En junio de 2024 salió a la luz el resultado de una investigación llevada a cabo por un equipo interdisciplinar promovido por la Social Sciences and Humanities Research Council que intentaba responder a la siguiente pregunta: **¿por qué algunos hombres se convierten en incels? **
Las conclusiones del estudio, publicadas en la revista Sex Relations, precisaron dos motivos por los cuales los hombres se sienten atraídos por estas comunidades online: por un lado, la presión social por adaptarse a las normas estándar de “masculinidad”; por otro, el sentimiento de comprensión mutua que conlleva formar parte de estos grupos.
¿Qué lleva a los hombres a convertirse en incels?
El interés por estas comunidades online ha crecido en los últimos años, y múltiples sociólogos y psicólogos se han interesado en los motivos de su proliferación. Porque, a pesar de no ser mayoritarios, desde hace aproximadamente 10 años se ha observado un importante crecimiento de sus miembros.
¿A qué llamamos incel?
El vocablo incel proviene del inglés “involuntary celibates” (célibes involuntarios), y hace referencia a los varones (en su gran mayoría, jóvenes) que desean tener relaciones sexuales con mujeres pero que sienten que no se les da la oportunidad.
Entre algunos de los motivos a su celibato involuntario, los incels señalan la mayor capacidad de seducción de los hombres “atractivos” (que provoca que sus posibilidades de cortejo disminuyan) y el auge del feminismo que, según ellos, hace que las mujeres tengan mayor libertad para escoger y rechazar.
El perfil del incel es el de un hombre joven heterosexual que se siente marginado de la sociedad por no ser “físicamente atractivo”. Por otro lado, la mayoría de ellos tiende a considerar el feminismo como una de las raíces de su problema, puesto que, según su parecer, la nueva libertad femenina empodera a las mujeres para escoger a los hombres que ellas quieren; estos elegidos serían, de nuevo según los incels, los hombres “atractivos” pero “malvados”.
El hombre incel promedio tiene problemas a la hora de adaptarse a los roles masculinos impuestos por la sociedad, siente presión por no ser físicamente normativo y desarrolla frustración y rabia al no poder obtener las relaciones sexuales que, según él, “se le deben”.
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Las comunidades incel: una navaja de doble filo
Así las cosas, estas personas buscan un consuelo a su dolor en internet. Allí les esperan con los brazos abiertos las comunidades incel, donde pueden compartir toda su frustración y su desengaño. A priori, puede parecer algo positivo, puesto que representan lugares seguros donde el incel puede desahogarse sin miedo a ser juzgado. En la práctica, empero, no siempre es así.
Muchas de estas comunidades incel, en realidad, son caldo de cultivo para la proliferación de ideas violentas, especialmente dirigidas hacia las mujeres y a los hombres "atractivos y exitosos”. De hecho, no es inusual encontrar en estas comunidades una ideología abiertamente misógina y violenta, puesto que, según ellos, el empoderamiento femenino los ha privado de unas relaciones sexuales que deberían obtener como “derecho”.
En 2014, un joven asesinó e hirió a varias personas tras publicar en Youtube un video en el que proclamaba una “venganza contra la humanidad” por no haber podido tener relaciones sexuales. Y, no hace mucho, en 2021, otro joven incel emprendió un tiroteo en Plymouth (Reino Unido) tras asesinar a su propia madre. Dos ejemplos de lo que la ideología incel puede llegar a acarrear.
Los resultados del estudio
El ya citado estudio basaba sus conclusiones en varias entrevistas anónimas que se realizaron a ex miembros de comunidades incel. A la luz de sus respuestas, los investigadores concluyeron que existían dos motivos claros y potentes que llevaban a los jóvenes a convertirse en incels, que resumimos a continuación.
1. Presión social para adaptarse a la normativa de la “masculinidad”
Muchos de estos incels se autodenominaban losers (perdedores), porque no conseguían satisfacer sus necesidades de conquista. Los culpables son, según su punto de vista, aquellos hombres atractivos y exitosos que “les quitaban a las mujeres”.
Tras estas afirmaciones se esconde un problema profundo y preocupante: la normativa de la “masculinidad” estándar, que todavía sigue basándose en el varón que posee a muchas mujeres.
En otras palabras, existe una identificación del “hombre exitoso” con aquel que tiene un gran poder de seducción con las mujeres y, por ende, numerosas relaciones sexuales.
En base a esta idea, tan sesgada e incompleta, muchos hombres construyen su frustración y su “necesidad de venganza”. Relacionado con esto, encontramos una profunda aversión hacia el feminismo, considerado por estas comunidades como una manera de aislarlos todavía más de la rueda sexual. Según estas personas, el empoderamiento femenino ha provocado que las mujeres sean más libres de escoger al, digamos, “macho alfa”.
Es más; algunos incels declararon que antes, a través de la institución del matrimonio, se regulaba la exclusión de los “no físicamente atractivos”, pero que ahora, con la monogamia en vías de desaparición, la dificultad de mantener relaciones sexuales es todavía mayor.
2. Las comunidades incel son un lugar de “consuelo”
A partir de esta profunda frustración podemos entender que las comunidades incel representan un lugar de consuelo para estas personas, pues les permiten compartir sus ideas y desahogarse sin sentirse juzgados. Un arma de doble filo, por supuesto, puesto que este tipo de grupos pueden convertirse en lugares de adoctrinamiento y de proliferación de ideologías radicales.
Conclusiones
Así pues, el estudio arroja como conclusiones que: a) la primera de las causas del ingreso de los jóvenes en estas comunidades incel tiene mucho que ver con la frustración que genera en ellos no verse “aptos” en cuanto a los códigos masculinos sociales se refiere. Una inadaptación que, por otro lado, provoca sentimientos de frustración y fracaso sumamente destructores.
Y b) que estas comunidades incel representan para estas personas lugares seguros de comunicación y comprensión pero que, sin embargo, pueden ser así mismo un caldo de cultivo importante para ideologías violentas, dirigidas especialmente a los hombres “atractivos y exitosos” y a las mujeres empoderadas.
El estudio también aporta datos tan significativos como esperanzadores: muchos de los entrevistados declararon que, al llegar a la madurez, se dieron cuenta de la toxicidad de estos ambientes y decidieron separarse de ellos. Lo que viene a significar que la población más vulnerable es la población adolescente y que, por tanto, se debería actuar rápidamente para formar a nuestros jóvenes en otras ideas de masculinidad menos aislantes y mucho menos peligrosas.