Sophia Jex-Blake fue médica, dedicándose también a la enseñanza de Medicina para mujeres y siendo una luchadora activa defensora de los derechos de la mujeres.
Sobre todo se centró en conseguir que las mujeres pudieran acceder a estudiar en todos las Universidades, teniendo así la posibilidad de recibir la misma formación que los hombres. Este camino no fue fácil y tuvo diferentes contrincantes, incluso compañeras de profesión que se oponían a su forma de pensar.
Dada su continua lucha, finalmente consiguió ser la primera médica de Escocia y una de las primeras del Reino Unido, y consiguió fundar dos escuelas de Medicina para mujeres, hecho también revolucionario e innovador en la época.
En esta biografía de Sophia Jex-Blake encontrarás los aspectos más importantes en la vida de esta referente de la Medicina y en su activismo.
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Breve biografía de Sophia Jex-Blake
Sophia Louisa Jex-Blake nació el 21 de enero de 1840 en Croft Place, en la ciudad de Hastings, Inglaterra. Fue la pequeña de seis hijos, aunque los tres mayores no alcanzaron la mayoría de edad, y se crió en el seno de una familia de la alta burguesía con creencias conservadores y religiosas, seguidores del movimiento Evangelico y pertenecientes a la Iglesia Anglicana.
Su padre fue Thomas Jex-Blake, quien fue jurista, y su madre, Mary Cubitt. Los dos hermanos que sí que sobrevivieron fueron Thoma Jex-Blake, ocho años mayor que Sophia y quien sería el decano de la catedral de Wells, y Katherine Jex-Blake quien se dedicaría a la enseñanza en el Girton College de Cambridge.
Hasta cumplir los ocho años Jex-Blake fue educada en casa por sus padres; no sería hasta 1848 cuando fue inscrita en el primer internado privado, aunque no duraría mucho en él, pasando la mayor parte de su infancia cambiando de un colegio a otro.
Ya desde bien pequeña mostró interés por la escritura, resaltando ya sus habilidades imaginativas y su espíritu rebelde.
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Años de juventud
En 1857 Sophia Louisa Jex-Blake viajó a Gales, Inglaterra, donde colaboró en la escuela para niños de Betws y Coed, experiencia que hizo crecer en ella las ganas de estudiar y ejercer de profesora.
Así pues en 1858 decidió mudarse a Londres para inscribirse como alumna en el Queen’s College. Poco después de empezar su formación Universitaria, se le ofreció la posibilidad de dar clases de repaso de Matemáticas, tarea que realizaría hasta 1861, aunque tuvo que trabajar el primer trimestre sin obtener remuneración, ya que su padre se sentía orgulloso de la oferta que le habían hecho su hija pero no le parecía bien que le pagaran por ello.
Fue en 1860 cuando conocería a Octavia Hill, quien era un año mayor que Sophia y se dedicaba a la enseñanza en el Working Women 's College; entre las dos mujeres se formaría una intensa amistad, que se vería truncada por las exigencias y presiones de los padres de Sophie, quien quedó muy afectada por tal distanciamiento.
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Etapa de trabajos como profesora
Con el propósito de seguir con sus estudios para ser profesora, se trasladó en 1862 a Edimburgo, donde estudió matemáticas y alemán, siendo alumna de la University Classes for Women. Fue durante este periodo de tiempo cuando la visitó Elizabeth Garrett, quien sería la primera mujer británica en licenciarse en medicina.
Así pues, con el deseo de formarse y trabajar en distintos colegios para mujeres, planteó a sus padres la posibilidad de viajar a Francia, aunque ellos no aceptaron y acabaría yendo a Alemania, donde daría clases durante 8 meses en el Grand Ducal Institute de Mannheim. Después de terminar su sustitución como profesora en Alemania, decidió volver a Inglaterra.
Tras ejercer como profesora en Manchester, decidió ir a conocer las instituciones de enseñanza femenina de norteamérica. Así el 27 de mayo de 1865 partiría, junto a su amiga Isabella Bain, hacia Boston, donde trabajó como asociada médica en el New England Hospital for Women and Children y conoció a otra de las mujeres importantes en su vida, la doctora Lucy Sewall.
Para saber más sobre la educación en Estados Unidos decidió visitar diferentes estados, quedando sorprendida de la evolución educativa y la mayor tolerancia con respecto a diferencias de sexo, raza o religión.
De este modo, después de conocer distintos lugares de norteamérica, volvió a Boston, donde seguirá trabajando en el New England Hospital realizando tareas administrativas y visitando a las mujeres que vivían solas. Es así cuando, al trabajar en el ámbito hospitalario, se plantea su futuro y cuál era su verdadera vocación, si la enseñanza o la medicina.
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Inicios en la Medicina
En el 1867 Sophia Louisa Jex-Blake publica su libro “A visit to some American schools and colleges”. Ese fue el año también el año en cual finalmente se decidiría por estudiar Medicina. Así pues se inscribió en el New England Female College en un curso de anatomía, pero pese a gustarle la materia impartida, opinaba que el nivel que recibían las mujeres era muy bajo comparado con el de las Universidades masculinas. Por esta razón decidió enviar una carta a la Facultad de Medicina de Harvard para pedir ser admitida, aunque no tardarían en comunicarle la negativa, alegando que Harvard no admitía a alumnas mujeres.
