Si bien es conocido el Entrenador Personal (Personal Trainer) como figura de referencia en el sector del fitness para optimizar resultados físicos, comienza a abrirse camino una nueva tendencia, el Fitness Coach o Wellness Coach, coaching en estilo de vida saludable.
El fitness coach te ayuda y te inspira para que seas tú mismo el que te marques tus propios objetivos y los alcances, generando conversaciones potentes y creativas que invitan a la reflexión y te ayudan a que encuentres la manera de llegar a cumplir tus objetivos y a mantener para siempre tus nuevos hábitos saludables.
En las sesiones se trabajan temas diversos como la alimentación, el ejercicio, el sueño, el estrés, las emociones, el peso, el tabaco…
Puedes encontrar al Fitness Coach en tu “gym”, pero su trabajo y los resultados van más allá de las salas de fitness. El Fitness Coach encaja perfectamente en los gimnasios modernos donde la nueva tendencia, elwellness (bienestar), prolifera, y como consecuencia, en vez de encontrar salas llenas de máquinas, ahora se está pasando a centros donde no solo hay un espacio para entrenar los músculos, sino también actividades de relajación (como spa, gabinetes de masajes, saunas), clases colectivas (yoga, pilates, tai-chi…) junto con zonas de ocio y descanso (cafeterías, peluquerías y estética).
¿Qué es el Wellness?
A día de hoy, todavía existen muchas interpretaciones en cuanto a la definición de fitness y wellness. ElFitness podríamos considerarlo como un equivalente de “condición fisica” o “estar en forma”. El fitness tiene la base en dos pilares fundamentales: la actividad física y una alimentación saludable. Permite a la persona mejorar la resistencia cardiovascular, la flexibilidad, la fuerza y resistencia muscular, aporta más agilidad y equilibrio, velocidad, tonificación; todo ello acompañado de una alimentación correcta y equilibrada. Si es necesario, consumiendo la suplementación apropiada en cada caso particular, pero nunca, anabolizantes. En ocasiones, el fitness es confundido con el culturismo, pero este último se centra en conseguir una definición y un volumen de músculos extremos en simetría, sacrificando el bienestar integral de la persona y la funcionalidad.
Por otra parte, el concepto o filosofía Wellness se considera como un término más global. No sólo abarcaría el fitness como la mejora de la condición física, sino que va más allá y utiliza la condición física como un medio para mejorar la salud, proporcionando longevidad, calidad de vida y belleza. Es decir, wellness como sinónimo de bienestar físico, psíquico y emocional. Ya no solamente interesa estar en forma, sino que interesa buscar un equilibrio entre cuerpo y mente.
Coaching en el gimnasio
El personal de las salas de fitness y los gimasios ha crecido en los últimos años con profesionales titulados en ciencias de la actividad física, el deporte o la salud.
A finales del s. XX, los entrenadores personales confiaban en su conocimiento sobre la actividad física y la biomecánica, pensando que eran suficientes para mantener a los clientes adheridos a sus programas y conseguir que mejoraran su estilo de vida. A medida que ha pasado el tiempo, muchos se han dado cuenta de que la instrucción y el soporte técnico no son suficientes para cubrir la diversidad de las agendas de los clientes y la necesidad de un tratamiento individualizado de los mismos. Si se quiere mantener el compromiso del cliente hay que tener en cuenta otras variables, sobre todo las psicológicas.
La investigación sobre los factores que inciden en el ejercicio, llevó a los expertos a explorar las necesidades emocionales y nutricionales, y muchas veces revelaron patrones del estilo de vida que eran nocivos, comportamientos que eran adictivos y desafíos personales y familiares que interferían en la consecución de objetivos. Respecto a estos aspectos, era necesario que fueran redirigidos para poder seguir el entrenamiento con éxito. Incluso antes de que apareciera la psicología y el coaching a los centros de fitness, los entrenadores personales ya eran conscientes de la necesidad de habilidades comunicativas y modelos de intervención en estas áreas.
La inclusión del Fitness Coach en las salas de fitness, ha dado acceso a los métodos apropiados para trabajar con los clientes en estos aspectos. Surgen entonces dos preguntas respecto al Fitness Coach y al Personal Trainer: “¿Qué método funciona mejor?”.”¿Son igual de efectivos los dos métodos para todos los clientes?”.
Para poder responder a estas dos cuestiones, hay que entender el funcionamiento de ambos modelos.
