La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el suicidio y sus intentos son uno de los problemas más graves de la salud a la que nos enfrentamos en el siglo XXI. En España se suicidan de media unas 10 personas al día, siendo la primera causa de muerte entre los jóvenes varones de 15 a 29 años. Los suicidios duplican el número de víctimas mortales fruto de accidentes de tráfico (en 2015 hubo 3.602 suicidios en España).
Vemos muchas campañas por parte del Gobierno para controlar y reducir el número de víctimas al volante, pero ¿cuántas veces aparecen en los medios de comunicación aquellas personas que de forma deliberada han decidido quitarse la vida? Parece que negar la existencia del problema no es una buena estrategia. Por eso es necesario conocer los factores que hacen subir el riesgo de suicidio.
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Factores que incrementan el riesgo de suicidio
De acuerdo con la APA (2003), el 13,5% de la población general americana ha tenido ideación suicida en algún momento de su vida. Los suicidios consumados son más frecuentes en hombres, pero los intentos de suicidio son más habituales entre las mujeres (APA, 2003).
Pero, ¿cómo podemos ser capaces de reducir el número de personas que se suicidan? ¿Hay alguna manera de prevenirlo? Se han realizado muchos estudios en esta línea, con el fin de identificar a través del método científico cuáles son los factores de riesgo que determinan una mayor probabilidad de consumar el suicidio. Dichos factores de riesgo tienen normalmente un efecto aditivo, aunque a veces interactúan de forma sinérgica.
Vamos a dividir los factores de riesgo en cuatro subgrupos: trastornos psiquiátricos, intentos previos, factores genéticos y otros factores.
1. Trastornos psiquiátricos
Dentro del grupo de las personas que se suicidan, un 80-85% presentan depresión, abuso de sustancias o esquizofrenia. Además, los trastornos mentales están asociados con más del 90% de los casos de suicidio consumados. Algunos trastornos psiquiátricos están asociados con un mayor riesgo de suicidio. Entre ellos, destacan:
1. 1. Depresión
Las personas que tienen depresión mayor presentan una probabilidad de riesgo de suicidio 20 veces superior en comparación a la población general. Dentro de esta población se ha visto que aquellas personas con anhedonia grave, insomnio, rasgos de personalidad obsesivo-compulsivos y con desesperanza alta presentan un mayor riesgo de matarse.
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1.2. Abuso o dependencia de sustancias
Existe un riesgo de suicidio 15 veces mayor. En este grupo aquellas personas que además han sufrido una ruptura amorosa recientemente tienen un mayor riesgo, junto con la presencia de sintomatología depresiva asociada.
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1.3. Esquizofrenia
Dentro de este grupo presentan una probabilidad hasta 9 veces mayor de terminar con su propia vida. Si la persona con esquizofrenia además tiene depresión, rasgos obsesivo-compulsivos y muestra una actitud negativa hacia el tratamiento, el riesgo aumenta.
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1.4. Trastorno Bipolar
Quiwenes han sido diagnosticados con este trastorno presentan una probabilidad de riesgo de suicidio 15 veces mayor en relación a la población general.
1.5. Trastorno por Estrés Postraumático
Se ha visto que aquellas personas con TEPT que tienen intensos sentimientos de culpa es más probable que puedan llegar al suicidio.
1.6. Trastorno de Personalidad Límite
Presentan un riesgo de suicidio de 4-8 veces mayor que la población general. La impulsividad que caracteriza a este grupo de personas puede aumentar el riesgo suicida.
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1.7. Conducta Antisocial
En estos casos si están asociados con abuso de sustancias y presentan algún trastorno afectivo (mala regulación afectiva), es más arriesgado que puedan suicidarse.
Cabe destacar que el riesgo de suicidio aumenta todavía más si hay comorbilidad entre dos trastornos de los citados. Por ejemplo, existiría un riesgo muy elevado si una persona con esquizofrenia estuviera atravesando una depresión mayor.
2. Intentos previos
El factor de riesgo de suicidio más potente de todos son los intentos previos realizados por la persona. Cuantas más veces lo haya intentado, más probable es que en un futuro pueda volverlo a intentar. Además, el riesgo es mayor si se tienen en cuenta una serie de variables adicionales (APA, 2003):
- Si los intentos previos han sido graves.
- Si ha existido un deseo intenso de morir.
- Si la persona ha intentado evitar que la descubran (p. ej., asegurándose de que a esa hora nadie iba a llegar a casa).
- Si se han empleado métodos especialmente letales que produjeran daños físicos considerables.
3. Factores genéticos
En algunos estudios se ha visto que parece haber un factor genético para el suicidio, aunque falta mucho por investigar en esta área. Existe mayor concordancia para el suicidio y los intentos de suicidio entre gemelos univitelinos.
Además, parece ser que existe mayor riesgo de suicidio entre familiares biológicos que en familias con hijos adoptados que presentan conductas suicidas. Es muy importante para el profesional sanitario evaluar detenidamente los antecedentes psiquiátricos familiares.
4. Otros factores asociados
Algunos elementos que aumentan el riesgo de suicidio son:
- Estar soltero o divorciado.
- Pérdida de trabajo y ser mayor de 50 años.
- Tener pocos recursos económicos.
- Bajo nivel educativo.
- Orientación homosexual o bisexual.
- Sufrir violencia de género.
- Inmigración con desarraigo.
- Poco apoyo social y aislamiento social.
La necesidad de tomar medidas preventivas
Es necesaria la concienciación social sobre el riesgo de suicidio para poder darle respuesta: más formación en detección y prevención del suicidio, más profesionales especializados en la temática, y más charlas de concienciación para todas las edades. En este sentido, el objetivo principal debería ser detectar a tiempo este peligro y proporcionar a esas personas la atención psicológica que requieran.
Se dice que el suicidio es una solución eterna para lo que a menudo no es más que un problema temporal. El suicidio puede presentarse como una solución permanente ante un intenso dolor, a un sufrimiento que parece interminable.
De hecho, las personas que se quieren suicidar no piensan en morir sin más, sino escapar del intenso sufrimiento que creen va a perdurar siempre, y contemplan el suicidio como la única vía para dejar de sufrir. Pero aunque no lo parezca, la desesperanza, el dolor y el vacío son estados temporales, no permanentes.
Si has leído este artículo y conoces a alguien que pueda tener ideación suicida, intenta acercarte a esa persona desde la empatía y ofrecerle apoyo, puede suponer un gran cambio para esa persona.