Cada vez más niños, cada vez más pronto. Los casos de Trastornos por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se han multiplicado por 30 en los últimos años en España, sobre todo en niños de 8 a 12 años. ¿Qué está pasando con el TDAH? Son cada vez más las voces que afirman acerca del sobrediagnóstico del trastorno y cómo hemos creado una epidemia del mismo.
Las cifras son escalofriantes. En España, más de 250.000 menores toman psicoestimulantes para combatir el TDAH. Los expertos de la salud están asustados por el aumento de casos y reiteran que debería tenerse en cuenta el contexto de cada persona y entender que hay reacciones que forman parte de la normalidad antes de diagnosticar el TDAH. A fin de cuentas, no es un tema que se pueda tomar a la ligera ya que hay que estar muy seguro antes de “etiquetar” a un niño con este trastorno.
En el artículo de hoy, analizaremos en profundidad el TDAH, incluyendo las razones por la que, actualmente, se diagnostican cada vez más casos entre la población. ¿Existe realmente el TDAH? ¿Esconde algún problema afectivo detrás? ¿Se está sobrediagnosticado? Sigue leyendo para descubrir las respuestas a estas y más preguntas.
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¿Qué es el TDAH?
TDAH es la sigla de trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Incluye una combinación de problemas persistentes, tales como dificultad para mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo. Habitualmente, su diagnóstico se realiza en la niñez y los síntomas a veces disminuyen con la edad.
Sin embargo, algunas personas nunca superan por completo sus síntomas pero, con ayuda, aprenden a utilizar estrategias para tener éxito. Curiosamente, ocurre con más frecuencia en los hombres. Existen tres subtipos de TDAH:
- Falta de atención predominante. La mayoría de los síntomas corresponden a la falta de atención.
- Conducta hiperactiva/impulsiva predominante. La mayoría de los síntomas son la hiperactividad e impulsividad.
- Combinado. Esta es una mezcla de síntomas de falta de atención y síntomas de hiperactividad/impulsividad.
En algún momento, es completamente normal que a todos los niños les cueste prestar atención, escuchar y seguir instrucciones, sentarse quietos o esperar su turno. Pero en los niños con TDAH, las dificultades son mayores y ocurren más a menudo.
Es decir, la mayoría de los niños sanos no prestan atención o son hiperactivos o impulsivos en ciertas ocasiones. Es típico que los niños en edad preescolar tengan períodos de atención cortos y no puedan seguir con una actividad por mucho tiempo. Incluso en niños mayores y adolescentes, el período de atención a menudo depende del nivel de interés y motivación.
Esto mismo ocurre con el nivel de actividad de los niños. La hiperactividad es normal en muchos infantes, incluso a menudo todavía están llenos de energía mucho después de haber agotado a sus padres. Para poder diferenciar un desarrollo típico o un TDAH, la clave está en la funcionalidad.
Aquellos niños que se llevan bien con sus compañeros de curso, no tienen problemas en casa, las notas y el comportamiento en clase no es un impedimento y por lo general, son capaces de llevar su día a día adecuadamente, no tienen porque ser diagnosticados con TDAH. En todo caso, este artículo es divulgativo, por tanto, si le preocupa que su hijo muestra signos de TDAH, es recomendable que consulte con su pediatra o con el médico de familia.
Sobrediagnóstico de TDAH
Hay un sinfín de causas posibles para comprender el porqué del sobrediagnóstico de TDAH. Muchos expertos coinciden en que las dificultades presentadas en el TDAH pueden tener una base biológica, pero también emocional. Es decir, estos infantes expresan una sintomatología como respuesta a factores externos, como problemas familiares o en el ámbito escolar.
Es importante que los profesionales de la salud sean conscientes de esto, ya que, muchas veces, se diagnostican niños que, en realidad, tienen otras dificultades emocionales o afectivas y las expresan por medio del movimiento o la falta de atención.
También existe una parte de la población de expertos, que aseguran que el trastorno está sobrediagnosticado y que esto responde a intereses de la industria farmacéutica. Los profesionales afirman que la actual tendencia a diagnosticar TDAH en adultos e incluso ancianos, en una gran mayoría de casos, no tiene ningún sentido, y argumentan que este colectivo es un nicho de mercado en cuanto a consumo de este tipo de fármacos y por supuesto, la industria farmacéutica se está aprovechando de ello.
Siguiendo esta línea, los expertos respaldan que la medicación tiene efectos secundarios en la salud como problemas en las arterias, riesgo cardiovascular, dificultad para ganar peso y retraso del crecimiento, y sobre todo, una percepción de pérdida de responsabilidad de la persona ante dificultades. Dicho de otra forma, los medicamentos han conseguido que cuando un niño o adolescente toma esta medicación durante temporadas largas, tiende a generar la creencia de que lo que le pasa no es responsabilidad suya, sino de su bioquímica cerebral.
Conclusiones
Desde la psicología, se puede abordar el sobrediagnóstico del TDAH. Se pueden reconducir conductas y analizar el contexto escolar específico. Según los expertos en esta área, la prevalencia actual del TDAH solo disminuiría modificando las estrategias educativas. A fin de cuentas, al tratarse de un fenómeno que se observa básicamente en el centro escolar, la respuesta tendría que pasar primero por ver qué estrategias educativas se podrían aplicar en cada caso y siempre en conexión con la familia.
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