¿Por qué las oposiciones pueden facilitar que sufras Depresión?

Estos son los motivos por los que la preparación para unas oposiciones nos expone a la depresión.

¿Por qué las oposiciones pueden facilitar que sufras Depresión?

Cuando se abre la convocatoria a una oposición, es posible que los candidatos que aspiren al puesto de trabajo ofertado se sientan, en mayor o menor medida, nerviosos. Podrían experimentar desde una leve inquietud y ansiedad hasta un verdadero huracán emocional. Dentro de esa gama de emociones, a la que también están asociados pensamientos, sensaciones físicas y comportamientos, hay personas que experimentan los síntomas característicos de la depresión.

Los opositores pueden sentir un descenso significativo en sus niveles de energía, perder el interés en otras actividades que normalmente les resultaban placenteras —o, incluso, sentirse desmotivados ante el mismo hecho de opositar—; como así también podrían tener pensamientos de ruina y culpa en relación a sí mismos y su situación laboral. En este artículo desarrollaremos los factores que hacen que el modo de afrontamiento a una oposición pueda propiciar la aparición de síntomas depresivos.

¿Por qué las oposiciones son una bomba de relojería para tus emociones?

En primer lugar, es necesario aclarar en qué consiste una oposición para poder avanzar hacia su posible relación con la depresión. Una oposición es un proceso de selección que consiste en la realización de varios exámenes o pruebas con el objetivo de evaluar las competencias de los candidatos para un puesto ofertado.

En líneas generales, suele haber una o varias vacantes a las que los candidatos aspiran. Los aspirantes deben cumplir con un conjunto de requisitos previos para opositar. Al finalizar el proceso, se ponderan las puntuaciones obtenidas en las pruebas realizadas con el fin de determinar cuál o cuáles son los candidatos más adecuados para un puesto dentro de una organización. Este tipo de procedimientos es muy utilizado en el ámbito de la administración pública, pero también puede emplearse en las grandes empresas.

La experiencia de presentarse en una oposición

Como señalamos en un principio, participar de una oposición puede ser un proceso sumamente estresante. Esto se debe a que suele haber una o varias personas evaluando a otra en base a su performance a la hora de realizar ciertas tareas, en un momento dado. Hay un par de cuestiones que se pueden notar aquí. Por una parte, es esperable que ser juzgado por un comité o un evaluador sea vivido como una experiencia amenazante. Por otro lado, las pruebas se toman en un momento dado. Esto supone que no reflejan de manera traslúcida la capacidad de un individuo, ya que su rendimiento estará influido por diversas variables como el estado anímico actual.

Además, la resolución de problemas y el razonamiento crítico de un individuo son aspectos que, si bien en mayor o menor medida pueden ser evaluados en un contexto de oposición, sólo podrían verse aplicados en un contexto real. Las pruebas no logran captar de forma contundente las habilidades de una persona, y eso puede generar en los candidatos un sentido de impotencia, aumentando su estrés y ansiedad. No obstante, es por una cuestión más bien práctica que sobre el desempeño en estas pruebas versa la obtención o no de un cargo.

Teniendo este contexto en mente, es más que comprensible que los candidatos experimenten estados emocionales desagradables e incómodos, sellados por la ansiedad, el miedo o emociones más complejas, como la frustración y la desesperanza. Cada uno de los candidatos cuenta con un bagaje, una mochila, repleta de aprendizajes previos, historias personales, narrativas con las que leen al mundo, que determinan lo que se dicen a sí mismos y sus comportamientos de cara a este evento importante en sus vidas. Por esa razón, las personas que en el pasado hayan sido rechazadas al postularse para un puesto laboral es probable que frecuenten pensamientos del estilo de “no seré capaz de lograrlo” o “no estoy suficientemente preparado/a para este cargo”. Es relevante notar que estas creencias podrían ser completamente desajustadas respecto a sus capacidades reales o el tiempo que hayan invertido en preparar la oposición.

Además, estos pensamientos y emociones “negativas” no suelen quedar enjauladas en la abstracción. Suelen desencadenar conductas concretas que podrían ser incluso más perjudiciales para la persona que aquello que siente. Por ejemplo, una persona puede sentirse abrumada ante la incertidumbre que le genera desconocer el resultado final de una oposición. Esta reacción emocional es esperable y normal, ya que se están poniendo en juego aspectos valiosos de su vida al postularse como candidato para un nuevo puesto laboral.

Algunos de ellos podrían ser sus proyectos personales o el sostén económico del grupo familiar. Sin embargo, con el fin de apaciguar esas emociones y pensamientos tan intensos, podría disminuir el tiempo que le dedica a la preparación —”total, haga lo que haga, jamás quedaré en un puesto como ese”— o podría incluso desistir de presentarse en la oposición —porque “todavía no estoy suficientemente preparado/a para ello”—.

En el corto plazo esta estrategia evitativa puede ser muy eficaz, ya que la persona comenzará a sentir cierta calma o tranquilidad al tener la certeza de que, en efecto, no conseguirá ese puesto y no hay nada que pueda hacer para lograrlo. Ya no está más el peligro inminente e incierto de la oposición. El problema mayor reside en que, en el largo plazo, la persona habrá renunciado a ese proyecto que tanto deseaba en un principio. El balance final de la situación no es simplemente haber perdido una oportunidad de trabajo, sino la suma de grandes cuotas de sufrimiento añadido que antes no estaba allí, a saber, más frustración por no presentarse, más tristeza y más pensamientos negativos acerca de sí misma.

Una oposición podría facilitar los síntomas de la depresión

Todo este conjunto (pensamientos, emociones y conductas) podrían facilitar que una persona deje de llevar a cabo las actividades de las que solía disfrutar; que se sienta con bajas energías, permanezca todo el día en su cama, se alteren su apetito y horarios de sueño y sufra otros síntomas compatibles con la depresión. Es difícil que, en el lapso relativamente breve que dura una oposición u otro proceso de selección, una persona logre cumplir con los criterios diagnósticos necesarios para sufrir de un trastorno depresivo. Sin embargo, una oposición podría ser uno de los factores en desencadenar algunos de los síntomas más característicos de esta psicopatología.

Hacer una consulta con un psicoterapeuta es una gran alternativa para poder afrontar las oposiciones con mayor eficacia. Esto dependerá del enfoque desde el cual aborde esta problemática el o la profesional, pudiendo apuntar a la puesta en cuestionamiento de esas creencias que el paciente tiene acerca de sí mismo/a y que le impiden adoptar una actitud adaptativa, o, por otra parte, podría intentar propiciar la preparación de la oposición aún en presencia de esos pensamientos y emociones dolorosas, trabajando sobre los valores personales del consultante. Sea cual fuere el modo de abordaje, la psicoterapia puede servir para modificar los aspectos de la persona que sostienen los síntomas compatibles con la depresión.

@proessional(2074876)

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  • American Psychological Association (APA). (2014). Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V).

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