Uno de los motivos por el cual resulta interesante la neuropsicología es que nos permite comprobar hasta qué punto procesos mentales que parecen ser una sola cosa son, en realidad, el fruto de muchos mecanismos diferentes que actúan a la vez en el cerebro humano. La prosopagnosia, por ejemplo, es una prueba de que una persona con la capacidad de ver perfectamente puede llegar a ser incapaz de reconocer caras humanas.
Aunque la visión de algo que debería resultar familiar y su reconocimiento parezcan tener que ir de la mano, una lesión en ciertas áreas del encéfalo puede hacer que se desvanezca esa ilusión, al anular uno de esos mecanismos y hacer que el otro tenga que seguir funcionando sin contar con él.
Pero esto no ocurre solo con los procesos mentales básicos relacionados con la percepción, sino que es extensible también a aquellos más relacionados con el pensamiento más abstracto. Las afasias, por ejemplo, son un ejemplo de cómo ciertas facetas del uso y dominio del lenguaje, y no otras, pueden quedar alteradas a partir de ciertas lesiones en el cerebro.
¿Qué son las afasias?
Las afasias son un conjunto de trastornos del lenguaje producidos por daño cerebral. A diferencia de lo que ocurre con otras clases de alteraciones del lenguaje, como por ejemplo la alexia, una afasia afecta tanto al lenguaje hablado como al escrito.
Una persona con afasia tiene alterada su capacidad para usar lenguaje en sí, tanto en la comprensión como en la producción de este, aunque no tenga ningún problema perceptivo o motor que le pudiese impedir oír o ver bien o mover los músculos de la boca para hablar.
¿Qué es lo que produce una afasia?
La variedad de lesiones cerebrales que pueden desencadenar la aparición de una afasia (o varios tipos de afasia a la vez) son muy variadas, porque la red de neuronas que tienen un papel en lo producción o comprensión de lenguaje está muy repartida.
Por lo general se considera que las afasias se producen cuando una lesión hace que se interrumpa el flujo de información a través del cual se pasa de imágenes y pensamientos a símbolos lingüísticos organizados siguiendo la estructura de lenguaje (de un modo parecido a cuando notamos que tenemos una palabra "en la punta de la lengua") o cuando este daño cerebral impide que las palabras oídas o leídas se transformen en imágenes y pensamientos.
Sin embargo, esto sigue siendo fruto de discusión, ya que no está claro hasta qué punto nuestro cerebro distingue entre pensamientos formulados como parte del lenguaje y pensamientos que existen independientemente de los idiomas que se dominan. Por otro lado, el concepto “afasia” es bastante abstracto. Lo que presentan muchos pacientes con trastornos del lenguaje son, más bien, tipos de afasias.
Tipos de afasias
Desde un punto de vista práctico no resulta tan útil hablar acerca de las causas de la afasia en general como hacerlo sobre los distintos tipos de afasias, ya que esto permite saber lo qué le ocurre a cada paciente en particular. Además, la existencia de estas diferentes clases de afasias nos permite ver que en lenguaje es en realidad un puzzle de distintos procesos mentales que normalmente no se nos ocurriría considerar de manera separada.
A continuación puedes leer cuáles son estos tipos de afasias.
Afasia de Broca
Las personas con afasia de Broca tienen más dificultades en la producción de lenguaje que en su comprensión. Les cuesta mucho escribir y hablar, tardan mucho en elegir las palabras que quieren decir y también tienen problemas para pronunciar y modular el tono de voz. Los síntomas de este tipo de afasia los puede detectar incluso alguien que no entiende el idioma del paciente.
Aunque tienen menos dificultades para entender textos o lenguaje oral en comparación con su capacidad para hablar y escribir, las personas con afasia de Broca serán incapaces de repetir literalmente las frases o palabras que oigan, independientemente de si las entienden o no.
Un ejemplo de personaje ficticio que presenta síntomas parecidos al cuadro clásico de la afasia de Broca es Hodor, de la serie Juego de Tronos y los libros Canción de Hielo y Fuego: a pesar de que parece entender lo que se le dice, su capacidad para hablar está anulada casi por completo.
Afasia de Wernicke
A diferencia de lo que ocurre en el anterior tipo de afasia, en la de Wernicke el habla es fluida y no cuesta trabajo hablar con un ritmo normal o incluso muy rápidamente, manteniendo una pronunciación y entonación correctas.
