La adicción es un trastorno mental que perjudica no solo al paciente, sino también a su entorno, a los sujetos más cercanos a él, como por ejemplo sus familiares.
En situaciones así, es común observar la aparición de un patrón de comportamiento basado en la codependencia que muestra una persona cercana hacia quien ha desarrollado una adicción. Aunque la intención puede ser de ayuda, el comportamiento termina siendo disfuncional, facilitando así la aparición de la conducta psicopatológica y que esta se cronifique. La conducta de codependencia se caracteriza por mostrar una dedicación y disposición plena a dar apoyo, con pérdida de límites entre las necesidades de uno mismo y de la persona adicta, viéndose afectada la propia identidad.
De esta forma, será fundamental intervenir el comportamiento dependiente, ya que este muestra tendencia a generar un círculo vicioso, impidiendo así que el sujeto adicto logre rehabilitarse a la vez que la salud mental del cuidador o de la cuidadora disminuya.
En este artículo hablaremos de la codependencia que surge en las familias en las que uno de los integrantes es adicto, cómo se define este comportamiento, qué implica, qué características son las más representativas, como afecta al sujeto adicto y como disminuirla.
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¿Qué entendemos por codependencia en las adicciones?
Es sabido lo devastadoras que pueden ser las adicciones afectando en todos los ámbitos de la vida del sujeto adicto. Observamos la repercusión en su salud mental y física, en el ámbito laboral, así como social y familiar. Como es de esperar, los sujetos que forman parte del entorno cercano del adicto se verán gravemente afectados, puesto que percibirán el estado en el que se encuentra su familiar y la dificultad de mejora que esta situación muestra.
Estos individuos que presentan una relación más estrecha con el adicto pueden terminar desarrollando una relación de codependencia. Este tipo de relación se caracteriza por una dedicación y preocupación plena por el sujeto adicto que termina siendo obsesiva. El individuo codependiente se preocupa más por el bienestar de la otra persona que del suyo y su implicación intensa e insistente acaba repercutiendo tanto a sí mismo como al sujeto que pretende ayudar.
De este modo, el individuo codependiente deja de vivir su propia vida, perdiéndose los límites entre él y el otro sujeto. Actúa como si los fracasos también fueran suyos, frustrándose ante las recaídas, mostrando finalmente conductas casi tan disfuncionales como las del propio adicto.
Aunque pueda parecer que la intención del sujeto codependiente es ayudar al paciente adicto, su modo de comportarse termina perjudicando y dificultando la mejora de la adicción. Es decir, el comportamiento codependiente es patológico. La relación que se creará entre adicto y dependiente será cada vez más disfuncional, viéndose afectada la comunicación. Quien ha desarrolado una adicción se ve atrapado en un rol de indefensión y negación de su capacidad para superar su problema, y esto ayudan a que la conducta adictiva se siga presentando.
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Características principales de la codependencia
Entendemos pues la codependencia como creencia y actuación por y para la otra persona; el sujeto se volcará a ayudar al adicto, creyendo que sin su implicación no podrá curarse y recuperarse. De esta forma, supone casi una dedicación plena, dejando de vivir su propia vida, perdiendo incluso su propia identidad, ya que en todo momento su pensamiento se centra en el otro.
Por esta razón, por la vinculación y dedicación excesiva, en los casos más extremos es posible que aparezca un sentimiento contradictorio ante la mejora y curación del sujeto adicto, porque aunque las personas codependientes desean que su ser querido mejore, si logra recuperarse, el motivo por el cual luchan deja de tener importancia, y con ello su rol como apoyo. Así pues, ante la mejora de la adicción, la persona con codependencia se puede sentir abandonada.
Los sujetos con dependencia muestran unas características distintivas que nos señalan la presencia de esta alteración. Será necesario identificarla para poder intervenir psicológicamente, puesto que un comportamiento adecuado por parte de los familiares será imprescindible tanto para dar el apoyo necesario a la persona adicta como para no dar lugar a patrones de relación problemáticos.
