Psicofármacos tales como el escitalopram, la olanzapina o el diazepam son relativamente conocidos por parte de la población, sea por este nombre o por sus diferentes marcas comerciales. Se trata de diferentes fármacos que tratan diversos trastornos y alteraciones.
Pero aunque estos sean algunos de los más conocidos, no son los únicos: continuamente se han ido elaborando fármacos nuevos que combatan los síntomas de los diferentes trastornos mentales. Uno de ellos, creado y empleado en el tratamiento de la depresión, es el levomilnacipran.
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El levomilnacipran: tipo de sustancia
El levomilnacipran es un antidepresivo relativamente reciente, siendo sintetizado y aprobado su uso en 2013. Esta sustancia es el enantiómero del milnacipran (algo así como la imagen especular o el reflejo en un espejo a nivel de organización molecular, siendo fácil compararlo con las diferencias entre nuestras manos izquierda y derecha, que tienen la misma forma pero distinta orientación), estando sus moléculas rotadas hacia la izquierda.
Esta sustancia es un antidepresivo de gran efectividad que forma parte de los IRSN o Inhibidores Específicos de la Recaptación de la Serotonina y la Noradrenalina. Combate los síntomas típicos de la depresión como la anhedonia y el estado del ánimo triste, pero se caracteriza especialmente por producir una gran mejoría a nivel de motivación y síntomas cognitivos.
Así, contribuye a mejorar la concentración y el nivel de energía, dificultando la apatía y la pasividad propia de muchos sujetos que padecen cuadros depresivos. Al contario que otros muchos psicofármacos, no parece generar alteraciones relevantes con respecto al peso de quienes lo toman.
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Mecanismo de acción
Como hemos mencionado anteriormente, el levomilnacipran es un inhibidor específico de la recaptación de la serotonina y de la noradrenalina o IRSN. Ello implica que su principal actuación a nivel neuronal es como agonista de serotonina y noradrenalina, aumentando sus niveles al impedir que estos neurotransmisores sean reabsorvidos por la propia neurona que los emitió y aumentando el tiempo que permanecen accesibles en el espacio sináptico.
Además de ello, el mecanismo de acción del levomilnacipran tiene una peculiaridad destacable: al contrario que la mayoría de los antidepresivos, que se centran en la serotonina y que pueden o no afectar de manera secundaria o con menor alcance a otros neurotransmisores, el levomilnacipran tiene un efecto mucho mayor sobre la noradrenalina que sobre la serotonina (aproximadamente en un relación 2:1, es decir el doble). Esta actuación es la que generaría una mejora a nivel de energía, motivación, y capacidad de concentración, dificultando la pasividad que suele aparecer en la depresión.
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¿En qué casos se utiliza?
El levomilnacepran es un antidepresivo cuya principal indicación es el tratamiento de la depresión mayor, siendo en este trastorno especialmente efectivo a la hora de reducir los síntomas emocionales y cognitivos. Es especialmente útil para aquellos casos en los que se presenta disfunción y disminución de la socialización y desgana y desmotivación..
De momento no se han aprobado otros usos, a pesar de que se admite que puede ser efectivo en otros problemas. Por ejemplo, podría ser útil la investigación respecto a su eficacia en casos de fobia social y fatiga crónica, así como en algunos trastornos de ansiedad. En algunos casos se ha empleado en sujetos con trastorno bipolar mejorando la situación de los sujetos en fase depresiva, si bien se corre el riesgo de exacerbar fases maníacas (con lo que no es recomendable en estos casos o al menos se requiere de más investigación al resto).
Sin embargo, a pesar de que el medicamento del que se deriva, el milnacepran, es utilizado en el tratamiento de la fibromialgia, el levomilnacepran no cuenta con dicha indicación.
Efectos secundarios
Aunque de gran utilidad en el tratamiento de la depresión, el consumo de levomilnacipran tiene una serie de posibles efectos secundarios indeseables.
Generalmente, estos efectos secundarios suelen incluir náuseas, vómitos, sudoración, cefaleas, taquicardia o irritabilidad. También es frecuente que aparezcan problemas urinarios tales como dificultades para la micción, síntomas típicos del resfriado y en ocasiones (aunque no es habitual) disfunción eréctil o dificultades en la eyaculación. También podrían aparecer hiper o hipotensión, alteraciones visuales o debilidad, insomnio y dolor testicular.
De forma mucho más grave, uno de los síntomas secundarios más relevantes es la posible aparición o aumento de ideación suicida, especialmente en los primeros momentos y si se trata de un primer consumo de antidepresivos.
También podrían aparecer alucinaciones y convulsiones. Finalmente, si bien se da de forma rara y generalmente debida a una interacción de este fármaco con otros antidepresivos o medicamentos, uno de los riesgos más graves es la posible aparición de un síndrome serotoninérgico.
Este síndrome es una condición grave en que pueden aparecer fiebre, convulsiones, alteraciones de conciencia que pueden llevar al coma e incluso la muerte, con lo que es especialmente importante vigilar la dosificación del fármaco.
Contraindicaciones
El levomilnacipran es un medicamento útil, pero que para algunas personas podría llegar a suponer un riesgo, motivo por el que en algunos casos está contraindicado.
Deben tener especial cuidado y consultar si pueden o no tomarlo aquellas personas que presentan enfermedades cardíacas, hipertensión, glaucoma, enfermedades hepáticas o renales, problemas urinarios como obstrucciones, convulsiones, hemofilia o problemas de coagulación o niveles bajos de sodio en el organismo.
Debe evitarse el consumo de levomilnacipran si se padece alergia a esta medicación o si está tomando otra sustancia antidepresiva, especialmente en el caso de los antidepresivos IMAO, debido al riesgo de síndrome serotoninérgico. Del mismo modo no debe mezclarse con alcohol u otras drogas. También hay que tener especial precaución con evitar introducir en el organismo azul de metileno, un tinte utilizado en algunas pruebas médicas y como antiséptico en cirugías.
Personas con historial de intentos de suicidio tampoco deberían consumir este medicamento, ya que se podría empeorar la ideación suicida. En cuanto a embarazadas y lactantes, también tienen contraindicado este medicamento. El uso de este fármaco en pacientes con otros trastornos mentales, como por ejemplo trastorno bipolar, deberá ser discutido con el médico.
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