Sin embargo, por lo general las frases o palabras que produce una persona con afasia de Wernicke no están bien construidas, ya que muchas veces se sustituyen palabras por otras pertenecientes al mismo campo semántico (por ejemplo, sustituir "horno" por "lavadora") se cambian unos fonemas por otros (cambiar "gato" por "gado") o bien se construyen frases con grandes fallos sintácticos en las que no se puede entender nada porque no hay una estructura adecuada y se han sustituido verbos por adverbios, sustantivos por artículos, etc.
Además, en este tipo de afasia la comprensión del lenguaje oral y el escrito está bastante alterada, así como la capacidad para repetir palabras.
Afasia de conducción
Si en las afasias de Broca y de Wernicke la lesión afecta a las zonas relacionadas, respectivamente, con la producción del lenguaje y la organización del lenguaje para formar unidades con significado, en la afasia de conducción el daño cerebral afecta a las redes de neuronas que conectan entre sí estos dos núcleos del encéfalo.
Es por eso que un paciente con este tipo de afasia tendrá un habla fluida y su capacidad para entender el lenguaje se conservará en un estado relativamente bueno, pero no podrá repetir literalmente las palabras o frases que oye y ve escritas, ya que para poder hacer eso han de estar intactos los circuitos que llevan desde la parte del cerebro en la que se reconoce la palabra o la frase como un todo con sentido hasta aquella en la que se "traduce" esta información a instrucciones de habla o escritura.
Además, en este tipo de afasia las frases que se producen también acostrumbran a presentar sustituciones indebidas de fonemas y palabras.
Afasia global
Otro tipo de afasia es la afasia global. Consiste en una alteración generalizada del lenguaje que afecta gravemente tanto a la producción como a la comprensión del lenguaje. Por lo general, las personas con este síndrome tampoco pueden repetir palabras o frases, y en algunos casos solo serán capaces de decir una o unas cuantas sílabas o palabras que repetirán independientemente del contexto.
Afasias transcorticales
Las afasias transcorticales se caracterizan por mantener preservada la capacidad para repetir frases y palabras, algo que no ocurría en los cuatro tipos de afasias anteriores.
Afasia motora transcortical
En este síndrome se dan síntomas parecidos a los de la afasia de Broca, con habla no fluida y la capacidad para comprender el lenguaje más preservada, pero añadiéndole la posibilidad de repetir las frases que oigan o lean, por largas que sean. Es decir, que alguien con afasia transcortical motora no es capaz de hablar de manera espontánea, pero sí puede repetir cualquier cosa.
Afasia sensorial transcortical
Se parece a una versión de la afasia de Wernicke en la que sí se puede repetir lo que se oye, aunque no lo que se lee. Además, a veces se repiten de manera involuntaria todo tipo de sílabas o palabras que se hayan oído, fenómeno que se conoce como ecolalia.
Afasia mixta transcortical
Este tipo de afasia es parecido a una versión leve de la afasia global en la que se conserva la capacidad para repetir, aunque no se comprenda lo que se dice. Entre los síntomas típicos de esta clase de alteración del lenguaje también es frecuente la ecolalia.
Afasia anómica
A diferencia de lo que ocurre con el resto de tipos de afasias, en la afasia anómica tanto la producción como la comprensión del lenguaje pueden ser casi normales, y su principal síntoma es la anomia, es decir, la dificultad a la hora de encontrar las palabras adecuadas para decir algo. Las personas con afasia anómica tienden a usar muchos términos genéricos como "cosa", "aquello", etc.
De vez en cuando estas dificultades las llevan a usar circunloquios, a intentar explicarse de nuevo utilizando frases alternativas o alargando mucho lo que se está diciendo para tratar de que se vayan acumulando los detalles y las pistas sobre lo que se quiere decir.
El lenguaje es más complicado de lo que parece
No siempre es fácil saber identificar los tipos de afasias que presentan algunos pacientes, ya que los síntomas pueden variar mucho y ser más o menos graves, pero en todas ellas (menos en la global) queda claro que detrás del uso del lenguaje hay muchas partes del encéfalo más o menos especializadas en una tarea y coordinándose entre sí para que todo funcione como debe.
Por tanto, ciertas capacidades pueden perderse mientras que otras, estrechamente emparentadas con las primeras, se conservan.