Las Tesmoforias: el festival religioso de Grecia solo para mujeres

Te explicamos en qué consistía su culto, dedicado a Deméter, la diosa de la fertilidad.

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Resulta curioso pensar que, en una sociedad tan misógina como lo era la de la Antigua Grecia (donde las mujeres apenas podían salir del gineceo, su lugar reservado en el hogar) existió un festival religioso exclusivamente reservado a ellas. Y es que, durante los tres días que duraba la celebración de las Tesmoforias, los hombres no podían acceder a ninguno de sus ritos, lo que, por cierto, hizo que se extendieran rumores de ebriedad y lujuria entre las mujeres participantes que no eran para nada ciertos. En el artículo de hoy nos adentramos en el festival de las Tesmoforias, el culto dedicado a Deméter y a su hija Perséfone que exaltaba la fertilidad de la naturaleza.

Las Tesmoforias: en honor a Deméter “la que porta las leyes”

Ese es el significado etimológico de la denominación del festival. Proviene de uno de los epítetos asociados a la diosa Deméter, Deméter Tesmoforia o, lo que es lo mismo, “Deméter la que porta las leyes”. Y es que la diosa Deméter (que los romanos identificaron más tarde con su diosa Ceres) era una divinidad antiquísima que hundía sus raíces en la Grecia más arcaica. Era la representación de la tierra, pero, a diferencia de Gea, que la personificaba como espacio habitable, Deméter era la tierra fértil, la que recibía la semilla para, más tarde, fructificar y dar alimento. Por ello, la diosa se identificaba también con el útero femenino, y, precisamente por eso, su festival era algo restringido en exclusiva al sexo femenino.

El epíteto “la que porta las leyes” debemos leerlo desde la perspectiva de las leyes naturales: la fuerza misma de la naturaleza, la que impulsa a todo ser viviente a reproducirse. Por su carácter agrario, Deméter, junto con su hija Perséfone, son las diosas más antiguas del panteón griego, y siempre se las veneraba a la vez.

¿Qué sabemos de las Tesmoforias?

En realidad, y debido al carácter mistérico de las mismas, sabemos bastante poco. Los hombres de la comunidad se esforzaron en saber qué hacían sus mujeres durante los días que duraba la celebración, pero sus explicaciones son confusas y, a veces, paradójicas. Aristófanes, el célebre dramaturgo griego, decía que las Tesmoforias duraban cinco días; otros apuntaban a cuatro. La realidad era que el eje central de la ceremonia no sobrepasaba los tres días, durante los cuales las mujeres griegas vivían en comunidad, alejadas de sus maridos y padres y, por tanto, gozaban de una libertad que no poseían el resto del año.

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¿Alcohol, violencia y lujuria…?

Para una sociedad tan misógina como lo era la griega era inconcebible que sus mujeres marcharan unos días de casa y que, para mayor inri, los hombres no supieran qué hacían en sus ritos. Durante la ausencia de ellas, eran sus compañeros los que debían hacerse cargo de la casa, los esclavos y los hijos, y eso era bastante inconcebible para un hombre de la Antigua Grecia.

Por todo ello, pronto empezaron a esparcirse rumores acerca de cuál era la naturaleza exacta de los rituales que se ejecutaban en las Tesmoforias. Algunos hombres sostenían que sus mujeres se entregaban a un frenesí casi violento, durante el que bebían hasta caer redondas y en el que, además, tenían sexo lujurioso unas con otras. Para muchos, lo que debía ser un festival religioso era, en realidad, una excusa para dar rienda suelta a la “pecaminosidad” femenina.

De hecho, existe una obra de teatro griega de Aristófanes que lleva por título Las Tesmoforias, en la que el dramaturgo se burla sin tapujos de la festividad e ironiza acerca de las actividades que en ella realizaban las mujeres. En el texto, una comedia, el autor describe cómo las griegas se reúnen para vilipendiar a Eurípides (su rival), y cómo las Tesmoforias son solo una excusa para reunirse y elaborar un plan de venganza.

Ayuno y castidad en honor a Deméter

Nada más lejos de la realidad. Todos estos bulos eran el fruto de la inquietud del sector masculino, que no concebía este tipo de “libertad” para el sexo contrario. Sus mujeres, lejos de lo que habían llegado a pensar, no se entregaban a ningún frenesí sexual ni alcohólico, sino más bien todo lo contrario.

Las Tesmoforias estaban caracterizadas, en realidad, por el ayuno y la castidad. Su sentido era conmemorar el antiguo mito que contaba el rapto de Perséfone, la hija de Deméter, por parte de Hades, el lúgubre dios del inframundo que se había enamorado de ella. El mito cuenta con detalle el inmenso dolor que sufrió la diosa madre ante la ausencia de su hija, dolor que se manifestó en la tierra con heladas, sequías y vientos huracanados que impedían las cosechas y el tránsito normal de la vida.

