De todos los sistemas del cuerpo humano, el excretor puede que sea uno de los menos populares, sobre todo por el hecho de ser el que se encarga de eliminar lo que nuestro cuerpo no necesita.
La eliminación de la orina no es asunto menor, dado que es un líquido que contiene sustancias que, en caso de almacenarse por demasiado tiempo en nuestro organismo, nos podría suponer problemas de salud tales como una intoxicación.
Veamos qué es el sistema excretor más a fondo, cuales son las partes que están implicadas en el proceso de eliminación de la orina y cómo este líquido es formado.
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El sistema excretor
El sistema excretor, también denominado aparato urinario humano, es un conjunto de órganos y otras estructuras que se encargan de eliminar la orina y el sudor, los cuales son los líquidos que tienen diluidas sustancias no aprovechables por el cuerpo humano.
Este sistema cumple una función fundamental al excretar la orina, dado que la acumulación de las sustancias presentes en ella puede implicar graves problemas de salud, tales como intoxicaciónes, infecciones y fallos orgánicos.
Mantener una buena higiene y mantenimiento de este sistema, además de llevar unos hábitos alimenticios saludables, garantiza unos estados de salud óptimos, además de evitar enfermedades tales como la cistitis, cálculos renales, nefritis e insuficiencias renales.
Partes de este sistema
En el proceso de la excreción están implicados los dos riñones y varias vías excretoras. A continuación vamos a detallar estas partes y explicar sus funciones durante el proceso de eliminación de productos de desecho.
Riñones
Se trata de dos órganos cuya función es la de filtrar la sangre y producir la orina.
Los riñones se ubican en torno a la columna vertebral, a la altura de las vértebras lumbares, y están rodeados por tejido adiposo o graso que los mantienen a una temperatura adecuada además de protegerlos de impactos exteriores.
Su forma es similar a la de dos judías, midiendo 12 cm de largo, 5 cm de largo y 3 cm de grosor, pesando unos 150 gr cada uno.
En su interior se distinguen dos zonas. Por un lado tenemos la corteza, la cual es de un color amarillento y se sitúa en la periferia de este órgano y, por el otro lado, tenemos la médula, que se encuentra más hacia el interior y es de color rojizo. Debajo de la médula y la corteza se encuentra la pelvis renal, la cual recolecta la orina y la dirige hacia el uréter. En esta pelvis renal entra una arteria y sale una vena.
En la capa exterior de los riñones se encuentran las nefronas, las cuales son unos filtros de muy reducido tamaño compuestos por una extensa red de vasos sanguíneos que filtran la sangre para poder formar la orina. En cada nefrona se encuentran tres subestructuras: el glomérulo de Malpighi, la cápsula de Bowman y el túbulo renal.
Los riñones cumplen dos funciones fundamentales para la supervivencia del organismo. Actúan como órganos reguladores, dado que mantienen en sangre unos niveles óptimos de nutrientes como sales y glucosa, además de tener suficiente agua para que puedan ser transportados de la forma más eficiente posible.
Además de su función reguladora, sirven como las depuradoras del cuerpo humano, dado que se encargan de extraer aquellas sustancias que puedan ser dañinas si son almacenadas en grandes cantidades, como lo son la urea, el principal componente de la orina, y el ácido úrico.
Las enfermedades y disfunciones de los riñones pueden ser condiciones extremadamente perjudiciales para los seres humanos. Por este motivo se tratan de unos de los órganos más trasplantados, dado que su incorrecto funcionamiento puede provocar la muerte.
Vías excretoras
Son conductos y cavidades por las que pasa la orina y ésta es eliminada. Básicamente son tres: uréteres, vejiga y uretra.
1. Uréteres
Consisten en dos tubos largos que comunican la pelvis renal con la vejiga. Están compuestos por fibra muscular lisa y epitelio musculoso, además de terminaciones nerviosas. Estos componentes se encargan de regular el paso de la orina hacia la vejiga, impulsándola.
Las terminaciones nerviosas son muy sensibles, por ese motivo, las personas que sufren de algún tipo de obstrucción como un cálculo renal sienten mucho dolor.
2. Vejiga
Posiblemente, junto con los riñones, se trate de la parte del sistema excretor más conocida. Es un órgano hueco en donde se almacena la orina, la cual llega a través de los dos uréteres procedentes de los riñones.
La vejiga es un órgano elástico, capaz de modificar su tamaño para poder almacenar gran cantidad de líquido gracias a que está formada por paredes de fibra muscular, la cual puede dotarle de hasta un litro de capacidad.
Aunque la capacidad de este órgano puede llegar a ser muy alta, es a partir de los 400 o 500 centímetros cúbicos de capacidad cuando se sienten las ganas de orinar.
