La crianza durante la infancia es un factor crucial en el desarrollo de la personalidad adulta. Un estudio reciente ha arrojado luz sobre cómo las experiencias de disciplina severa durante la infancia influyen en el desarrollo de rasgos de personalidad considerados socialmente aversivos en la edad adulta.
Esta investigación, con una muestra de 370 adultos españoles, exploró la relación entre diferentes tipos de disciplina parental y el desarrollo de los rasgos vinculados con la denominada tétrada oscura.
Los resultados sugieren que la exposición a formas severas de disciplina, especialmente las vinculadas a la agresión, están vinculadas severamente con una mayor probabilidad de exhibir estos rasgos en la adultez.
La tétrada oscura: definición y características
La tétrada oscura es un concepto en psicología que agrupa cuatro rasgos de la personalidad considerados de forma extendida en la sociedad como aversivos e incluso, dañinos. Estos incluyen el narcisismo, el maquiavelismo, la psicopatía y el sadismo.
El narcisismo se caracteriza por un sentido inflado de importancia por encima del resto de personas y una necesidad constante de admiración. Las personas narcisistas creen ser superiores y únicas, asociándose solo con personas que consideren de su misma “valía” o altura.
El maquiavelismo implica la manipulación y explotación de otras personas con el objetivo de obtener beneficios propios. Las personas maquiavélicas son estrategas con visión a largo plazo, priorizando sus deseos y resultados sobre la ética.
La psicopatía se distingue por la falta de empatía, impulsividad y conductas antisociales que van en contra de las normas y compromisos de la sociedad. Las personas psicópatas muestran frialdad emocional y toman riesgos sin considerar todas sus consecuencias. Finalmente, el sadismo se entiende como la tendencia comportamental a buscar placer en el sufrimiento ajeno. Las personas sádicas disfrutan causando dolor físico o emocional a otras.
Estos rasgos existen en un espectro determinado en la población general, pero en niveles altos se asocian con resultados interpersonales negativos e incluso, peligrosos. La tétrada oscura comparte dos características principales: egoísmo extremo y falta de empatía, lo que permite a quienes la poseen causar daño sin remordimientos.
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El estudio: metodología y participantes
El estudio del cual partimos en este artículo, publicado en la revista Personality and Individual Differences, contó con la participación de 370 adultos españoles, con edades comprendidas entre los 18 y los 80 años. La mayoría de los participantes fueron mujeres, en torno al 74%, y gran parte tenían un nivel educativo de estudios universitarios.
El equipo de investigadores se sirvió de una encuesta en línea que incluía varios cuestionarios. Para medir los rasgos de la tétrada oscura descritos anteriormente, se empleó una versión abreviada de la escala de la tríada oscura para narcisismo, maquiavelismo y psicopatía, además de un cuestionario específico para evaluar el sadismo cotidiano.
Para evaluar las experiencias de disciplina parental en la infancia, se utilizó una versión modificada de las Escalas de Tácticas de Conflicto Padre-Hijo. Este cuestionario pedía a los participantes recordar la frecuencia con la que sus padres utilizaban diferentes técnicas disciplinarias durante su infancia.
Los métodos disciplinarios se categorizaron en cuatro tipos: disciplina no violenta, agresión psicológica, castigo corporal o agresión menor, y agresión severa. Los participantes indicaron la frecuencia de estas experiencias en una escala desde “Esto nunca me ha sucedido” hasta “Más de 20 veces”. Posteriormente, se llevaron a cabo análisis estadísticos para examinar las relaciones entre los diferentes tipos de disciplina parental y los rasgos referentes a la tétrada oscura.
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Tipos de disciplina parental
Como se ha mencionado anteriormente, el estudio examinó cuatro categorías principales de disciplina parental, basándose en una versión modificada de las Escalas de Tácticas de Conflicto Padre - Hijo. Después de indicar la frecuencia con la que se había experimentado, la investigación pudo analizar las correlaciones entre cada forma de disciplina con el desarrollo de rasgos de personalidad referentes a la tétrada oscura en la edad adulta. Los cuatro principales tipos de disciplina parental fueron:
1. Disciplina no violenta
Esta disciplina incluye principalmente métodos que busquen explicar por qué algo está mal de forma asertiva o redirigir la atención del niño/a hacia otras actividades. Este enfoque busca educar sin recurrir a la agresión física o psicológica.
2. Agresión psicológica
Este tipo de atención parental abarca comportamientos como gritos, insultos, amenazas o manipulaciones emocionales dirigidas al hijo/a. Este tipo de disciplina puede incluir humillaciones, ridiculizaciones o culpabilización, pudiendo generar problemas emocionales y en el desarrollo del hijo/a atendido/a.