1. Tendencia a buscar complacer a las otras personas
Las personas con codependencia situarán el bienestar de los otros, en este caso del sujeto adicto, por delante de su propio bienestar. De esta manera, su felicidad dependerá de la felicidad del otro y lograrán estar bien si el sujeto de quien se muestran dependientes lo está. Esta conducta deja de ser funcional, se puede ver afectada la propia salud e incluso la del otro individuo.
2. Miedo al abandono
Como ya hemos visto, su dedicación plena para con el otro y el modo de vivir su vida a partir de la existencia de al otra persona, propicia que ante la mejora del adicto o si este decide alejarse, el individuo codependiente se sienta abandonado, vacío y con pérdida del propio sentido de la vida.
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3. Autoestima baja
La dependencia hacia la otra persona y la poca consideración propia, repercuten en la propia estima y valoración de uno mismo. La concepción que tienen de ellos mismos dependerá de cómo los valoren y de la aprobación que sientan de los sujetos de su entorno. Cualquier comentario negativo de su actuación o trato inadecuado, generarán daño en su autoestima. Debemos tener en cuenta que la situación del adicto, del sujeto de quien se sienten dependientes es complicada, hecho que hará que la relación sea difícil, facilitando que surjan discusiones y malas palabras.
4. No saber decir que no
Otra característica destacable de los sujetos codependientes es que no saben decir que no; su afán por complacer a la otra persona hará que realicen cualquier actividad que les pidan, incluso aunque ellos no quieran hacerla. De este modo, las preferencias del otro individuo pasarán por delante de las suyas propias, aunque es verdad que, como ya hemos apuntado, su mayor deseo o preferencia es dedicarse plenamente al otro.
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5. Tendencia a mostrar límites difusos entre uno mismo y la otra persona
La intensa y constante preocupación que sienten por el sujeto de quien dependen, hace que su estado esté sujeto al bienestar del otro. Es decir, son sujetos muy empáticos que vivirán el malestar de los demás como malestar propio. Este modo de experimentar como propias las emociones de los otros se relaciona con difusión o pérdida de límites, de la distinción entre los diferentes sujetos, derivando así en una pérdida de identidad y tendencia a vivir a partir de la existencia del otro.
6. Necesidad de control
La dedicación a la otra persona y experiencia a partir del otro, producen en el sujeto codependiente una necesidad de controlar la vida del sujeto adicto, ya que la vive como propia. Este control se relaciona principalmente con una necesidad de conocer qué hace el otro sujeto, dónde y con quién va, así como aconsejar que actuaciones cree que son mejores y las adecuadas a realizar. Este control ejercido sobre el adicto le ayuda a sentirse más seguro y más implicado en la situación.
7. Imposibilidad de romper una relación
La necesidad y dependencia que sienten por la otra persona hace imposible que puedan poner fin a una relación; seguirán con una persona aunque el vínculo no sea sano y no se sientan felices con él. Solo pensar en quedarse solos y perder la figura de apoyo genera en los sujetos codependientes un malestar tan intenso que ni siquiera consideran esta posibilidad, preferirán mantener una relación tóxica y tormentosa que separarse.
Cómo disminuir el comportamiento codependiente
Tan importante será trabajar con el paciente adicto como con los familiares que puedan mostrar codependencia, puesto que si no tratamos este tipo de conductas no lograremos mejorar la adicción.
Se han probado distintas estrategias para disminuir la dependencia, dirigidas tanto al trabajo de las cogniciones como de las conductas. Uno de los aspectos importantes en los que intervenir consiste en conseguir mayor independencia y construir y reforzar su identidad separada, como persona individual, con este propósito trabajaremos para mejorar su autoestima y la seguridad en sí mismo.
Es fundamental animar a la persona adicta a acudir a terapia, y poner límites entre lo que puee hacer y lo que no puede hacer, sin asumir que su condición es una justificación para no tener ni que plantearse seguir ciertas normas y rutinas saludables.
Por otro lado, también trataremos de modificar las creencias disfuncionales acerca de su rol o relación con el sujeto adicto, ayudándole a establecer unas expectativas realistas de la situación. Aprender que su apoyo es importante en la recuperación de la adicción, pero siempre manteniendo unos límites claros de quién es cada sujeto y qué le pertenece a cada uno.
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