El suicidio en la actualidad es uno de los principales retos de la sanidad a nivel mundial, al constituir un grave problema de salud pública. Y es que según estudios estadísticos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cifra de suicidios anual a nivel mundial oscila entre 800.000 y 1.000.000 de casas; lo que viene siendo un caso de suicidio cada 40 segundos.
Cuando se ha producido un suicidio encubierto, resulta difícil detectar si un fallecimiento ha sido causado por un accidente realmente o si se trata de un suicidio. En el caso del suicidio encubierto, la persona ha elegido un modo de suicidarse de manera que haga sospechar que se trate de un accidente.
En este artículo veremos en qué consiste el suicidio encubierto y algunos detalles acerca de cómo se suele llevar a cabo.
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¿Qué es el suicidio encubierto?
Sigmund Freud ya habló en su día del suicidio encubierto, postulando que además del suicidio que responde a una acción que ha sido deliberada por el propio sujeto, también hay otro tipo de suicidio causado con el fin de responder a propósitos a nivel inconsciente del sujeto, siendo este el suicidio encubierto.
Hablamos de un suicidio en cubierto como aquellos casos en los que resulta complicado saber si la persona ha fallecido a causa de un accidente o si se trata de un suicidio. Y es que los limites de un suicidio encubierto son muy difusos, por lo que en la mayoría de estos casos resulta muy difícil diferenciar si un fallecimiento ha sido causado por un suicidio encubierto o se trata de un accidente.
Resulta muy importante para los profesionales en la materia hacer unas pruebas muy rigurosas con el fin de esclarecer las diferencias entre un caso de suicidio encubierto de aquellos donde la persona fallecida era propensa a exponerse a situaciones de alto riesgo, siendo frecuente que en estas personas, a las que les gusta practicar actividades de riesgo, haya unos propósitos de dominio o una búsqueda de reafirmación del propio yo por encima de la búsqueda de muerte, por lo que este segundo caso hablaríamos de un accidente y no de un suicidio.
Aquellos casos en los que las personas practican actividades con un riesgo muy elevado (por ejemplo, escalar rascacielos, practicar alguna actividad peligrosa sin protecciones adecuadas o participar en carreras ilegales de motos o de coches sin ser un profesional o sin realizarlo en un circuito preparado para ello) han sido bautizados como “órdagos de suicidio”. En estos casos, si se produjese un fallecimiento, sería muy complicado diferenciar si ha sido por un accidente o si se trata de un suicidio encubierto.
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Formas más frecuentes del suicidio encubierto
Hay muchas formas en las que se ha podido llevar a cabo un suicidio encubierto, pero que resulta difícil detectar si ha sido causado intencionadamente o si, por el contrario, se trata de un accidente. A continuación explicaremos algunas de las formas más frecuentes de llevar a cabo un suicidio encubierto.
1. Accidentes de tráfico inexplicables
Ha habido muchos casos en los que se ha producido un accidente de tráfico que resulta difícil de explicar cómo ha podido ocurrir en tales circunstancias, por lo que da pie a que los investigadores contemplen la hipótesis de que haya sido a causa de un suicidio encubierto.
En investigaciones sobre el suicidio se ha encontrado numerosos casos que han sido causados por la intención del accidentado de quitarse la vida, lo que también ha sido denominado como autocidios.
En el caso de que se haya producido un autocidio, de manera oficial es frecuente que se comunique que ha sido un accidente de tráfico con el fin de proteger a la familia de la persona fallecida frente a un estigma social.
Estudios al respecto estiman que los autocidios o suicidios suponen más de un 5% de las muertes en accidentes de tráfico, pudiendo ascender esa cifra en Estados Unidos al 15%.
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2. Sobredosis
Cuando se produce una muerte por sobredosis, expertos en la materia afirman que no resulta fácil saber si la persona se ha sobrepasado con la dosis de la sustancia de manera accidental o si lo ha hecho con intención de suicidarse; como ocurrió hace unos cuantos años en dos casos muy sonados como el de las actrices Marilyn Monroe y el de Romy Scheneider.
3. Intoxicación
En los casos de fallecimiento por una intoxicación, ocurre algo similar a los casos de sobredosis. Y es que en estos casos también es muy complejo averiguar si la muerte ha sido fruto de un accidente o si ha sido un caso de suicidio encubierto.
4. Accidentes domésticos
Hay casos de muertes domésticas que se han producido por un accidente en el domicilio que pueden dar lugar a sospechas de que detrás pudiera estar como causa un suicidio encubierto, siendo una hipótesis muy complicada de demostrar.
5. Ahogamiento
Hay estudios que investigaron sobre diversos casos de ahogamiento en varios países, encontrando que detrás de muchos ahogamientos podría estar un suicidio encubierto, lo que propuso una hipótesis preliminar para las autopsias psicológicas sobre el suicidio por ahogamiento.
Llamó la atención el alto número de casos ahogamiento en los que se sospechó que podrían estar causados por un suicidio encubierto en personas de edad avanzada en Japón, habiendo entre las mujeres japonesas de edad avanzada una tasa de 13,5 casos por cada 100.000, lo que superar al resto de franjas clasificadas por edad y por sexo. No obstante, también se encontró que el número de casos de suicidio encubierto por ahogamiento era menor que el del ahogamiento por accidente.
En todos estos casos, los expertos en realizar la autopsia y el examen forense, tras haber realizado las pruebas correspondientes serán los encargados de esclarecer cuál ha sido la causa del fallecimiento, pudiendo contemplar la hipótesis de que haya sido un suicidio encubierto.
Por todo ello, expertos en la materia afirman que no todos los suicidios que se registran son verdaderamente un suicidio, sino que son fruto de un accidente. Al mismo tiempo, tampoco se llegan a demostrar todas las muertes que han llegado a producirse a causa de un suicidio, como ocurre en el caso de muchos suicidios encubiertos.
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Pseudosuicidios
Además del suicidio encubierto, hay otras formas de suicidio en las que resulta muy complejo saber si la causa ha sido fruto de un suicidio, como es el caso de los pseudosuicidios.
Hay una serie de conductas cuyo resultado final es la muerte de la persona que lleva a cabo esas conductas, pero en estos casos las muestras recogidas y los indicios apuntan más bien a la hipótesis que afirma que la persona no tuvo ninguna intención de suicidarse.
Los pseudosuicidios abarcan todas aquellas situaciones en las que las capacidades cognitivas y también las volitivas del sujeto fallecido se encuentran gravemente afectadas, como es en aquellos casos en los que la persona había recibido un diagnostico de esquizofrenia o de un estado confesional, de manera que se desestima la hipótesis de que haya podido suicidarse esa persona.
Sin embargo, parte de la comunidad científica está de acuerdo en que en estos casos podría ser un suicidio el casos del fallecimiento. Por ello, manuales diagnósticos estadísticos de suma importancia en el ámbito de la salud mental, como es el caso del DSM-5, proponen el “trastorno de comportamiento suicida” como diagnóstico para futuras ediciones, aunque todavía faltan más estudios al respecto.
En el trastorno del comportamiento suicida los criterios D y E, son unos especificadores acerca de que el acto que provocó el fallecimiento no se realizó durante un estado de confusión ni durante un delirio, y que tampoco llevó a cabo por un objetivo de índole política ni religiosa, de manera que estos especificados sirven para descartar las causas medicas y las motivaciones espirituales y sociales, de manera que en estos casos podríamos estar hablando de otro suicidio encubierto o de un pseudosuicidio.
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