Después del rechazo por parte de las Universidades masculinas, Sophie intentó repetidas veces ser admitida en Harvard, en 1868 optó por irse a Nueva York para seguir con su enseñanza ya que conocía una escuela de medicina, la New York Infirmary for Women, dirigida por Elizabeth Blackwell. Aunque su formación en esta escuela duraría poco ya que en invierno de ese año decidió volver a Inglaterra y quedarse con su madres tras la muerte de su padre.
Entre 1869 y 1874, Sophie quiso empezar con su formación de Medicina en Inglaterra, así que decidió acudir a la Universidad de Edimburgo para pedir ser aceptada. En un primer momento se le negó la plaza por ser la única mujer interesada, pero después de conseguir la participación de otras mujeres, grupo conocido con el nombre de “Las siete de Edimburgo”, pudo ingresar como alumna.
Así pues, realizó todas las asignaturas y prácticas hospitalarias para poder graduarse en esa Facultad de Medicina, pero tuvo que compaginar sus estudios con la continua lucha para conseguir el mismo trato que los hombres, teniendo que recurrir al ámbito legal con ayuda de abogados, hecho que le ocupaba mucho tiempo y que contribuyó a que suspendiera dos de los exámenes necesarios para graduarse.
A raíz de sus suspensos, Jex-Blake se enfrentó con el tribunal examinador diciendo que habían sido injustos con la nota que le pusieron; los examinadores no estuvieron de acuerdo y Sophie tampoco tuvo el soporte de ninguna de sus compañeras de formación. Así pues en 1874 funda la London School of Medicine for Women, manteniéndose también activa en la lucha para conseguir acceder a las Universidades.
En 1876 se presentó al examen para comadrona del Colegio de Cirujanos para poder así acceder a la práctica de la medicina, pero la Sociedad Obstetricia se opuso, realizando un escrito y evitando así que se hiciera el examen. De este modo, Sophie decidió viajar al extranjero para realizar los exámenes y presentar su tesis doctoral de la fiebre puerperal y así poder obtener el título de Doctora en Medicina en enero de 1877.
Al volver a Inglaterra para poder formar parte del Registro de Médicos de Inglaterra, tuvo que presentarse ante el único Tribunal Examinador que admitía mujeres en ese entonces, consiguiendo así ser la quinta mujer que lograba acceder a tal Registro.
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Consolidación de su trayectoria profesional
En 1878 Sophia Jex-Blake se vuelve a trasladar a Edimburgo para empezar a ejercer como doctora abriéndose su propia clínica y atendiendo a mujeres pobres. En ese periodo ya no era directora en el London School of Medicine for Women, pero se mantenía en contacto con ella, siendo también activista en la lucha por conseguir el derecho a voto de las mujeres.
En 1881, después de la muerte de su madre, Sophie entra en un estado depresivo que le hace alejarse de la práctica de la Medicina durante 2 años. Del mismo modo, en 1882 el Consejo de el London School of Medicine for Women, del cual Sophie era miembro, votó quien sería la decana, puesto que finalmente ocupó el puesto Elisabeth Garrett, quien en un primer momento se había opuesto a las escuelas de medicina para mujeres. Dada su desavenencia con esta elección, finalmente en 1897 decidió dejar la escuela de la cual había sido creadora.
A mediados de 1883 volvió a abrir otra consulta, la cual en 1885 se transformaría en la Edinburgh Hospital And Dispensary for Women, ya contando con la ayuda de una matrona y otra doctora, Catherine Urquhart.
Del mismo modo, en ese mismo año abrió en Edimburgo una nueva escuela de Medicina para mujeres. Aunque con esta escuela tampoco tendría suerte, ya que sucedieron una serie de acontecimientos que crearon rivalidades, formándose de este modo dos grupos; la oposición estaba liderada por Elise Inglis quien finalmente decidió abrir otra escuela de Medicina para mujeres en Edimburgo, provocando así el cierre en 1898 de la escuela creada por Sophia.
Últimos años de vida
Un año después, en 1899, Sophia Jex-Blake decidió retirarse y volver al condado de Sussex, lugar donde había vivido de pequeña. Así pues vendió su consulta de Bruntsfield Lodge, que pasaría a denominarse Bruntsfield Hospital, atendiendo a mujeres hasta 1989.
De este modo, fijó su residencia en Windydene, en Rotherfield, junto a la también doctora Margaret Todd, de quien se rumoreó que podría ser su pareja sentimental. Era habitual que recibieran visitas tanto de profesionales de la medicina como de otras disciplinas como literatura y arte.
Finalmente, Sophie Jex-Blake murió el 7 de junio de 1912 en Wyndydene y fue enterrada en Rotherfield, en el condado de Sussex, Inglaterra.