, nunca es positivo para tu salud mental. Esta situación traerá una serie de complicaciones que pueden afectar en diversas áreas de tu vida, y por eso es necesario saber qué hacer para ponerle fin a la angustia producida por esta experiencia.
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Querer a alguien que no te quiere: ¿qué hacer para dejar de sentirse mal?
A continuación veremos algunas recomendaciones para superar la situación de querer a alguien que no te quiere. Aunque nadie tiene el control total de estas circunstancias, siempre es mejor estar preparado.
1. Ser racional ante la situación
Esto implica ver las cosas como realmente están pasando, y no como nos gustaría que pasaran. Requerirá que empleemos la lógica para ver la situación de una manera más realista; de esta forma seremos capaces de aceptar los hechos y seguir adelante.
2. Saber realmente quién es la otra persona
En ocasiones puede bastar con haber intercambiado algunas ideas, o con haber chateado durante algunos días, para sentir que ya queremos a la otra persona. La incertidumbre no es saludable, ya que se presta para la idealización.
Lo más recomendable es conocer bien a la otra persona, tomarnos el tiempo necesario para intercambiar opiniones, gustos, y ver qué tenemos en común. A veces vemos virtudes donde no las hay, solo por capricho; debemos estar atentos ante esa posibilidad.
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3. Plantearse metas personales
El objetivo de esto es que dejemos de centrar toda nuestra energía en la otra persona y comencemos a trabajar más en nosotros. Crear una planificación estratégica personal ayuda mucho a la causa de superar un amor no correspondido.
4. Recuerda que nadie es indispensable
Ten presente que no necesitas de otras personas para alcanzar la felicidad. Las relaciones sociales son importantes, pero deben ser recíprocas. Si alguien no quiere que seamos parte de su vida, es una decisión que debemos respetar.
5. Encuentra pasatiempos
Consigue actividades que te mantengan en contacto contigo mismo. De esta forma evitarás los pensamientos intrusivos y podrás conocerte mejor a través de esas actividades.
La idea es que sean cosas que te gusten, pueden ser viejos pasatiempos que habías dejado atrás. Nunca es tarde para retomarlos, y qué mejor momento que cuando necesitas hacer borrón y cuenta nueva.
6. Evita la autocompasión
El hecho de que la otra persona no se interese en nosotros no significa que algo esté mal con nosotros. Cada quien tiene motivos para hacer las cosas, motivos tal vez muy personales que no siempre vamos a conocer.
El problema no tienes por qué ser tú, así que en lugar de autocompadecerte, mejor enfócate en aprender de las experiencias para fortalecerte de ellas.
7. Conoce nuevas personas
Esto no quiere decir que busques reemplazar a la otra persona con una distinta; se refiere a que te des la oportunidad de expandir tu círculo social con nuevas amistades, que pueden resultar enriquecedoras para tu vida.
No centres tu atención completamente en alguien, eso hará que poco a poco vayas sometiéndote a una relación basada en la dependencia.
8. Comunícate asertivamente
Hablar de forma clara y concisa hará que nos evitemos muchos malentendidos con la persona de la cual nos hemos ilusionado.
Si somos capaces de expresar nuestros sentimientos sin rodeos, entonces es más probable que obtengamos respuestas más oportunas que puaden hacernos entender las cosas de la mejor manera.
9. No todo depende de ti
Una vez que hemos comprendido esto, todo será más fácil. Existen circunstancias y situaciones que simplemente escapan a nuestro control, por ejemplo, las decisiones personales de otras personas.
Lo mejor siempre será concentrarnos en lo que podemos hacer nosotros y trabajar desde eso, aceptando que cada quien piensa diferente y tiene derecho a hacerlo.
10. La visualización
Esta es una técnica que se emplea habitualmente en terapia. Consiste en irnos a un lugar tranquilo e imaginarnos en situaciones agradables para nosotros. Cerramos los ojos para imaginar por un momento que estamos bien sin esa persona, que cumplimos nuestras metas personales y lo disfrutamos.
Esto es muy útil para empezar a comprender de verdad que podemos ser felices al margen a quien hemos querido y no nos quiere en la misma manera, es decir, con quien ha surgido la situación deamor no correspondido.
11. Acepta el proceso de duelo
Este tipo de duelo consiste en haber pedido la idea que teníamos de esa persona como parte de un proyecto ilusionante, pues esa pérdida inevitablemente nos genera un malestar.
Para superar esta situación es importante aceptar que las cosas no eran como probablemente las imaginamos. Cuando entendemos eso estamos más cerca de volver a disponer de un cierto equilibrio emocional.
12. Guarda la distancia
Esto es realmente importante para poder superar definitivamente el hecho de querer a alguien que no te quiere (o no lo hace del modo en el que te gustaría). Mientras más distancia tengamos con respecto a la persona en cuestión más estaremos ayudando a nuestro cerebro a olvidarla.
Al cabo de un tiempo, cuando sientas que ya estás fortalecido y esa persona no ejerce ningún control sobre tus emociones, verás como incluso podrás acercarte a saludar sin que tu paz mental se vea afectada. Pero todo esto requiere de tiempo, y sobre todo de la decisión personal de seguir adelante.
13. No idealices el pasado
A menudo, cuando no somos correspondidos, tendemos a recordar solo los momentos más agradables o a imaginar lo que podría haber sido si las cosas fueran diferentes. Evita caer en esta trampa mental. Centrarte en el presente y en lo que realmente ocurrió es clave para soltar ese apego emocional.
14. Busca ayuda profesional si lo necesitas
En ocasiones, superar una situación de desamor puede ser más complicado de lo que pensamos. Hablar con un terapeuta puede ayudarte a procesar tus emociones de manera saludable y a desarrollar estrategias personalizadas para avanzar. No es un signo de debilidad, sino de fortaleza y autocuidado.
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