La capacidad de comunicarse de forma efectiva y eficiente es algo imprescindible en un ser gregario y social como el ser humano. Comunicarnos nos sirve para trasladar y expresar nuestros pensamientos, conocimientos, emociones e intenciones al resto del mundo, y su correcta emisión y recepción puede tener un gran efecto en el ámbito social.
Aprendemos a hablar, leer y escribir a lo largo de nuestra vida, pero por diversas razones a veces dicho aprendizaje no se realiza adecuadamente o se ve influenciado o alterado por algún tipo de problemática. Por eso es necesario que existan profesionales que contribuyan a mejorar la situación de aquellos cuyas habilidades se hayan visto alteradas o reducidas.
Uno de los profesionales que se encargan de ello es el perteneciente al ámbito de la logopedia. Sin embargo, esta disciplina abarca una gran cantidad de poblaciones y situaciones diferentes, algo que hace que en la práctica podamos observar diferentes ramas de la logopedia. Veamos cuáles son.
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¿Qué es la Logopedia?
Antes de entrar a centrarnos en las diferentes ramas o salidas que puede tener la logopedia, resulta pertinente hacer una breve mención a qué es la logopedia y cuál es su objetivo.
La logopedia es una disciplina científica de carácter sanitario y sociosanitario la cual se dedica al estudio del habla y comunicación humana y del conjunto de órganos y elementos del cuerpo humano vinculados a dichas funciones. Aunque la comunicación es uno de sus principales objetivos, también trabaja con aspectos tales como la respiración, la ingesta o incluso la percepción auditiva.
Se trata de una rama de la ciencia que tiene como objetivo prevenir, detectar y diagnosticar, evaluar y tratar trastornos y problemas a nivel de comunicación oral así como potenciar y optimizar dichas capacidades a nivel bucofonatorio.
Así pues estamos ante una disciplina que si bien parte de bases teóricas firmes se centra especialmente en el ejercicio práctico de sus funciones en diferentes contextos, de manera asistencial.
Aunque la logopedia es una disciplina sanitaria, hay que tener en cuenta que las personas que ejercen como tales no son médicos, sino profesionales formados directamente en este sector. Ello implica que el logopeda no prescribe fármacos ni lleva a cabo intervenciones médicas o quirúrgicas, si no que lleva a cabo su actuación profesional desde una perspectiva fundamentalmente conductual, educativa y psicopedagógica.
Algunas de las técnicas que emplean son las terapias de lenguaje, la práctica de ejercicios bucofonatorios y aprendizaje de pautas psicoeducativas centradas en la mejoría y/o rehabilitación de las capacidades expresivas/comprensivas del sujeto. Se trabajan elementos como articulación, postura, resonancias, proyección de la voz o ritmicidad.
Asimismo, aunque socialmente se identifica la logopedia como una profesión centrada en la etapa infantil, lo cierto es que este no es el único ámbito de trabajo.
Puede trabajarse con personas de toda edad y condición, como por ejemplo en adultos con afasia o problemas de comunicación que pueden provenir de enfermedades o lesiones cerebrales, problemas adquiridos o que no se han tratado en la juventud (por ejemplo la disfemia o tartamudez) o incluso en las demencias (en las que ayuda a mantener y preservar las funciones del lenguaje).
Diferentes ramas de la Logopedia
La logopedia es una profesión que se centra como hemos visto en el funcionamiento del sistema audiofonatorio y maxilofacial y en concreto en el lenguaje y la comunicación (si bien también se pueden llegar a trabajar a aspectos como la respiración y la masticación).
Pero lo cierto es que no todos los profesionales de la logopedia se encargan o se centran de todos los aspectos propios de esta profesión y/o de todos los tipos de población: existen diversas especializaciones y ramas de la logopedia, algunas de las cuales veremos a continuación.
1. Logopedia infantil
Tal y como hemos indicado anteriormente los problemas del lenguaje y la comunicación no ocurren solo en la infancia, pero aún así la etapa de desarrollo infantil y adolescente es una de las que mayor atención recibe y una de las ramas o especializaciones más conocidas.
En este sentido los profesionales de la logopedia que se especializan en este sector de la población suelen atender casos de disfasias, problemas articulatorios o dislalias tengan una causa orgánica (por ejemplo labio leporino) o sean de tipo funcional (aprendizaje y causas psicológicas).
