Los grupos multifamiliares son muy potentes, eso siempre lo oyes o lo lees. Pero cuando de verdad lo entiendes es cuando los vives. Cada viernes este espacio me remueve, y mucho. Es un lugar donde poder hablar, tanto los familiares, como las personas en tratamiento y los profesionales. Miradas distintas con un objetivo común: acompañarnos estas dos horas de la mañana y establecer un diálogo reflexivo que, creo, a ninguna nos deja indiferente.
Casi cuarenta personas hablando sobre pérdidas y cómo nos manejamos en ellas, desde situaciones cotidianas a situaciones más límite y excepcionales. El clima de aceptación, de respeto y de apertura a la mirada ajena es el que creo ha permitido poder hilar parte de un discurso silenciado. Escuchar a estas personas me permite reflexionar sobre el funcionamiento del sistema y me cuestiono las prácticas propias y ajenas que el sistema promueve y valida. Siento un agradecimiento sincero y honesto hacia estas personas valientes que me ayudan a pensarme como profesional y en última instancia como persona.
La horizontalidad promovida en los grupos multifamiliares permite la emergencia de sentimientos, emociones, pensamientos y recuerdos que en otros espacios terapéuticos no son vistos o no tienen cabida. Que estemos juntas tantas personas diferentes nos enriquece, favorece que aparezcan voces de todos los colores y así voy cambiando de gafas: las rojas, las lila, las verdes... Cómo no me va a transformar esto! Los tratamientos suelen entederse unidireccionalmente, el o la profesional con sus acciones -derivadas de su conocimiento- reportan un beneficio a la persona tratada. Pero en los grupos multifamiliares no se da esta asimetría tan clara. Lo que en ellos ocurre nos atraviesa y nos modifica a todas las personas que participamos, incluyendo a las profesionales.
Me gusta pensar, y de verdad así lo siento, que estos pequeños o grandes cambios que se dan en cada una de las personas que participan de estos espacios provocan, a su vez, cambios en otros grupos de los que la persona participa y, a su vez por tanto, desencadenan cambios en el tejido social actual. En este sentido, el cambio será de todas las personas o de ninguna. Larga vida a los grupos multifamiliares.


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