Todos y todas formamos parte de una sociedad regida en gran medida por la conectividad con otras personas y las relaciones sociales. La interacción social genera un apoyo y unos sentimientos de pertenencia muy positivos para el bienestar emocional y psicológico y una buena adaptación a los entornos en los que nos movemos. Sin embargo, no siempre las relaciones sociales son fuente de un bienestar objetivo y real; en ocasiones, tenemos problemas o chocamos con otras personas; es normal.
Seguro que en algún momento te ha pasado, una persona (con la que tampoco tienes tanta confianza) empieza a contarte todos sus problemas, sin darte espacio para comentar si quieres formar parte de esa conversación ni tener tampoco en cuenta tu opinión o el impacto de esta información sobre ti. Sientes que la energía tan negativa de esta persona te pasa por encima y te cubre por completo, y ya no sabes cómo salir de esa situación, así que sigues escuchando hasta que acabe o te arrastre por completo.
Es importante saber establecer límites con personas con las que no queremos tener este tipo de interacciones negativas. En este artículo, vamos a darte algunos consejos y recomendaciones para evitar que los demás te arrastren hacia sus problemas.
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La importancia de establecer límites
Cuando nos encontramos rodeados/as de personas que están pasando por momentos complicados y desafiantes, es natural querer darles apoyo y comprensión. Sin embargo, es igualmente esencial conocer nuestros límites en estas situaciones y saber establecerlos ante estas personas de forma clara y definida para proteger nuestra salud mental y emocional. Sin establecerlos, corremos el riesgo de que los problemas de los demás nos afecten en formas que pueden ser perjudiciales y que tampoco tenemos por qué enfrentar. Algunas razones por las que establecer límites son:
1. Mantener el equilibrio
Nuestra propia estabilidad emocional es fundamental para llevar una vida saludable y productiva. Cuando no establecemos límites, corremos el riesgo de permitir que las emociones negativas y el estrés de los demás nos abrumen. Esto puede resultar en ansiedad, agotamiento emocional y una disminución general en nuestro bienestar.
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2. Construir y preservar relaciones saludables
Si nos involucramos en exceso en los problemas de los demás, nuestras relaciones pueden verse afectadas negativamente. Puede haber resentimiento por sentirnos constantemente cargados con los problemas de otros, lo que puede llevar a conflictos y distancia en las relaciones personales.
3. Enfocarnos en nuestros objetivos
Nuestros propios objetivos y metas merecen nuestra atención y energía. Si permitimos que los problemas de los demás nos distraigan por completo, es probable que descuidemos nuestras propias responsabilidades y sueños. Establecer límites nos permite dedicar tiempo y energía a nuestras propias aspiraciones.
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4. Evitar el agotamiento
La constante exposición a problemas y dificultades ajenas puede llevar al agotamiento emocional y a la fatiga. La empatía es importante, pero cuando no establecemos límites, corremos el riesgo de agotarnos al tratar de resolver los problemas de todos.
5. Promover la autonomía
Establecer límites también es una forma de empoderar a los demás para que encuentren sus propias soluciones. Al no intervenir en exceso, permitimos que las personas desarrollen habilidades de resolución de problemas y se vuelvan más autosuficientes.
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Desarrollando empatía sin absorber problemas
La empatía es una cualidad humana esencial que nos da la oportunidad de conectarnos con los sentimientos y experiencias de los demás. Sin embargo, para evitar que los problemas de los demás nos arrastren hacia un terreno emocional negativo, es fundamental aprender a ser empáticos sin absorber completamente sus dificultades. Algunas estrategias para desarrollar empatía de forma saludable y evitar que los problemas de los demás nos fagociten son:
1. Escucha activa
La escucha activa implica prestar atención completa a lo que la otra persona está diciendo, mostrando interés genuino en su experiencia. Al escuchar de manera atenta, podemos comprender mejor sus emociones sin sentirnos abrumados por ellas.
2. Aprende a decir “no”
Reconoce tus propios límites emocionales y sé consciente de cuándo te sientes abrumado por las emociones de los demás. Aprende a decir "no" de manera amable si sientes que estás llegando a tu límite y necesitas un tiempo para recuperarte emocionalmente.
3. Ofrece soluciones constructivas
En lugar de solo sumergirte en los problemas de los demás, trata de ser proactivo al ofrecer soluciones constructivas. Esto no solo brinda apoyo práctico, sino que también desvía el enfoque hacia formas de superar los desafíos.
4. Practica el autocuidado
El autocuidado es esencial para mantenernos emocionalmente fuertes. Dedica tiempo regularmente a actividades que te recarguen y te ayuden a mantener una mentalidad equilibrada.