Es habitual que atiendan casos de trastorno específico del lenguaje, tartamudez o dislexia, o incluso que trabajen con niños que padecen problemas como autismo, TDAH o discapacidad intelectual (a nivel bucofonatorio y de la comunicación). Su papel suele tener un carácter preventivo a nivel de evitar posibles problemas o incluso disminuir la afectación que puede tener una alteración del lenguaje a lo largo de su desarrollo.
2. Logopedia escolar
Uno de los ámbitos en los que suelen detectarse los problemas de lenguaje y de comunicación es en la escuela. En este sentido resulta imprescindible y de gran interés que existan psicopedagogos y logopedas que puedan evaluar el lenguaje del menor, su desarrollo de esta habilidad o incorporar planes individualizados o programas específicos que puedan contribuir a mejorar la situación del pequeño en cuestión.
En este caso también es habitual que los profesionales se centren en problemas como dislalias, mutismo, disfonías, tartamudez o dislexia. También en discapacidad intelectual o autismo. Por último pero no menos importante, el logopeda escolar puede tener que evaluar y potenciar las habilidades comunicativas orales de niños con discapacidad sensorial, especialmente en el caso de la sordera.
3. Logopedia clínica
Otra de las principales ramas de la logopedia, alejada ya del ámbito escolar, es la logopedia clínica. En este sentido además de menores los logopedas clínicos suelen trabajar con adultos con problemas de expresión o articulación de palabras.
Entre las diferentes dificultades que pueden encontrar es posible que deban tratar personas con un habla atropellada (por ejemplo por problemas ansiosos), problemas de lenguaje derivados de psicopatologías (por ejemplo en el caso de los síntomas negativos de la esquizofrenia), tartamudez, enfermedades nerviosas o musculares, lesiones cerebrales, tumores, parálisis o incluso demencias.
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4. Logopedia geriátrica
Otro de los grupos de edad que pueden requerir de atención a nivel de logopedia es el de los ancianos.
Con la edad las facultades para la expresión y comunicación pueden disminuir. También es habitual que sea en estas edades en las que aparecen enfermedades neurodegenerativas como las demencias o accidentes cerebrovasculares, algo que hace que en la práctica no sea infrecuente que los profesionales de este sector trabajen con problemáticas semejantes a los de la neurologopedia (si bien en este caso no siempre tienen porqué estar ante una enfermedad neurológica).
5. Neurologopedia
Esta rama o especialidad de la logopedia incorpora además de los conocimientos habituales entre los logopedas generalistas conocimientos referentes al funcionamiento del sistema nervioso y de diversas afectaciones neurológicas, además de nociones de neuropsicología.
Aquí el foco de atención se pone en dificultades de lenguaje procedentes de lesiones o enfermedades neurológicas específicas, con el fin de mejorar la calidad de vida de los pacientes y en caso de estar ante un trastorno neurodegenerativo intentar preservar sus capacidades lo máximo posible.
6. Logopeda especialista en trastornos de la voz y en reeducación de la voz
La logopedia suele estar asociada a nuestra comunicación oral, pero dentro de esta categoría son muchos los aspectos que es posible trabajar. Dentro de ellos se encuentra la voz, la cual puede estar alterada en personas con afonía o problemas respiratorios entre otros independientemente de su pronunciación o articulación. En este sentido existe una especialización o rama de la logopedia centrada en los problemas de la voz.
Además de ello, sus servicios pueden ir dirigidos no a rehabilitar sino a potenciar los recursos comunicativos de los usuarios. Es también una rama que suele tratar como pacientes con profesionales que dependen en gran medida de su voz para ejercer su labor profesional. Presentadores, cantantes, diplomáticos o actores pueden ser algunos de los tipos de clientes que pueden requerir este tipo de servicios.
Referencias bibliográficas:
- Pollens R. (2004). Role of the speech-language pathologist in palliative hospice care. J Palliat Med. 7 (5): 694 - 702.
- Richard G.J. (2011). The role of the speech-language pathologist in identifying and treating children with auditory processing disorder. Lang Speech Hear Serv Sch. 42 (3): 241 - 245.