El estilo de vida actual parece girar con mucha frecuencia en torno a la realidad exterior. Las ocupaciones, las múltiples actividades de ocio y la conexión con la tecnología son algunos ejemplos de cómo la mirada se centra en aspectos externos. Sin embargo, es muy importante que una persona descubra y comprenda su mundo interno. La práctica del autoconocimiento no solo es valiosa en la etapa adulta.
La importancia de la Educación Emocional en la infancia
La educación emocional en niños es muy positiva: en el ámbito académico, en la sociedad y en la familia. Es recomendable alimentar la razón, la creatividad, el pensamiento, el razonamiento o el ingenio. También los sentimientos y la afectividad. ¿Por qué es tan importante fomentar la educación emocional en niños?
Desarrollo de habilidades sociales
La educación emocional alimenta el autoconocimiento, la empatía y la amabilidad. En definitiva, ofrece recursos para ejercitar las habilidades sociales, solucionar conflictos, establecer vínculos significativos y participar en actividades de grupo.
- Artículo relacionado: "Los 6 tipos de habilidades sociales, y para qué sirven"
Ejercitar la resiliencia
La búsqueda de la alegría y la felicidad puede mantenerse más allá de los obstáculos. El poder de la resiliencia es clave para avanzar tras una decepción, un reto no cumplido o un periodo de cambios. La educación emocional aporta los cimientos para alimentar la resiliencia desde la infancia. Por ejemplo, el niño descubre que dispone de diferentes fuentes de apoyo.
Aprender a gestionar la frustración y el aburrimiento
La educación emocional no solo conecta con la alegría, la motivación, la curiosidad o la esperanza. Muestra una visión integral de la realidad humana. El aburrimiento puede parecer menos estimulante que otras actividades muy divertidas. Sin embargo, es necesario y positivo durante la infancia. La educación afectiva transmite un mensaje valioso a los niños: es esencial aceptar y comprender las emociones desagradables porque también forman parte de la experiencia.
- Quizás te interese: "Las 6 claves de la crianza"
Identificar una emoción o un sentimiento
Es fundamental que los niños aprendan a expresar y compartir sus emociones y sentimientos. Por ejemplo, pueden pedir ayuda ante una dificultad. Pues bien, para comunicar cómo se sienten, previamente, necesitan cultivar la capacidad de poner nombre a las diferentes emociones. Y pueden profundizar más allá de ese paso para reflexionar sobre las causas que han propiciado un estado de ánimo.
Aprender a cumplir las normas en casa y en la escuela
La educación afectiva está en conexión con la inteligencia emocional y social. Por ello, pone en relación el autoconocimiento y la comunicación con los demás. Las normas y los límites mejoran la armonía y la convivencia en la vivienda, en el ámbito educativo y en la sociedad. Aprender a respetar las reglas desde la infancia es un valor que repercute en el bienestar individual del niño y en el bien común.
Desarrollo de la autonomía emocional
La autonomía no solo puede analizarse desde la interacción con el entorno como un proceso que evoluciona durante la etapa de crecimiento. Es un factor que también se percibe en el plano emocional. El niño adquiere recursos que le ayudan a tomar decisiones y a expresar sus puntos de vista en la rutina diaria.
Desarrollo personal
Cada niño tiene la posibilidad de descubrir su individualidad sin compararse con sus compañeros. Es decir, puede conocer sus fortalezas, sus actividades preferidas, sus gustos, sus ilusiones… Todos esos factores influyen, por otra parte, en el desarrollo de la felicidad y el talento. Por ejemplo, aporta un conocimiento que resulta muy práctico en la elección de una actividad extraescolar.
Practicar el valor de la comunicación asertiva
Es adecuado que los niños puedan poner nombre a una emoción y expresar cómo se sienten. Sin embargo, es recomendable que el tono elegido para verbalizar un sentimiento sea asertivo. Hay que tener en cuenta que existen emociones como el enfado que se experimentan en varios niveles de intensidad. Por ello, el autocontrol tiene un fin positivo en el comportamiento y en la comunicación con los demás.
Paciencia
La paciencia es un elemento que transforma muchas situaciones. Conecta con otros factores descritos en el artículo: se alinea con la resiliencia, fortalece la tolerancia a la frustración, impulsa el desarrollo personal, alimenta la autoestima y realza la empatía. Además, la práctica de la paciencia tiene un sentido añadido frente a la búsqueda de un objetivo inmediato: se integra en un proceso más amplio.
Dra. Iratxe López Psicología
Dra. Iratxe López Psicología
Psicóloga Clínica
Como puedes observar, la educación emocional en la infancia es muy importante. Por ello, cada vez está más presente en los hogares actuales. Mejora el nivel de autoestima porque hace posible que los niños se conozcan a sí mismos. Los beneficios de esta formación se experimentan a corto plazo durante la niñez. Y establecen una base sólida para seguir alimentando el autoconocimiento en la adolescencia y en la etapa adulta.