3. Uretra
Es el último conducto por el cual pasa la orina antes de ser eliminada. Se trata de un tubo que conecta con el exterior del cuerpo que se sitúa en la parte inferior de la vejiga. Posee dos esfínteres con tejido muscular que se encargan de regular la salida de la orina.
Hay diferencias en su estructura en función del sexo. La uretra femenina tiene entre 3 y 4 cm de longitud, yendo desde la base de la vejiga hasta los labios menores, justo delante de la obertura vaginal. En el caso masculino, la uretra puede llegar a tener una longitud de 20 cm, distinguiéndose tres partes: porción pélvica, porción membranosa y porción esponjosa, siendo esta última el pene en sí.
Glándulas sudoríparas
La urea no es únicamente excretada a través de la orina mediante el proceso que hemos explicado. Además de pasar por los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra, la urea puede ser eliminada a través del sudor, un líquido compuesto de agua, sales minerales y un poco de urea. En esencia, se trata de orina más diluida.
En los seres humanos, la función de estas glándulas no es únicamente la de eliminar sustancias. También permite regular la temperatura del cuerpo, permitiendo que transpire al humedecer la superficie corporal.
Estas glándulas se encuentran repartidas por toda la piel, pero se concentran especialmente en la cabeza, axilas y palmas de las manos, por ese motivo son los principales lugares en donde se suda cuando se realiza una actividad deportiva o se pone uno nervioso.
¿Cómo se forma la orina?
La sangre es introducida en los riñones, en donde las nefronas se encargarán de retirar los productos de desecho que se encuentran diluidos en ella, los cuales pueden ser perjudiciales para el correcto funcionamiento del organismo, llegando a ser tóxicos.
Tres son los procesos que se dan en la formación de la orina:
1. Filtración
La sangre llega a la nefrona, en donde será filtrada por la cápsula de Bowman. Las sustancias que pueden ser filtradas aquí son de pequeño tamaño, quedando excluidas las moléculas complejas y células que puedan encontrarse en el torrente sanguíneo como plaquetas.
El líquido que queda como resultado de este proceso es similar al plasma sanguíneo en su composición y puede tener sustancias beneficiosas para el organismo.
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2. Reabsorción
El líquido filtrado va pasando por tubos de la nefrona, siendo reabsorbido, pero seleccionando sustancias aprovechables para que vuelvan a la sangre.
En caso de que sea así, será necesario reintroducirlas en el torrente sanguíneo mediante transporte activo, lo cual implica un gasto de energía, además de aprovechar agua de este plasma.
3. Secreción
Algunas sustancias no aprovechables pero que se han reabsorbido de forma equivocada son secretadas desde los capilares sanguíneos al interior de la nefrona, obteniéndose finalmente la orina.
Enfermedades más comunes del sistema excretor
El sistema excretor, encargado de eliminar desechos y toxinas del organismo, es esencial para mantener el equilibrio de sustancias en el cuerpo y prevenir la acumulación de elementos dañinos. Sin embargo, existen varias enfermedades que pueden afectar su funcionamiento y causar complicaciones en la salud.
Una de las patologías más comunes es la infección del tracto urinario (ITU), una enfermedad que afecta principalmente a la uretra, vejiga y, en algunos casos, a los riñones. Las ITU son causadas principalmente por bacterias, como la Escherichia coli, y sus síntomas incluyen dolor al orinar, sensación de ardor, necesidad frecuente de orinar y, en casos graves, fiebre. Aunque pueden tratarse fácilmente con antibióticos, las ITU recurrentes pueden dañar el sistema excretor y afectar la función renal.
Otra enfermedad importante es la insuficiencia renal crónica (IRC), una afección en la que los riñones pierden progresivamente su capacidad de filtrar y eliminar toxinas de la sangre. Esta condición suele estar asociada a enfermedades como la hipertensión arterial y la diabetes, que, de no tratarse adecuadamente, afectan a largo plazo la función renal. Los síntomas de la IRC incluyen fatiga, hinchazón en las extremidades, cambios en la micción y, en etapas avanzadas, puede requerir tratamientos como diálisis o trasplante de riñón.
Los cálculos renales, también conocidos como piedras en el riñón, son otro problema frecuente. Se forman por la acumulación de minerales y sales en los riñones y pueden causar dolor intenso, conocido como cólico nefrítico, así como dificultad para orinar. Su formación está relacionada con una dieta inadecuada, baja ingesta de líquidos y factores genéticos. Los cálculos pequeños pueden eliminarse de forma natural, pero los más grandes suelen requerir intervención médica.
Estas enfermedades reflejan la importancia de un estilo de vida saludable y la prevención, mediante una buena hidratación, una dieta equilibrada y chequeos médicos, para garantizar el correcto funcionamiento del sistema excretor.
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