Fitness coach vs Personal Trainer
Los clientes que quieran contratar a un fitness coach en vez de un Personal Trainer deben saber que encontraran dos metodologías de trabajo y dos técnicas de comunicación diferentes. El Fitness Coach va a priorizar la construcción de la relación y la comunicación. Se centrará en las historias de los clientes y sus estrategias, y proporcionará mensajes motivacionales y de soporte (por ejemplo, usando técnicas de la PNL). Pese a que algunas escuelas de coaching recomiendan dar consejos, la mayoría de coaches alientan al cliente a que llegue solo a la respuesta usando preguntas poderosas (preguntas socráticas) que desafíen y confronten sus autopercepciones y sus creencias limitantes.
Es un proceso de investigación y descubrimiento personal para ayudar al cliente a que sea más consciente, se identifique y se responsabilice de los objetivos realistas, con un enfoque en las estrategias, las acciones y el feedback.
El Personal Trainer puede tener aspectos similares, pero está más centrado en las instrucciones y la información técnica. Además, utiliza un enfoque más práctico guiando al cliente durante los ejercicios y el entrenamiento, con un estilo directivo de comunicación, y creando una relación de dependencia de la persona a la que guía. Los entrenadores personales están más preocupados en definir su rol de expertos en entrenamiento físico y conocimiento biomecánico, pero no fomentan el crecimiento personal ni se encargan de que el cliente aprenda el auténtico concepto de bienestar.
Ahora, tras conocer que los coaches y los entrenadores personales confían en diferentes metodologías de trabajo, es momento de responder a la segunda pregunta que planteaba anteriormente: “¿Funcionan igual los dos métodos para todas las personas?”. Para responder a esta pregunta necesitamos entender al cliente, ya que cada persona es diferente, tiene unos objetivos distintos, unas experiencias pasadas únicas y unas necesidades que pueden variar de uno a otro.
Por lo tanto, para comprender mejor las necesidades del cliente, hay que entender la Teoría de la Autoeficacia de Albert Bandura (1977), que enfatiza el rol que cumple lo que uno se dice a sí mismo durante el proceso de adquisición de los objetivos que pretende conseguir, y determina la conducta y la manera de actuar en cada situación.
Autoeficacia: La clave para cumplir objetivos a largo plazo
La Autoeficacia son los juicios y creencias que posee una persona sobre sus capacidades para ejecutar con éxito una determinada tarea y, por tanto, dirige el curso de su acción. Estas expectativas determinan la preferencia por determinadas actividades, la motivación, la persistencia en dichas tareas y las respuestas emocionales a diversas situaciones. Además, y muy importante, las expectativas de autoeficacia son variables y específicas de cada contexto. Por ejemplo, las creencias serán diferentes a la hora de practicar natación o a la hora de prepararse para correr maratones. Las creencias de autoeficacia se ven afectadas por logros propios en el pasado, el aprendizaje vicario u observación del comportamiento de los demás, la persuasión verbal o el nivel de activación emocional.
Algunos clientes pueden llegar al gimnasio con conocimientos sobre nutrición y ejercicios, pero son incapaces de adherirse a un plan de entrenamiento o a una dieta. Otros, en cambio, no sabrán absolutamente nada sobre los ejercicios que deben realizar.
El primer ejemplo hace referencia a personas que dominan la autoeficacia relacionada con la actividad física, pero pueden tener dificultades cognitivas y emocionales a la hora de diseñar, implementar o mantener conductas relacionadas con la adquisición de metas. El segundo ejemplo hace referencia a personas que necesitan instrucción para poder iniciarse en la realización de ejercicio y, por tanto, necesitarán un estilo directivo para poder comenzar con buen pie, conseguir resultados rápidos y no lesionarse.
Observando la Autoeficacia de los clientes desde diferentes ángulos, nos va a permitir identificar a personas que deben mejorar su habilidad física para conseguir sus metas, o bien, nos dará información de las personas que necesitan mejorar sus competencias cognitivas y emocionales para manejar con éxito las transiciones necesarias en un proceso de cambio.
Conclusión
En resumen, las personas podemos contar con habilidades y competencias que son condición necesaria, pero no suficiente para conseguir los objetivos. Una de las variables que influyen en la adquisición de metas es la percepción de autoeficacia, es decir, la expectativa de éxito que tiene la persona cuando se enfrenta a una situación particular, en función de los recursos que cree tener y de las características de la situación y del contexto.
Una persona puede evitar las situaciones en las que duda de su capacidad, por muy sugerente que pueda ser un determinado objetivo, al creer que no dispone de los recursos necesarios para llegar a conseguirlo. La percepción de autoeficacia es clave en el proceso de coaching y es necesario para conseguir metas a largo plazo. El Personal Trainer puede poseer herramientas muy útiles y el Fitness Coach también. Lo ideal para ser un buen profesional de este campo es poseer las competencias necesarias para poder utilizar ambas formas de trabajo en función de las necesidades del cliente.
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