¿Cómo se trata la Amaxofobia con la Terapia Cognitivo-Conductual?

Así es como la fobia a conducir es eliminada de raíz mediante la TCC.

¿Cómo se trata la Amaxofobia con la Terapia Cognitivo-Conductual?

No es un miedo cualquiera ni un simple temor sin importancia: la amaxofobia es real. Sin embargo, como cualquier fobia, pocos pueden entender la angustia, la palpitación acelerada o la sensación de mareo que se siente ante el reto de manejar un vehículo.

¡Exacto! Aunque su nombre suene complicado, la amaxofobia no es más que el miedo intenso a estar frente al volante. Esto puede ser un gran impedimento para el desarrollo diario de las personas que lo viven, pues manejar un coche es, en muchos escenarios, una habilidad bastante necesaria. ¡Lo importante es que hay formas de tratarla!, y vamos a conocerlas a continuación.

Amaxofobia: ¿qué es?

La amaxofobia, también conocida como miedo a conducir, es un trastorno de ansiedad que afecta en menor o mayor medida a más del 20% de los conductores en España, según cifras publicadas por la Fundación Comisionado Europeo del Automóvil (CEA). Esta se caracteriza por una respuesta de ansiedad intensa e incontrolable ante la idea o la situación real de conducir un vehículo.

Dicha fobia puede ser debilitante y tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes la padecen, pues las personas que la experimentan sienten un temor desproporcionado que no se ajusta al peligro real de la conducción.

Las causas de su aparición pueden ser muy variadas. Algunos pueden desarrollar este miedo después de haber experimentado un accidente de tráfico o una situación de peligro en algún vehículo. Haber sido testigos de un accidente o recibir información negativa sobre la conducción también podrían ser detonantes.

También existen características que comparten muchas de las personas que sufren de este trastorno. El perfeccionismo y los pensamientos de rigidez, la negatividad, baja autoestima que hace que crean mucho menos en sus capacidades, el estrés o la fobia social también podrían predisponer la aparición de la amaxofobia.

Además, la amaxofobia también puede estar asociada con otras fobias o trastornos de ansiedad, como el miedo a la velocidad (también conocida como tacofobia) o la agorafobia, es decir, al miedo irracional a estar en un contexto o espacio que se considere inseguro y en el que sea viable recibir ayuda ante una crisis o emergencia.

Pero hay que aceptarlo: conducir requiere de cierta coordinación, de estar alerta, de recordar reglas, y es normal que esto pueda despertar al menos un poco de inseguridad, especialmente para los conductores principiantes. Lo mismo aplicaría para ciertas condiciones meteorológicas adversas o alguna carretera solitaria. Sin embargo, lo que distingue esta preocupación o inseguridad de la amaxofobia es la intensidad y la recurrencia con la que se viven dichos síntomas.

Síntomas de la amaxofobia

Existen varios indicios de que podrías sufrir de amaxofobia, aunque los síntomas pueden variar de persona a persona. Estos pueden ser tanto físicos como psicológicos. A continuación, mencionaremos algunos:

  • Respiración acelerada o dificultad para respirar.
  • Mucha sudoración.
  • Temblores o taquicardia.
  • Náuseas, mareos o incluso desmayos.
  • Dolor en el pecho.

Entre los psicológicos destacan:

  • Un gran miedo perder el control del vehículo.
  • Constantes pensamientos catastróficos de accidentes.
  • Ansiedad anticipatoria al pensar en conducir e incluso ataques de pánico.
  • Evitación de situaciones que impliquen conducir

Todas estas manifestaciones pueden impactar negativamente la vida diaria de quien lo padece, incluso hasta limitar su movilidad y su capacidad para desplazarse independientemente al evitar que dichos síntomas se presenten.

¿Cómo superar la amaxofobia?

Aunque la amaxofobia puede ser una condición debilitante, existen estrategias y recursos disponibles para superarla.

1. ¡Edúcate sobre la amaxofobia!

Conocer más sobre el miedo a conducir y sobre los aspectos de seguridad vial puede ayudarte a reducir la ansiedad asociada con la conducción. Saber más al respecto puede proporcionar una perspectiva más realista, evitar mitos y reducir preocupaciones infundadas.

2. Comparte tu miedo con tu red de apoyo

Buscar el apoyo de seres queridos o de grupos de apoyo puede ser de gran ayuda para enfrentar el miedo a conducir. Compartir experiencias y preocupaciones con personas que han pasado por situaciones similares puede ofrecerte un sentido de comunidad y apoyo.

3. Busca apoyo psicológico

Un profesional puede ayudarte a entender tu miedo y a exponerte gradualmente a él. La terapia cognitivo-conductual (TCC) se enfoca en identificar y cambiar los pensamientos y comportamientos negativos asociados con la amaxofobia. A través de la reestructuración cognitiva se pueden lograr cambios positivos en la forma de pensar y actuar frente a la conducción.

¿Cómo se trata la amaxofobia con la terapia cognitivo-conductual?

Como ves, superar la amaxofobia puede requerir tiempo y paciencia, pero con el enfoque adecuado y el apoyo adecuado, es posible recuperar la confianza en uno mismo y disfrutar de la experiencia de conducir. Si experimentas estos síntomas, ¡consulta con un profesional de la salud mental! Recibir ayuda oportunamente te ayudará a superar este miedo y recuperar la calidad de vida que deseas, sobre todo si acudes a un psicólogo experto en terapia cognitivo-conductual. Veamos cómo puede ayudarte esta última.

1. Técnicas de relajación

Incluir en tu rutina diaria técnicas de respiración profunda, la meditación o el yoga pueden ayudar a controlar la ansiedad y el estrés. ¡Especialmente en los momentos en los que tendrás que manejar! En la terapia cognitivo-conductual, el psicólogo te entrenará en el uso de estas estrategias.

2. Exposición controlada

Otra de las claves de la TCC es la exposición controlada, muy eficaz para tratar las fobias. En ella, el psicólogo comienza a exponerte a las situaciones que te generan miedo, de forma controlada, gradual, acompañada y segura. Esto puede implicar empezar con trayectos cortos y poco a poco ir aumentando la duración y la distancia de los viajes.

3. Desensibilización sistemática

Esta técnica es similar a la anterior, pero en este caso, mientras te expones al estímulo fóbico, realizarás acciones que inducen a un estado de relajación. De este modo dejas de asociar un pico de ansiedad al hecho de conducir.

4. Reestructuración cognitiva

En este caso, el psicólogo te ayudará a detectar aquellas creencias que han estado alimentando irracionalmente tu miedo a conducir. Así, podrás sustituirlas por otras más adaptativas.

  • RACE. (2022). El miedo a conducir existe: se llama amaxofobia. RACE. Roiba, A. (2023, junio 19). Qué es la amaxofobia y cómo puedes perder el miedo a conducir. La Vanguardia.

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