Hubo una vez unos padres que prohibieron rotundamente los videojuegos a su hijo. Mark fue un joven competitivo que destacó en varios deportes y competiciones. Ganaba tanto que, por ganar, incluso ganó un sorteo en el que se sorteaba nada más y nada menos que… ¡Una consola de videojuegos!
Creció y se emancipó, empezó a jugar y a trabajar en una empresa de videojuegos. Por supuesto, el destino de Mark Merril pudiera parecer abocado a la adicción, pero nada más lejos de la realidad: decidió emprender y terminó creando el que es, hasta la fecha, el videojuego más jugado y competido del mundo: El League of Legends.
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Valorando los riesgos y las oportunidades de éxito
Esta fábula basada en hechos reales nos sirve para encuadrar tres puntos.
El primero es que la coerción total en el uso de videojuegos bien puede ser contraproducente.
El segundo es que donde hay mayor uso de videojuegos siempre va a haber más probabilidad de que haya más problemas, pero no tiene por qué ocurrir nada malo necesariamente.
Y el tercero es que en la década del 2000, cuando Mark Merril inició su etapa de mayor implicación con los videojuegos, no había conciencia de un camino exitoso con los mismos; hoy sí la hay, y además, podremos encauzar dicha motivación a una carrera profesional relacionada con el gaming.
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El camino real si tu hijo que quiere ser gamer, youtuber o streamer: el camino progresivo
No se pueden entender el camino competitivo en los videojuegos sin llegar al público general. Como vemos en la gráfica, la mayoría de los beneficios de los e-sports vienen del sponsorship o patrocinio que invierten ciertas marcas a modo de publicidad.
Así pues, la creación de contenido que lleva a alcanzar audiencia está por encima del rendimiento competitivo en videojuegos, y crear contenido implica la necesidad de zambullirse y aprender de los siguientes conocimientos específicos:
- Manejo de redes sociales.
- Marketing.
- Estudio de mercado.
- Diseño gráfico.
- Edición de video.
- Conocimientos técnicos de la infraestructura audiovisual e informática.
- Habilidades comunicativas.
Estas expectativas realistas nos sirven para encuadrar el punto de partida del camino progresivo. Bajándolo todo al terreno práctico: si dejamos jugar a nuestro joven 10 horas semanales a videojuegos, tendrá que sacrificar el tiempo de esas 10 horas para emprender su marca personal dentro del mundo gaming y de creación de contenido.
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Acompañando su aprendizaje
Que sea capaz de sacrificar tiempo de juego por levantar su marca personal es muy buen síntoma de una motivación real. Ahora bien, aquí como padres, nos tenemos que poner las pilas para cotejar realmente que nuestro hijo se lo está tomando en serio, y para ello, tenemos la responsabilidad de acompañarle en este proceso, máxime si empieza siendo menor de edad.
Para ello, tenemos que aprovechar esta oportunidad para aprender paralelamente junto a nuestros hijos un poco de cada uno de los sectores previamente identificados, así como conocimiento específico de su campo gaming o de temática de creación de contenido.
Una vez se logra sanamente este primer paso, podemos pactar (incluso por contrato escrito) que si de esas 10 horas semanales de gaming, 5 las siguen invirtiendo en su marca personal (y se ve crecimiento o feedback positivo) y 5 en gaming, podremos valorar el ampliar, muy gradualmente, este tiempo de implicación, y siempre estando sujetos a las obligaciones escolares y de salud social, mental y física.
El resultado de este camino bien encauzado, es un aprendizaje brutal en todos los aspectos; un proceso que enfrenta a nuestros hijos al esfuerzo necesario para “hacerte un hueco” y a la realidad del mercado (mercado donde la competitividad es altísima dado que es algo accesible hoy en día para casi todos). ¿Qué aportas tú diferente y de valor?
Desde Gamewell tenemos cursos educativos para padres y gamers hechos de forma amena y dinámica; y si aun así se necesitara ayuda para encauzar saludablemente este mundo, pueden contactar con un profesional. Ni castración ni libertinaje, uso sano y responsable. Y de hecho, el uso sano nos llevará a perseverar más y rendir mejor.
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