5. Pregunta cómo puedes ayudar
En lugar de asumir qué tipo de ayuda necesita alguien, pregúntales directamente. Esto evita que te sientas abrumado al intentar resolver problemas que pueden estar fuera de tu alcance.
6. Mantén perspectiva
Recuerda que, aunque es importante ser un apoyo, no eres responsable de resolver todos los problemas de los demás. Mantén la perspectiva y reconoce que cada individuo tiene su propia capacidad para enfrentar sus dificultades.
Comunicación positiva
La comunicación tiene un papel fundamental en la forma en la que establecemos relaciones con los demás, incluyendo así a los límites que delimitamos con respecto a los problemas de los demás. Una comunicación positiva y efectiva nos permite ser un apoyo comprensivo sin permitir que los problemas ajenos nos arrastren hacia un estado emocional negativo. Algunas estrategias clave para aprender a comunicarse de forma positiva y estableciendo límites son:
1. Comunicación asertiva
La asertividad implica expresar tus pensamientos y sentimientos de manera clara, honesta y respetuosa. Comunica tus límites con amabilidad y firmeza, asegurándote de que la otra persona comprenda tus necesidades y expectativas.
2. Usa el “yo" en tu comunicación
Cuando estableces límites, utiliza declaraciones basadas en tus propios sentimientos y necesidades. En lugar de culpar o señalar a la otra persona, enfócate en cómo te sientes y en lo que necesitas para mantener tu bienestar.
3. Establece expectativas que puedas cumplir
Desde el inicio de una relación o interacción, comunica de manera clara tus límites y expectativas en cuanto a la cantidad de involucramiento que te sientes cómodo brindando en los problemas de los demás.
4. Ofrece alternativas positivas
Si te encuentras en una situación en la que sientes que no puedes ofrecer todo el apoyo que te solicitan, ofrece alternativas positivas. Puedes sugerir recursos, personas u opciones que podrían ayudar a la persona en cuestión.
5. Refuerza tu disponibilidad limitada
Si tienes muchas responsabilidades propias, es importante comunicar que tienes un tiempo y energía limitados para brindar apoyo. Asegúrate de que la otra persona entienda que tu disponibilidad puede variar.
6. Evalúa la relación de manera continua
Revisa regularmente cómo te sientes en relación con las personas y los problemas que estás enfrentando. Si sientes que estás cayendo en una dinámica negativa, considera ajustar tus límites y la forma en que te comunicas al respecto.
El papel del autocuidado
Como venimos comentando a lo largo de todo este artículo, la intención principal de evitar que los problemas de otras personas te superen es fomentar el autocuidado. Cuidar de nosotros/as mismos/as nos permite mantener la fortaleza emocional y mental necesaria para ser un apoyo efectivo sin llegar a comprometer nuestro propio bienestar. Es importante saber darnos un momento de atención y cuidar nuestras emociones y la forma en la que impactan sobre nuestra psicología las acciones de otras personas y las consecuencias de las mismas. Para terminar este artículo, aquí te proponemos algunas formas de incorporar el autocuidado en nuestra vida diaria y social son:
1. Establece rutinas de autocuidado
Dedica tiempo regularmente a actividades que te relajen y te hagan sentir bien. Esto podría incluir ejercicios, meditación, lectura, tiempo con amigos y familiares, o cualquier actividad que te brinde satisfacción. Tómate estas actividades como actividades rutinarias a llevar a cabo para promocionar tu bienestar.
2. Practica la gestión del estrés
Aprende técnicas de manejo del estrés, como la respiración profunda, la relajación muscular y la atención plena. Estas herramientas te ayudarán a mantener la calma incluso en situaciones desafiantes y saber valorar todas las opciones posibles antes de tomar una decisión.
3. Establece límites personales
Al igual que estableces límites con los demás, establece límites personales contigo mismo/a para evitar el agotamiento emocional. Aprende a decir "no" cuando sientes que estás excediendo tus propias capacidades y darte un momento para descansar, pensar y mejorar.
4. Disfruta de tu propia compañía
Dedica tiempo a estar a solas y recargar energías. Esto puede ser especialmente útil después de interactuar con personas que enfrentan problemas intensos y también para ocupar tu tiempo y espacio en pensar en las formas correctas de establecer límites con estas personas. Es importante tenerte en cuenta en las decisiones que tomes.
5. Busca Apoyo en tu Red Social
Aunque es importante saber contar contigo mismo/a, es igualmente relevante saber hablar con amigos cercanos, familiares o incluso un profesional si sientes que el peso de los problemas de los demás está afectando negativamente tu propia salud emocional. Ábrete a la ayuda de otras personas y comprende que no estás solo/a.
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