Cada vez es más frecuente que hablemos de salud mental. Es una expresión popular que nos preocupa. Pero, si realmente existen más problemas de salud mental, ¿a qué se debe? ¿Cuando podemos saber que tenemos problemas de salud mental? ¿Cómo abordarlo?
La gran dificultad de este tipo de conceptos es que hoy día vivimos en el mundo de la sobre información. Nos llega tanta información que no contamos con el tiempo para reflexionarlo. Si existen más problemas de salud mental, la solución no debe consistir en una medicación masiva. Tenemos que encontrar el por qué, saber cuándo nos ocurre y cómo solucionarlo de forma estable, no solo con parches temporales.
En este artículo vamos a profundizar en qué es realmente la salud mental, cuándo llegamos a tener estas dificultades y cómo resolverlas. Lo que voy a contarte está basado en mi trabajo directo en terapia como psicólogo. Ha existido un cambio importante desde el 2020 y esa experiencia en terapia nos ayudará a verlo con mayor claridad. A su vez, voy a darte las soluciones que realmente han servido en procesos de cambio y terapia para conseguir mejorar la salud mental de forma estable.
¿Existen de verdad más problemas de salud mental?
Antes del año 2020, el 50% de las personas que atendía en consulta tenían dificultades relacionadas con la ansiedad o el desánimo. Los motivos para comenzar un proceso de cambio o terapia pueden ser diversos: una ruptura de pareja, inseguridad en las relaciones, problemas de autoestima, o incluso relacionados con el trabajo. En algunas ocasiones, estas dificultades derivaban en ansiedad, pensamientos intrusivos y el posterior desánimo o desmotivación.
Sin embargo, desde el año 2020 el número de personas que tienen alguna dificultad con la ansiedad o el desánimo ha llegado a ser casi la totalidad. El motivo no es que cada vez más personas decidan vivir un proceso terapéutico comprometido y seguro, ya que cada vez existe más intrusismo o teorías que llaman nuestra atención (sin que cuenten con ningún tipo de evidencia). El motivo real es que nuestros problemas de salud mental se han acrecentado en estos años.
Vamos a reflexionar sobre qué es realmente salud mental para entenderlo mejor.
¿Qué es realmente la salud mental?
Para entender qué es verdaderamente salud mental tenemos que pensar en qué significa la salud. La salud es la capacidad de nuestro organismo para estar bien y recuperarse ante estímulos que nos perjudican. De esta forma, un resfriado o una fiebre es una señal de buena salud, ya que nuestro organismo puede recuperarse por sí mismo. Cuando ya no podemos recuperarnos y una serie de molestias son constantes, hablamos de un problema de salud o incluso enfermedad.
La salud mental es aplicar la idea de salud a nuestro bienestar, estado psicológico y emocional. A lo largo de nuestra vida vivimos situaciones difíciles que nos causan malestar y aprendizajes que arrastramos. Puede tratarse de problemas de infancia, una ruptura o una crisis personal. Contamos con recursos psicológicos y emocionales para sobreponernos. Un problema de salud mental llega... cuando ya no disponemos de esos recursos. Cuando existe ansiedad frecuente, o el desánimo nos impide tomar decisiones, o las discusiones son tan constantes que parece que no podemos salir de ellas, tenemos un problema de salud mental.
Tenemos también que diferenciar entre un problema de salud mental y una enfermedad mental. Una enfermedad mental no consiste solo en no disponer de recursos para estar bien, sino en tener una incapacidad. Esto ocurre cuando no podemos salir de nuestro punto de vista (como un trastorno psicótico de la personalidad) o limitaciones muy disfuncionales. A veces las enfermedades mentales llegan por tener problemas de salud mental durante demasiado tiempo.
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¿Cuál es entonces el gran problema de salud mental que vivimos hoy día?
Que cada vez tenemos menos recursos para estar bien, la ansiedad y el desánimo son más frecuentes, y que tratar estos problemas con una medicación masiva no puede ser la solución (de la misma forma que tampoco lo es tomar fármacos para cada dolor de cabeza que tenemos sin ir a la causa de esos dolores frecuentes).
La salud mental se mejora mediante nuestro propio aprendizaje personal. Si tratamos solo de aliviar síntomas, el problema volverá con el tiempo. Vamos a profundizar en cuáles son las causas principales de que cada vez tengamos más dificultades de salud mental y cómo volver a recuperar esos recursos propios para estar bien.
Causas de los problemas de salud mental: ¿por qué perdemos nuestros recursos?
Ciertas situaciones estresantes que se repiten con el tiempo nos pueden causar problemas de salud mental (ansiedad y/o desánimo continuado, además de estallidos de ira, problemas de autoestima frecuentes y muy limitantes, etc.). Puede tratarse de la intensidad de la situación (una experiencia traumática) o de la duración (que se mantenga durante mucho tiempo).
Existen 7 causas principales que nos llevan a tener cada vez más problemas de salud mental.
Antes, te dejo la versión en vídeo de este artículo por si prefieres este formato (el artículo continúa más abajo).
