¿Cómo elegir un Psicólogo Online?

Te damos las pautas a seguir para elegir al psicólogo online que se adapta a lo que buscas.

¿Cómo elegir un Psicólogo Online?

Elegir ir a terapia es un paso muy importante para cuidar tu salud mental. Si decides que las sesiones sean online, debes tener en cuenta cómo elegir un profesional que trabaje en esta modalidad y se adapte a tus necesidades.

Técnicamente cualquier psicólogo, si tiene las adecuadas titulaciones, está totalmente capacitado para tratarte. Sin embargo, existen opciones que pueden encajar contigo mejor que otras. Si eres capaz de reconocer estas características te será muy útil para el tratamiento, más teniendo en cuenta que la psicoterapia es algo delicado y sensible.

Y es que hoy en día es relativamente fácil encontrar psicoterapeutas online que ofrezcan sus servicios por videollamada; de hecho, hay plataformas que se especializan en ofrecer este tipo de servicios. Pero más allá de eso, toca elegir entre los profesionales: aunque todos ellos sean buenos y estén debidamente cualificados, siempre habrá uno que se adapte un poco mejor a lo que buscas. Y es cierto que hay plataformas como Psicólogo Plus, que ofrecen asistencia a la hora de elegir psicólogo online de entre todos los que ofrecen, pero nunca viene mal añadirle tu propio criterio a esta selección.

Cómo elegir un psicólogo online en 6 pasos

Si estás valorando la idea de acudir a terapia o si ya estás en tratamiento pero deseas saber si tu decisión en cuanto al profesional que te lleva ha sido acertada, sigue leyendo. A continuación encontrarás algunos criterios que te orientarán.

1. ¿Cuál es su formación?

Es obvio que el profesional debe estar licenciado en los estudios correspondientes (grado de Psicología, actualmente). Se trata de algo básico, pero que hay que tener en cuenta, puesto que muchas personas se anuncian como "terapeutas" y no han realizado los estudios de psicología.

Luego tenemos la formación de tipo complementario. La formación psicológica universitaria ofrece posibilidades en ámbito clínico, pero también en otros ámbitos. Es deseable que tu terapeuta posea formación de posgrado con especialización clínica (por ejemplo, un máster), con prácticas incluidas.

2. ¿Está colegiado?

Los profesionales de la salud mental deben estar debidamente colegiados. En este caso, a la hora de saber cómo elegir un psicólogo online en, por ejemplo, el territorio español, hay que fijarse en si hay o no hay colegiación en el COP (Consejo General de la Psicología de España). Podrás encontrar el número de colegiación en su página profesional, en su factura, en su tarjeta de presentación, etc.

No se trata de un mero capricho, sino de algo legal, que permite estanarizar criterios de calidad en el servicio dado.

3. ¿Es psicólogo clínico o sanitario?

Por otro lado, y siguiendo en el ámbito de la legalidad, el profesional debe acreditar el título de psicólogo generalista o clínico, puesto que la única forma legal de tratar a pacientes es haber superado el sistema PIR (una oposición en la que se incluyen años de prácticas) o bien la obtención del título de psicólogo generalista sanitario (mediante máster).

Excepcionalmente, encontramos a los profesionales que ejercían antes de la aparición de la normativa que, en este caso, han podido obtener su acreditación a través de la experiencia profesional, un posgrado o la actividad terapéutica en un centro debidamente homologado.

4. ¿Cuántos años de experiencia acredita?

Se trata de un plus que hay que tener en cuenta, a pesar de no ser un criterio definitivo de calidad. En general, para cualquier profesión 10 años de experiencia se consideran excelencia.

5. ¿Tiene referencias positivas?

La mayoría de los profesionales de la salud mental están inscritos en páginas de búsqueda de profesionales que, además, permiten a los pacientes dejar sus opiniones. Estas opiniones son una orientación para las personas que buscan un psicólogo, ya que el testimonio de un paciente que ha sido tratado por el profesional en cuestión es una información inestimable. Sin embargo, recuerda que las diferencias personales entre los pacientes pueden hacer que una terapia que le sirve a uno no le sirva a otro.

