Estar con la familia suele ser visto como algo agradable y positivo, pero en algunos casos, esta experiencia llega a ser difícil de gestionar a nivel psicológico, por dos motivos: el hecho de que pasamos mucho tiempo con esas personas, y el modo en el que esos vínculos tienen una repercusión en nuestras emociones debido a la importancia que les damos a esas personas.
En este sentido, muchos de estos fenómenos ligados a la familia pueden generar en las personas una gran ansiedad, o incluso contribuyen a sufrir trastornos de ansiedad y alteraciones de la salud mental derivadas de este malestar.
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Las principales fuentes de ansiedad en la familias
Este es un resumen de los principales desencadenantes de los problemas de ansiedad cuando estos surgen principalmente del contexto familiar.
1. Crisis familiares por discusiones
Las crisis originadas por discusiones familiares constantes generan un gran malestar en el núcleo familiar y son una de las fuentes de ansiedad más habituales y comunes en todo tipo de familias, sobre todo cuando no hay una persona capaz de ejercer el rol de mediadora.
Son muchas las familias que discuten a menudo para resolver sus diferencias y problemas diarios; sin embargo, cuando estas discusiones se hacen frecuentes e incluso diarias, los miembros de la misma pueden acabar desarrollando estados de ansiedad que afectan a su salud mental.
Estos niveles de ansiedad dependerán de la gravedad de las discusiones que se llevan a cabo en el seno familiar y del grado de sensibilidad que pueda tener cada miembro de la familia.
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2. Maltrato
Los casos de maltrato son uno de los rasgos característicos de las familias disfuncionales y constituyen una práctica muy negativa incluso si no se da la violencia física.
El maltrato en la familia puede ser tanto físico como emocional o psicológico y puede ejercerse de padres a hijos, entre cónyuges, de hijos a padres o bien entre hermanos, en cualquier caso supone una modalidad de interacción capaz de generar ansiedad a corto plazo y secuelas psicológicas a largo plazo.
La ansiedad es uno de los trastornos más habituales en casos de maltrato y esta la padece tanto la víctima de los maltratos (como puede ser, por ejemplo, la madre), como los hijos que sean testigos de estas experiencias.
3. Inestabilidad económica
Los casos de inestabilidad económica son una fuente de gran sufrimiento para aquellas familias que tienen dificultades para llegar a fin de mes o ven como su economía es cada vez más precaria.
Son muchos los padres que pueden llegar a desarrollar trastornos de ansiedad al presenciar cómo la situación económica familiar es cada vez más inestable, y esto pueden sufrirlo también los hijos de todas las edades.
Una situación económica o financiera inestable o difícil se convierte casi siempre en una preocupación permanente que muchas personas pueden experimentar como una espada que pende de un hilo sobre sus cabezas.
4. Separaciones
Las separaciones y los divorcios de los padres son casi siempre un evento traumático al que tanto padres como hijos deben acostumbrarse con el tiempo y superar de la mejor manera posible.
Son muchos los hijos que presentan problemas de salud mental una vez sus padres deciden separarse, ya que experimentan personalmente cómo poco a poco su familia se desmorona y, con ella, lo que consideraban un entorno seguro.
Esta visión catastrofista que pueden tener los hijos generalmente no se corresponde con la vivencia de los padres, quienes a veces viven la situación como algo positivo y liberador, lo cual contribuye a que el malestar de los pequeños sea infravalorado.
Además de eso, si durante el proceso de divorcio los padres discuten entre ellos delante de los hijos, estos últimos también pueden verse afectados de manera notable.
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5. Competición y celos entre hermanos
Los celos y las relaciones competitivas entre hermanos generan un ambiente muy negativo en las familias, especialmente si los padres fomentan este tipo de relaciones nocivas o bien establecen agravios comparativos entre hijos.
La ansiedad en estos casos puede generarse en los padres que ven cómo sus hijos tienen una relación demasiado competitiva o bien en los propios hijos al considerar que sus padres quieren más a sus hermanos.
6. Conflictos con la familia política
La familia política es la familia de nuestras parejas, hermanos, hijos e hijas, es decir, las personas que pasan a ser de nuestra familia cercana una vez nuestros familiares contraen vínculos con ellas.
Aunque muchas familias son capaces de relacionarse amistosamente con sus familiares políticos, en otros casos pueden darse algunos problemas, sobre todo con los suegros, las suegras, los yernos o las nueras.
Si en una pareja, los padres de la mujer no se llevan bien con su yerno, es posible que este pueda desarrollar problemas de ansiedad, así como también la mujer, al ver que su marido no se lleva bien con sus padres.
7. Crisis familiares desencadenadas por una enfermedad severa
Las crisis surgidas en la familia desencadenadas por una enfermedad severa de algún familiar también pueden ser fuentes de ansiedad muy elevada para aquellas personas que sufren por su ser querido.
La enfermedad de cualquier familiar nos afecta a todos y más cuanto más cercana es esta persona, llegando a afectar gravemente a nuestra salud mental, especialmente si se trata de una enfermedad larga que nos tiene varios meses o años sufriendo y en vilo por su salud.
El caso de tener padres mayores también es parecido, ya que los hijos sufren diariamente al ver que su padre o padres van perdiendo facultades y ya no se valen por sí mismos.
8. Adicciones en algún miembro de la familia
Cuando en una familia hay un miembro o varios que presenta conductas adictivas de cualquier tipo, sus seres queridos pueden llegar a sufrir problemas combinados pertenecientes a dos de las fuentes de ansiedad que hemos visto: la angustia que produce tener a un familiar que ha desarrollado una enfermedad, por un lado, y en algunos casos, el hecho de ser víctimas de malos tratos, por el otro. Sobre todo cuando hablamos de alcoholismo, los episodios de violencia doméstica son muy comunes.
9. Falta de comunicación con los hijos
La falta de comunicación con los hijos es una de las principales fuente de conflictividad, discusiones y mal ambiente con los padres, especialmente cuando estos se encuentran en la etapa de la adolescencia.
Para evitar la aparición de la ansiedad tanto en padres como en hijos, es recomendable desarrollar habilidades sociales vinculadas a la asertividad, que fomenten la comunicación y con las que podamos superar cualquier bloqueo comunicativo hablándolo tranquilamente y sin enfadarnos.
Tomas Santa Cecilia
Tomas Santa Cecilia
Psicologo Consultor: Master en Psicología Cognitivo Conductual
10. Sucesos traumáticos
Los sucesos traumáticos que ocurren de manera fortuita como un accidente de tráfico, una catástrofe natural, casos de violencia externa hacia un miembro de la familia o casos de violencia sexual pueden ser el origen de un gran malestar en los miembros de la familia.
Sufrir por la vida y el bienestar de un ser querido también puede generar entre sus familiares un gran nivel de ansiedad que en los casos más graves debe ser tratado por un profesional de la psicología.