Por ello, durante las Tesmoforias las mujeres se preparaban para el duelo. Debían preparar cuerpo y alma para ser dignas de festejar a la diosa y, para ello, no dudaban en abstenerse de la comida y del sexo durante los días que duraba el festival. A continuación, detallamos cómo se realizaba la celebración conforme a la información que poseemos.

Las Tesmoforias, jornada a jornada

La festividad empezaba algunos días antes de la fecha señalada, puesto que las mujeres debían prepararse para honrar a la diosa. Para ello, precedían al festival propiamente dicho unos días (de duración indeterminada) durante los que se procedía a una seria purificación, basada en una abstinencia sexual absoluta y una preparación espiritual para recibir a la diosa.

Primer día: el Ánodos o la subida

El primer día de las Tesmoforias se llamaba Anodos, “subida”, puesto que las mujeres de la ciudad partían en procesión hasta el monte dedicado a Deméter, donde deberían pasar las dos jornadas restantes. En el templo dedicado a la diosa mezclaban con las ofrendas depositadas con anterioridad (ya podridas o consumidas del todo) las semillas de cereal que habían llevado, un claro símbolo del deseo de fertilidad para la tierra, los animales y ellas mismas.

No deja de ser curioso cómo la preparación para un festival en el que se honraba a las diosas de la fertilidad implicara la abstención sexual. En realidad, se trataba, como ya hemos dicho, de una señal de luto y de respeto hacia el dolor que experimentó la diosa ante la pérdida de su hija, que, por cierto, en el momento de ser raptada por Hades era una koré, una doncella virgen.

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Segundo día: la Nestéia

El segundo día de las Tesmoforias era el día del luto propiamente dicho. Perséfone ya ha sido raptada y Deméter llora su desaparición, por lo que la tierra está muerta y no da fruto. Para unirse a la desesperación de la diosa, las mujeres, ya en su santuario, practican el ayuno y duermen sobre camastros de hierbas anafrodisíacas, es decir, plantas que eran conocidas por apagar la libido. De esta forma, las asistentes vuelven a ser ritualmente parthenoi, “vírgenes”.

A pesar de las condiciones ascéticas, ese día era muy esperado por la comunidad femenina, puesto que era la única oportunidad que tenían en todo el año para dormir fuera de casa en compañía de sus amigas y parientes, lo que significaba un momento de libertad auténtica.

Justo en el tránsito del segundo día y el tercero, cuando la noche deja paso al alba, las mujeres iniciaban un curioso ritual conocido como la Aischrologia y que consistía en proferir comentarios obscenos entre ellas. La base, de nuevo el mito. Se decía que Deméter estaba muy triste por la pérdida de Perséfone, y que, para animarla, la anciana Yambe le contaba chistes picantes e historias obscenas. El resultado fue que la diosa sonrió (lo que se conocía como “la risa de Deméter”), que era precisamente lo que se pretendía durante el ritual de la Aischrologia. El objetivo era que la divinidad volviera a sonreír y que, de esta forma, la vida regresara a la tierra.

Tercer día: la Kalligeneia

Finalmente, el tercer día era una jornada de regocijo. Deméter había por fin sonreído y había llegado a un acuerdo con Hades, mediante el cual su hija regresaría a la tierra de los vivos seis meses al año (una hermosa forma de explicar el paso de las estaciones). Así, las mujeres de la comunidad festejaban este renacer (no en vano, Kalligeneia significa “hermoso nacimiento”).

Por supuesto, el ayuno finalizaba durante este tercer día. Se sacrificaban corderos y lechones y las mujeres se unían en un festín en honor a las diosas, tras lo cual regresaban a sus hogares para volver a su vida recluida. Sin duda, durante el resto del año recordaban con una mezcla de alegría y melancolía esas tres jornadas en las que se habían liberado del yugo masculino y habían gozado de una relativa libertad.

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  • ARISTÓFANES (1999), Las Tesmoforias, ed. Clásicas
  • VALDÉS GUÍA, M. (2015), La risa de Deméter: aischrologia y Kalligeneia en las Tesmoforias de Atenas, en Arys: Antigüedad: religiones y sociedades, núm. 13
  • VV.AA., Las Tesmoforias, un festival exclusivamente femenino, en https://humanidades.blog/ , 7 de noviembre de 2020

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Sonia Ruz Comas. (2024, septiembre 4). Las Tesmoforias: el festival religioso de Grecia solo para mujeres. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/cultura/tesmoforias

Periodista

Licenciada en Humanidades y Periodismo por la Universitat Internacional de Catalunya y estudiante de especialización en Cultura e Historia Medieval. Autora de numerosos relatos cortos, artículos sobre historia y arte y de una novela histórica.

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