La depresión es un trastorno psicológico bastante frecuente en los adolescentes, ya que 1 de cada 5 adolescentes sufre depresión durante el transcurso de esta etapa vital.
La depresión no es un trastorno psicológico exclusivo de la etapa adulta, los niños y los adolescentes también lo padecen y presentan síntomas diferentes a los adultos. La depresión es un trastorno del estado de ánimo que conlleva muchos síntomas físicos, emocionales y conductuales.
En este artículo se describirán algunos de los síntomas más frecuentes que nos permitirán detectar la depresión en los adolescentes y algunos de los factores de riesgo que influirán en el desarrollo de los trastornos depresivos en los adolescentes.
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Señales de alerta más frecuentes en la depresión en los adolescentes
Los síntomas que se relacionan con la depresión en los adolescentes son los siguientes.
1. Anhedonia
Significa que ya no disfruta de actividades con las que anteriormente disfrutaba. Este síntoma es muy característico en los adolescentes, pierden todo el interés y la motivación por la realización de la mayoría de actividades, incluso por sociabilizar con sus amigos. Este síntoma también puede venir acompañado de apatía y de insatisfacción por hacer muchas de las actividades que antes solía hacer.
2. Quejas somáticas
Se trata de todas las quejas sobre molestias o dolores físicos que tienen su origen en un problema psicológico. Por ejemplo son frecuentes en los adolescentes, los dolores de cabeza, mayor tensión en el cuello o en la espalda, molestias o dolores abdominales… Las personas cercanas pueden creer que siempre le duele algo o que son “excusas” para no hacer algunas actividades u obligaciones.
La psicóloga infanto-juvenil del gabinete malagueño Psicólogos Málaga PsicoAbreu, Florencia Stolo, afirma que la somatización en los niños y adolescentes es muy frecuente, ya que no poseen todavía buenas estrategias de expresión emocional, y sus emociones negativas las expresan a través de los síntomas físicos o corporales, que se traducen en dolores o quejas.
La psicóloga sostiene que no hay que pensar que los adolescentes se inventan estos síntomas, sino que realmente sienten estos dolores o molestias pero la causa de ellos no es una enfermedad física, sino que nace del malestar emocional que están sintiendo.
3. Irritabilidad y estallidos de ira frecuentes
Florencia Stolo, la psicóloga infanto-juvenil, afirma que se cree que la depresión “típica” es la que se ve al adolescente en la cama llorando todo el día, pero eso no suele ser así. La psicóloga afirma que la irritabilidad y los estallidos de ira son frecuentes en los trastornos relacionados con la depresión en los adolescentes, ya que, a diferencia de los adultos, un sistema que se ve alterado también en estos trastornos es el sistema noradrenérgico (relacionado con la noradrenalina), a parte del sistema serotoninérgico (relacionado con la serotonina).
4. Susceptibilidad
Susceptibilidad y mayor sensibilidad a la crítica de los demás y de su entorno, no siendo capaces de afrontar estas situaciones.
5. Aislamiento social
Aislamiento social y retraimiento hacia personas cercanas de su entorno (padres, hermanos, amigos…). Tienden a querer aislarse y desean estar solo.
6. Astenia
Es decir, un sentimiento de cansancio físico durante gran parte del día.
7. Sentimiento de tristeza o desánimo
Esto le puede llevar a tener ganas de llorar frecuentes durante el día y la noche.
8. Presencia de trastornos o dificultades para dormir o dormir más de lo que suele dormir
Las dificultades para dormir o trastornos del sueño incluyen insomnio predormicional (problemas para conciliar el sueño), despertares nocturnos (despertares durante la noche, lo que hace que el sueño no sea de calidad y no favorecen un correcto descanso), sueño no reparador (sensación de no haber descansado de manera correcta, o levantarse cansado), pesadillas…
Otra posibilidad es que el adolescente con trastorno depresivo no tenga dificultades para dormir, sino que duerma más horas de las que solía dormir. Florencia sostiene que es un mecanismo de defensa que desarrollan, ya que es su forma de “anestesiarse” de sus emociones negativas y como no saben gestionarlas, las intentan evitar durmiendo todo el día, porque es la única forma que tienen de no pensar.
9. Cambios en los hábitos alimentarios
Como comer más o menos y tener más o menos apetito.
10. Dificultad para concentrarse y olvidos frecuentes
Se pueden observar en cosas cotidianas como: olvidarse de citas importantes o fechas relevantes, perder el hilo de las conversaciones, estar como ausente cuando está con otras personas, le cuesta tomar decisiones… En el colegio esto puede conllevar un empeoramiento en el rendimiento académico, se pierden durante las clases y en las explicaciones de las tareas, se olvidan de las tareas…
11. Empezar a consumir alcohol o drogas o aumentar el consumo de las mismas
La psicóloga infanto-juvenil del gabinete malagueño afirma que esta es una forma muy frecuente de anestesiarse ante sus propios problemas, ya que están experimentando con el alcohol y con otras drogas (sobre todo, tabaco y marihuana), y encuentran en ellas una “anestesia” que les adormece y les permite no “sentir” las emociones negativas que experimentan en su día a día.
12. Ideas pasivas de muerte
Pensamientos como: “Ojalá desapareciera”, “me gustaría dejar de vivir”, o ideación autolítica (pensamientos o deseos de hacerse daño físicamente).
13. Conductas de alto riesgo
En ocasiones los adolescentes con trastornos del estado de ánimo tienen conductas de alto riesgo como tener sexo sin precaución, el robo en tiendas, o conducir de manera temeraria.
Los factores de riesgo de la depresión en los adolescentes
Los principales factores de riesgo que predisponen a tener un trastorno depresivo en la etapa de la adolescencia son:
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Antecedentes de trastornos del estado de ánimo (trastorno depresivo, distimia y trastorno bipolar) en la familia más directa.
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Vivencia de factores o acontecimientos vitales estresantes (divorcio de sus padres, bullying, intimidación, abuso sexual, ruptura con una pareja, muerte de un familiar, cambio de clase, bajo rendimiento escolar…). En los adolescentes, los acontecimientos de vida estresantes personales, familiares, sociales o económicos pueden tener una gran influencia en el inicio y desarrollo de la depresión. Diversos estudios afirman que la presencia de síntomas de trastornos depresivos en los adolescentes se relaciona con el grado de estrés que se experimenta por los sucesos vitales estresantes.
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No tener una red de apoyo emocional o social estable o conformada (problemas con sus padres, problemas familiares, no tener amigos…).
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Tener una enfermedad física o psicológica crónica.
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Tener un trastorno del aprendizaje.
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Tener dificultades para sociabilizar con sus iguales o con otras personas.
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Tener baja autoestima y bajo autoconcepto.
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Ser del sexo femenino. Diversos estudios muestran que existe una mayor prevalencia de depresión en las chicas adolescentes que los chicos adolescentes.
Referencias bibliográficas:
- Kramer, Peter D. (2006). Contra la depresión. Barcelona: Seix Barral.
- Jackson, Stanley W. (1986). Historia de la melancolía y la depresión. Madrid: Turner.
- Martell, C. et al.(2010). Behavioral activation for depression. The Guilford Press.
- Schmidt PJ (2005). "Mood, depression, and reproductive hormones in the menopausal transition". The American Journal of Medicine.
- Vieweg WV, Julius DA, Fernandez A, Beatty-Brooks M, Hettema JM, Pandurangi AK (2006). "Posttraumatic stress disorder: clinical features, pathophysiology, and treatment". The American Journal of Medicine.