La depresión es un trastorno del estado de ánimo que se manifiesta de manera diferente dependiendo de la edad que tenga la persona, pues esta condiciona muchos de nuestros hábitos y características. En este artículo veremos cómo es la depresión en adultos y de qué manera puede ser tratada con la ayuda de profesionales.
Y justamente porque este trastorno psicológico se expresa a través de nuestra capacidad para disfrutar de la vida, sus síntomas se manifiestan de manera diferente dependiendo de la edad que tenga la persona, pues esta condiciona muchos de nuestros hábitos y características. En este artículo veremos cómo es la depresión en adultos y de qué manera puede ser tratada con la ayuda de profesionales.
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¿Cómo es la depresión en adultos?
La depresión en adultos es un trastorno del estado de ánimo relativamente frecuente, y de hecho se estima que afecta a unos 200 millones de personas alrededor del mundo.
Los síntomas, entre otros muchos, por los que se caracteriza son básicamente la abulia (desmotivación extrema y falta de energía para hacer la mayoría der las actividades cotidianas necesarias para vivir bien, como cocinar, ducharse, salir a trabajar, etc.), la anhedonia (incapacidad de experimentar placer) y un intenso sentimiento de tristeza, melancolía o desesperanza.
Además, la población adulta es más flexible a la hora de encontrar estrategias para comunicar lo que siente, por lo que la edad también aporta diversidad en la manera de verbalizar el problema y explicárselo a amigos, familiares y profesionales de la salud mental.
La ayuda de los psicólogos: tratamiento de la depresión en adultos
Estas son algunas de las estrategias principales que utilizan los psicólogos para realizar psicoterapia en casos de depresión en adultos.
1. Actuar en las ideas y en los patrones de comportamiento
Los centros de psicología con una propuesta más eficaz a la hora de tratar la depresión en adultos, utilizan herramientas que permiten intervenir tanto en la manera en la que el paciente percibe e interpreta la realidad, como en el conjunto de acciones que suele utilizar para interactuar con el entorno y con los demás.
Por ejemplo, el centro de psicología Psicomaster, ubicado en el centro de Madrid, se sirve de varios tipos de terapia relacionados que permiten hacer esto: la Terapia Cognitivo-Conductual, la Terapia de Aceptación y Compromiso y el EMDR.
La primera es una de las formas más utilizadas en psicoterapia para intervenir en muchos trastornos mentales, y se centra en una doble vía de mejoría: contribuir a que la persona aprenda patrones de comportamiento más sanos y útiles para no reforzar la presencia del trastorno mental mediante la interacción con lo que nos rodea, y modificar las ideas y creencias fuertemente enraizadas en el paciente y que impiden que perciba la realidad de una manera constructiva y emocionalmente equilibrada.
Por su parte, cuando en Psicomaster utilizan la Terapia de Aceptación y Compromiso, el objetivo es también influir en las acciones y en los pensamientos y creencias, pero adaptando el tratamiento al contexto en el que vive cada paciente en particular y ayudándole a aceptar la imperfección de muchos aspectos de la vida y de lo que implica existir en ella, de manera que se contribuye a cambiar aquello que puede ser solucionado y se aprende a abrazar las imperfecciones que no pueden ser cambiadas o no dependen de nosotros.
De esta manera, se desaprenden maneras de pensar, de sentir y de actuar que hacen que se reproduzcan una y otra vez los síntomas de la depresión en adultos, y se aprenden otros hábitos que permiten vivir mejor.
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2. Activación del paciente
Es muy importante que el paciente adulto salga de la dinámica de pasividad y hábitos de vida sedentarios en los que se ha instalado por culpa de la depresión. Por eso, se suele utilizar un conjunto de estrategias llamado Activación Conductual, que tiene como objetivo crear las situaciones y contextos necesarios para que el paciente se comprometa a realizar actividades estimulantes y con la capacidad de involucrar todo el cuerpo.
La idea aquí es no tener una fe ciega en la fuerza de voluntad de la persona y esperar que la motivación sirva para movilizarla y dedicarse a pasatiempos, sino hacer algo para que el paciente esté más expuesto a situaciones estimulantes con la capacidad de generarle interés y hacer que se enganche” a una tarea o conjunto de tareas: salir al parque a hacer deporte, cuidar de un jardín, pasear zonas de la ciudad desconocidas, etc.
3. Trabajo con la familia y el círculo cercano
Otra de las vías de acción que se emprenden en centros especializados como Psicomaster tiene que ver con el trabajo en red con la familia y el entorno cercano del paciente. Por mucho que la persona afectada por depresión en adultos ya haya dejado atrás la niñez, el rol de sus seres queridos sigue siendo muy relevante, entre otras cosas porque el propio trastorno hace que pierda autonomía.
El hecho de que los psicólogos se coordinen con la familia de los pacientes ayuda a que quienes sufren en primera persona la depresión sigan contando con apoyo y con una guía de acción una vez que han salido de la consulta, entre sesión de psicoterapia y sesión de psicoterapia.
Así, los especialistas informan a las familias acerca de cómo convivir con un adulto con depresión, cómo tratar la presencia de la patología en las conversaciones, qué tipo de acciones seguir para favorecer que la persona se mantenga en movimiento y se involucre en las relaciones con los demás, etc.
4. La intervención sobre los focos de ansiedad
Es muy frecuente que la depresión en adultos no aparezca de manera aislada, sino que surja a la vez que otras alteraciones psicológicas dañinas. Los trastornos de ansiedad y la vivencia de traumas psicológicos son parte de los fenómenos psicológicos más frecuentes que se solapan con el estado de ánimo extremadamente bajo, y muchas veces la que causa la depresión tiene que ver con estos otros problemas.
Por eso, en centros de psicología bien equipados como Psicomaster, se cuenta con profesionales expertos en tratar todos estos tipos de trastornos que se solapan entre sí. Por ejemplo, si la depresión está vinculada a un trauma psicológico, se puede utilizar la terapia EMDR o la desensibilización sistemática para hacer que la fuente de malestar por la que se manifiesta el trauma vaya desapareciendo, a la vez que se interviene en la depresión en sí.
Conclusión
La depresión en adultos es un trastorno del estado de ánimo complejo en su manera de expresarse en los pacientes, y debido a su potencial para desgastar la calidad de vida de las personas o incluso de fomentar las ideaciones suicidas, merece ser atendida por profesionales.
Por mucho que se nos haya educado para asumir que la vida de adultos está llena de momentos difíciles y de sacrificios, la depresión es una patología muy seria que no puede ser normalizada. Cuanto antes se actúa al detectar los primeros síntomas, mejor.
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