1. Contexto más estresante
Hoy día vivimos en un contexto social, laboral y económico más estresante. Vivimos en un mundo de alerta y constante incertidumbre. Por este motivo, no tiene sentido tratar de afrontar problemas de salud mental con una medicación masiva cuando parte de las causas están en el mismo sistema en el que vivimos. Cambiar este sistema quizá no sea posible, pero tratar de ser asertivos y tomar decisiones que nos lleven a estar bien sí depende de ti.
2. Sobre información y adicción tecnológica
La sobre información de redes y la adicción tecnológica que vivimos (especialmente al móvil por su pantalla táctil y uso de los pulgares, que nos lleva a una constante dependencia y sistema de estímulos breves) nos causa cada vez mayor comparación, un mayor agotamiento y favorece la aparición de la ansiedad.
Por este motivo, en un proceso de cambio y terapia y cuando existen casos de ansiedad siempre trabajamos con cómo usamos la tecnología. En Empoderamiento Humano puedes encontrar más artículos sobre dependencia tecnológica y soluciones concretas.
3. Autoestima dependiente
Cuando nuestro bienestar depende demasiado de factores externos que no podemos controlar, con el tiempo afecta a nuestra salud mental. Compararnos en exceso, tener demasiadas expectativas o estar siempre enfocado en el otro nos va mermando con el tiempo.
4. Ansiedad frecuente
La ansiedad frecuente es el síntoma más claro de problemas de salud mental. Sin embargo, la solución no es la medicación (esto solo nos alivia temporalmente) pero tampoco una terapia breve o superficial. Necesitamos trabajar con mecánica respiratoria y con gestión de emociones para solucionarlo de raíz.
5. Dificultad para gestionar nuestras emociones
Nuestro contexto actual nos aleja de este aprendizaje. Estas dificultades hacen que sintamos nuestras emociones de forma más intensa, frecuente y duradera. Aprender a gestionarlas es clave para vivir con bienestar.
6. No sabemos poner límites
Saber comunicarnos de forma asertiva nos ayuda a tomar decisiones propias y a construir relaciones más honestas. Cuando esto no ocurre, dependemos demasiado de los demás o del contexto, y esto también afecta nuestra salud mental.
7. Falta de autoconocimiento
El autoconocimiento no es creer saber quién eres, sino estar dispuesto a descubrirlo. Cuando no sabemos qué queremos o cuáles son nuestros valores, nos sentimos perdidos y sin propósito.
Una unión de estos factores nos puede llevar a problemas constantes de angustia, desánimo, agotamiento o ansiedad. Vamos con las soluciones.
Soluciones para vivir con salud mental
Como hablamos, cambiar nuestro contexto quizá no sea posible fácilmente, pero sí podemos recuperar y conservar nuestros recursos psicológicos y emocionales para estar bien. Cuando buscamos remedios rápidos o alivios temporales, bien sea la medicación una terapia breve, solo se trata de un parche y con el tiempo el problema vuelve.
La salud mental existe cuando tenemos recursos para estar bien, y esos recursos forman una parte natural de ti. Buscar ayuda terapéutica cuando nos sentimos muy mal es necesario, pero también es especialmente positivo buscar esa ayuda y compañía de forma preventiva. Existen 5 claves imprescindibles para que tu proceso de cambio y terapia funcione:
1. Ir hacia la solución, no el problema
En lugar de quedarnos solo con el problema (lo cual nos causa aún más malestar), pensemos en las soluciones. Esa solución siempre está en tu propio aprendizaje y cambio personal.
2. Profundizar en todas las partes de la personalidad
En lugar de quedarnos solo con un aspecto, profundizar en todas las partes de tu personalidad nos ayuda a que ese cambio sea estable con el tiempo. Por esto necesitamos trabajar con tu autoestima, gestión de emociones, sistema de creencias, cómo construyes relaciones, cómo gestionas el estrés, autoconocimiento, etc.
3. Aplicar cambios concretos
Solo con reflexiones no podremos cambiar lo que nos ocurre, pero con acciones concretas, sí comenzará a cambiar todo. Por esta razón, siempre diseñamos un plan de acción para abordar los cambios que necesitamos, siempre dentro de tus posibilidades.
4. Visión centrada en uno (sin teorías)
Cuando existen teorías previas (por ejemplo, que lo que te ocurre es debido a un hecho X o un problema familiar) nos estamos limitando. La ética profesional nos lleva a que tu proceso esté centrado en ti y en lo que necesitas, con el objetivo de conocerte más, sin teorías que te limiten.
5. Compañía constante
En lugar de contar con solo sesiones, contar con una compañía constante te hará sentir más ayuda y podremos abordar lo que ocurre con más rapidez y cercanía.
Estas son las claves que he encontrado que más funcionan en mi trabajo como psicólogo. Si quieres vivir tu proceso, recuerda que puedes agendar una primera sesión en Empoderamiento Humano. En esta sesión nos conocemos, exploramos tu caso y vemos cómo podemos solucionar lo que te ocurre para que estés mejor pronto.
Los problemas de salud mental pueden ser una dificultad del presente, pero también un objetivo que consigas a partir de ahora.
Gracias por pensar en ti, Rubén Camacho