3. Castigo corporal o agresión menor
El castigo corporal, también denominado agresión menor, hace referencia a acciones físicas como azotes, empujones o agarrar al niño o niña con fuerza. Aunque se considera menos severo que la agresión física grave, este tipo de disciplina implica el uso de la fuerza física
4. Agresión severa
La agresión severa incluye formas más intensas, dañinas e intencionadas de violencia física, como golpear con objetos, patear, morder o incluso acciones extremas como quemar o asfixiar al niño o niña.
Resultados principales del estudio
El estudio reveló correlaciones positivas significativas entre todos los tipos de disciplina parental y los rasgos relativos a la tétrada oscura. Esto indica que los individuos que reportaron haber experimentado cualquier de estos métodos disciplinarios en la infancia tendían a puntuar más alto en medidas de narcisismo, maquiavelismo, psicopatía y sadismo en la edad adulta.
Sin embargo, los análisis de regresión proporcionaron una imagen más matizada. La agresión psicológica emergió como un predictor significativo y único de psicopatía y sadismo. Esto sugiere que experimentar agresión psicológica parental en la infancia está significativamente vinculada al desarrollo de rasgos psicopáticos y sádicos en la edad adulta. Por otro lado, la agresión severa resultó ser un predictor único y positivismo de maquiavelismo, narcisismo y psicopatía. Esto indica que experimentar esta violencia tan severa aumentará la posibilidad de desarrollar maquiavelismo, narcisismo y psicopatía.
Sorprendentemente, la disciplina no violenta y el castigo corporal o agresión menor no predijeron de forma significativa ninguno de los rasgos de la tétrada oscura cuando se consideraron junto con las formas más severas de agresión.
En esencia, mientras que todas las formas de crianza severa mostraron alguna vinculación con los rasgos de la tétrada oscura, la agresión psicológica y la agresión severa fueron las más impactantes y se relacionaron de manera única con rasgos específicos de este conjunto aversivo.
Implicaciones para la crianza y el desarrollo de la personalidad
Los hallazgos de este estudio subrayan la importancia crucial de los ambientes de crianza positivos en el desarrollo saludable de la personalidad. La asociación entre la disciplina parental severa y los rasgos de la tétrada oscura sugiere que las experiencias infantiles negativas pueden tener consecuencias estables y duraderas en la edad adulta, que pueden imprimirse en otras conductas dirigidas a todos los niveles de la vida de una persona.
Es fundamental que padres, madres y cuidadores sean conscientes del impacto potencial de sus métodos disciplinarios. Las formas de disciplina no violenta, como la explicación, la asertividad y la redirección comportamental, deberían priorizarse sobre cualquier tipo de agresión, ya sea física o psicológica. Los programas de educación parental podrían beneficiarse al enfatizar las estrategias positivas y comunicativas.
Los profesionales de la salud mental y los educadores deben prestar atención a los signos de disciplina severa en el hogar, ya que la intervención temprana podría prevenir el desarrollo de rasgos de personalidad problemáticos, además de otros problemas emocionales y conductuales en los niños y niñas afectados/as. Por otro lado, las terapias enfocadas en el trauma podrían ser beneficiosas para adultos que experimentaron crianzas difíciles.
La sociedad en general debe promover entornos de crianza saludables y apoyar políticas que fortalezcan a las familias y protejan a los niños del maltrato. Invertir en la crianza positiva no solo beneficia a los individuos, sino que también contribuye a crear comunidades más saludables y armoniosas.
Limitaciones del estudio y futuras direcciones de investigación
El estudio presenta algunas limitaciones importantes. En primer lugar, su naturaleza transversal impide establecer relaciones causales directas entre las experiencias infantiles y los rasgos de personalidad en la edad adulta. Además, el uso de autoinformes retrospectivos puede estar sujeto a diferentes sesgos de memoria.
Para futuras investigaciones, sería valioso realizar estudios longitudinales que permitan seguir el desarrollo de la personalidad a lo largo del tiempo. También se recomienda explorar cómo los factores genéticos, culturales y ambientales más amplios interactúan con la disciplina parental en la formación de la personalidad.
Otra área de interés sería investigar los factores prometedores, como el apoyo social, la resiliencia personal o las intervenciones terapéuticas, que podrían mitigar los efectos negativos de las experiencias adversas en la infancia y prevenir el desarrollo de rasgos de personalidad indeseables.
Conclusiones
El estudio analizado revela una conexión significativa entre la crianza severa durante la infancia y el desarrollo de rasgos de la tétrada oscura en la adultez. La agresión psicológica y física severa son particularmente impactantes. Estos hallazgos subrayan la importancia de promover ambientes de crianza positivos para prevenir el desarrollo de rasgos de personalidad problemáticos.


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