6. Búsqueda en Internet

Google es una herramienta muy fácil de usar que te puede mostrar un directorio de psicólogos de tu población o de la más próxima. Si buscas en internet, te recomendamos no considerar demasiado los resultados marcados de verde, pues son anuncios. Se trata de un posicionamiento con ventaja que es resultado de inversiones económicas de los profesionales. Por tanto, habla de que han invertido en Google para aparecer los primeros, pero eso no quiere decir necesariamente que sean los más recomendables para ti.

Los robots de búsqueda de Internet son actualmente muy complejos. Si una página aparece de las primeras (y si el profesional no ha pagado por ello) es debido, entre otras cosas, a que recibe muchas visitas. Esto puede darte una idea de la calidad de su enfoque.

Lo más recomendable es que dediques unos minutos a comparar los diversos profesionales que te interesen; para ello, considera su trayectoria, qué tipo de terapia ofrecen y otros aspectos que te puedan indicar si se ajusta a lo que necesitas. Un ejemplo: si sufres un trastorno de ansiedad, probablemente un profesional que sea sexólogo no será el que mejor pueda ayudarte.

Criterios que hay que considerar una vez en terapia

La evaluación de un profesional en cuanto a si se adapta a tus necesidades no termina cuando empiezas la terapia. Tras la primera sesión, puedes seguir haciéndolo. Aquí te dejamos algunas recomendaciones al respecto:

1. ¿Qué preguntas te hace?

Las cuestiones que te plantea el profesional deben tener un enfoque terapéutico. No se trata de quedar con un amigo para conversar; por lo tanto, fíjate bien en qué preguntas te hace.

Un buen profesional nunca hace preguntas para satisfacer su curiosidad, sino para poder construir un diagnóstico y un enfoque terapéutico. Por ejemplo, preguntas que giren entorno a tu profesión o al porqué de una decisión que hayas tomado pueden darle pistas sobre tus dinámicas internas. Pero otras preguntas del tipo "¿qué clases tomas en el gimnasio?" y "¿a qué centro deportivo vas?", no tienen ninguna relevancia.

2. ¿Habla de sí mismo?

En ningún momento es necesario que el terapeuta ponga su experiencia personal como ejemplo. El principal elemento de la sesión es el paciente, no el profesional. Sí que puede ser funcional que el terapeuta haga comentarios del tipo “percibo claramente que me hablas de este tema con agresividad”, porque hacen que el paciente pueda comprender mejor lo que siente. Sin embargo, los comentarios nunca deben constituir un “desahogo” para el terapeuta.

3. ¿Te da consejos?

Un terapeuta no es un amigo que te aconseja. Es un profesional que ayuda a que tú mismo/a entiendas tus mecanismos y, por tanto, decidas qué es lo mejor para ti. Si el profesional te da consejos, es como si te estuviera “imponiendo” lo que cree que es mejor. Por el contrario, un buen terapeuta te acompaña de la mano para que tú mismo lo descubras.

4. ¿Trae información externa a la sesión?

Imagina que tu terapeuta conoce a una persona de tu entorno social que tiene información acerca de ti que tú nunca le has revelado en sesión. No puede de ninguna manera compartir esa información contigo, pues, cuando alguien acude a terapia, está circunscribiendo el contacto a la consulta en cuestión y al lugar donde se realiza.

Fuera de estos límites, tu terapeuta no tiene ninguna autoridad para emitir juicios. Así, si te encuentras a tu psicólogo, por ejemplo, en el gimnasio, en ese contexto no está autorizado a ejercer como tal, y por supuesto no puede utilizar la información que ha salido en las sesiones.

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5. ¿Mantiene contacto más allá de la terapia?

Es cierto que, si transcurre mucho tiempo, la relación del paciente con el profesional puede revestirse de más confianza. Sin embargo, lo antes mencionado y la absoluta neutralidad sigue siendo norma. Recuerda que el terapeuta es tu terapeuta, no tu amigo, así que veros fuera de la consulta va más allá de la línea profesional.

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