Algunas personas experimentan la soledad no deseada vinculándola al hecho de no tener pareja. Esto hace que, a su vez, desarrollen una manera disfuncional de relacionarse con el resto de personas, ya sea por la búsqueda constante de pareja y/o por la creencia de que los demás desaprueban su estado de soltería.
Como veremos esa vivencia de sufrir soledad por no tener pareja se basa en un espejismo, pero independientemente de si se ajusta más o menos a la realidad, es innegable que existe un malestar emocional ante el cual hay que tomar medidas. Por eso, en este artículo profundizaremos en dicho fenómeno y veremos algunas pautas y consejos que puedes aplicar a tu día a día para gestionar mejor tus emociones y tus relaciones personales si sufres este problema.
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¿En qué consiste la soledad por no tener pareja?
Lo primero que conviene tener claro es que esta forma de soledad no se desprende del hecho de no tener pareja, aunque cuando la sufrimos nos parezca que sí. De hecho, es perfectamente posible ser feliz sin tener pareja, entre otras cosas porque no estamos “diseñados” para ser capaces de sentir bienestar y de autorrealizarnos solamente si estamos en una relación de amor romántico.
El mito de la media naranja es eso, un mito que es mantenido en funcionamiento generación tras generación no porque indique una verdad acerca de la naturaleza humana, sino porque refuerza una serie de estereotipos y roles de género. Lo cierto es que los seres humanos por lo general necesitamos de contacto humano frecuente, de la posibilidad de conectar emocionalmente con otras personas que permanezcan en nuestras vidas, pero estas no tienen por qué adoptar la figura de “novio”, “novia”, “marido” o “esposa”.
Entonces… ¿Qué es la soledad por no tener pareja? En realidad es un tipo de soledad no deseada que no ha sido bien “diagnosticada” por nosotros. Asumimos que el problema es no tener pareja, y eso hace que entremos en un círculo vicioso de soledad, porque aprendemos a relacionarnos con los demás a través de la dependencia emocional y la gestión de la vergüenza que nos genera “·estar solos”. Ahora bien, es posible salir de esa dinámica circular.
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Posibles causas y desencadenantes
¿Qué es lo que lleva a algunas personas a sufrir este tipo de soledad que perciben de manera distorsionada? Estas son las principales causas y desencadenantes.
1. Expectativas sociales relacionadas con la heteronormatividad
Como he adelantado, hay una serie de prejuicios, estereotipos y creencias fuertemente arraigadas en la cultura que llevan a ver con malos ojos a quienes no tienen pareja, algo que alimenta el miedo a no tener pareja y predispone a atribuir la soledad no deseada a este hecho.
Aquí juegan un papel fundamental los roles de género, por lo que esta causa suele tener especial importancia en el caso de las mujeres, ya que existe más presión para que estas no sigan siendo solteras a partir de la segunda etapa de su juventud.
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2. Presiones familiares
Esta es una versión más “micro” de lo que hemos visto en el punto anterior; en este caso, la persona se siente presionada por la familia para encontrar pareja pronto, algo que afecta mucho a su autoestima e intensifica la sensación de no tener a nadie que actúe como apoyo emocional.
3. Baja autoestima
Los complejos con el propio cuerpo y la inseguridad al valorar nuestras habilidades sociales (por ejemplo, la capacidad de tener conversaciones fluidas y divertidas con personas a las que aún conocemos poco) son dos de los principales pilares de la baja autoestima vinculada a la soledad por no tener pareja.
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4. Miedo al rechazo
Es posible que incluso las personas que se sienten bien con su propio cuerpo y tienen unas habilidades sociales bien desarrolladas sientan un muro entre ellas y el resto de gente debido al miedo a experimentar rechazo, algo que, si es muy intenso, hace que nunca se atrevan a tomar la iniciativa al seducir, a conocer a gente interesante, etc.
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Consejos para afrontar la soledad por no tener pareja
Estos son algunos consejos generales que te pueden ayudar a superar esta forma de soledad, aunque la medida más eficaz es acudir a psicoterapia.
1. Aplica la asertividad ante quienes te están presionando
Como hemos visto, muchas veces hay personas a nuestro alrededor que, incluso sin pretenderlo ni darse cuenta de ello, hacen crecer en nosotros inseguridades y necesidades que no son reales. Por eso, el primer paso es comunicarles que no estás conforme con esa situación.
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2. Profundiza en las relaciones que ya mantienes
No menosprecies aquellos vínculos de los que y dispones; rompe con la inercia de hablar siempre igual y en los mismos contextos con esas personas e interésate por conectar con ellas.
3. Crea nuevas relaciones significativas desprendiéndose de la presión por encontrar pareja
Asumir que al conocer a esas personas no estás siendo evaluado/a como potencial novio o novia te permitirá liberar tensiones y comportarte de un modo más genuino y espontáneo, algo que a su vez ayuda a que esas conversaciones sean más agradables y fluyan mejor.
4. Practica Mindfulness
El Mindfulness te ayudará a reubicarte en el “aquí y ahora” desprendiéndote de pensamientos intrusivos y predicciones catastróficas que te llevan a auto-sabotearte y te generan un estado de angustia constante. Es un recurso que te ayuda no a evadir tus problemas, sino a verlos a través de una nueva mirada libre de viejas fórmulas que no te aportan nada constructivo.
5. Desarrolla un proyecto personal que te ilusione y que conlleve soledad
Si desarrollas una afición que te aporte metas a medio y largo plazo y te plantee un reto significativo para ti, dejarás de asociar tanto la soledad al concepto de “pérdida de tiempo”; además te permitirá desarrollar habilidades de auto-liderazgo muy valiosas para reforzar tu autoestima.
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